Jueves, 17 de junio de 2010 | Hoy
23:41 › CREEN QUE SE TRATó DE UN CASO DE GATILLO FáCIL
Un policía de Bariloche mató de un balazo en la cabeza a un chico de 15 años que corría con otros jóvenes después de un presunto robo. El efectivo implicado fue detenido y allegados a la víctima realizaron una protesta frente a la comisaría, en la que se registraron incidentes.
El hecho ocurrió a las 4,40 en una plaza de Otto Goedecke y Ossés, en el barrio Boris Furman, en los suburbios de Bariloche, a donde concurrieron efectivos de la Comisaría 28, alertados por una denuncia de robo.
El jefe de esa unidad, comisario Jorge Carrizo, informó que al llegar a la calle Ossés se encontraron con varios jóvenes, que en cuanto los vieron salieron corriendo.
Agregó que los policías siguieron a los jóvenes hasta la plaza del barrio, donde resultó baleado por un suboficial Diego Alexandre Bonefoi, quien murió poco después.
El jefe de la Unidad Regional III, comisario mayor Argentino Hermosa, explicó que "según versiones de testigos el policía habría alcanzado a Bonefoi y forcejeó con él, cuando se le escapó un tiro".
A su vez el juez Martín Lozada llegó al lugar inmediatamente y dispuso la detención del cabo implicado -cuya identidad no fue suministrada-, el secuestro de su arma reglamentaria y la de sus compañeros, y las pericias técnicas.
Lozada informó que también ordenó para todos los efectivos que intervinieron en el hecho pruebas de "dermotest" -que detecta pólvora en las manos de quien efectuó disparos de arma de fuego-, y dispuso la realización de la autopsia del cadáver del joven.
Apenas trascendió esta noticia en el barrio, mientras jugaba Argentina con Corea del Sur en el Mundial de fútbol de Sudáfrica, familiares y amigos del chico muerto se concentraron en inmediaciones a la Comisaría 28 y la atacaron a pedradas.
La policía debió enviar al lugar refuerzos de otras unidades y de la brigada antimotines BORA para dispersar a los manifestantes, no obstante volvieron a registrase incidentes.
Los manifestantes arrojaban piedras y otros elementos y los uniformados respondían con gases lacrimógenos y disparos de escopeta con perdigones de goma, lo que provocó que varios policías resultaran lesionados.
El padre del chico muerto, Sandro Bonefoi, dijo que se enteró de la muerte de su hijo durante el partido entre Argentina y Corea del Sur, cuando comenzaron los incidentes frente a la Comisaría 28, situada frente a su vivienda.
"Yo no sé si ese policía tiene hijos, pero a mí me quitaron un hijo", expresó el hombre, quien agregó que "siempre la policía anda molestando a los chicos". Defendió a su hijo asegurando que "no era malo", dijo que anoche "andaba con algunos amigos" y aseguró ignorar "por qué le dispararon".
A su parte, José Luis Calfulef, tío del chico muerto, aseguró que la policía le disparó a su casa cuando se enfrentaba con los manifestantes y mostró heridas de perdigonadas en su rostro.
Calfulef indicó que estaban "mirando las corridas en la calle por una ventana del primer piso", cuando los policías le dispararon, rompieron los vidrios e hirieron a él y a un hermando de la víctima, Fabio Bonefoi.
También mostró impactos de perdigones en el marco de la ventana y las paredes del dormitorio. "Tiraron sin asco para adentro de la casa", expresó indignado.
La policía mantenía esta tarde una fuerte defensa de la seccional, en tanto los jefes evaluaban la posibilidad de pedir ayuda a Gendarmería Nacional, en especial para evitar disturbios graves durante la noche.
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