Domingo, 24 de abril de 2005 | Hoy
El primer paso de la producción de una cerveza artesanal es tomar la malta (los granos de la cebada) y molerlos manualmente con una moledora a manija. Con la malta molida se prepara una infusión con agua de vertientes y se la coloca en una olla a 65 grados durante una hora (la maceración). El siguiente paso es subir la temperatura hasta los 72 grados y dejar el líquido al fuego una hora más. Luego se vierte la bebida en otro recipiente (los granos se tiran) y comienza la cocción llevando la temperatura hasta el punto de ebullición, momento en que se agregan los primeros lúpulos en forma de pelets. Después de una hora hirviendo, queda un líquido llamado mosto que es enfriado rápidamente y colocado en un fermentador (tambores de plástico o acero). De inmediato se agrega la levadura, un hongo que se alimenta de los azúcares del mosto y al digerirlo produce dióxido de carbono y alcohol. Hay dos tipos de levadura: la “lager”, de fermentación baja, y la “ale”, de fermentación alta. La primera fermentación dura 15 días, que es el tiempo que tardan las levaduras en reproducirse por millones y consumir todo el azúcar. Para realizar la segunda fermentación se extrae la cerveza de los tambores con una manguerita y se la envasa en las botellas, agregándole un poco de azúcar. Esto hace que la levadura vuelva a trabajar, produciendo más alcohol y gas carbónico (la espuma natural de la bebida). Las botellas se tapan a mano y no se abren hasta pasados 45 días para que la cerveza siga fermentando.
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