15:59 › COMANDO RADIOELéCTRICO

Para el fiscal, el balance de las primeras audiencias es positivo

El Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba retomará mañana el debate de la causa en la que están procesados los expolicías Pedro Nolasco Bustos, Jorge Woroná y José Filiberto Olivieri, acusados del secuestro y el asesinato de los militantes de la Juventud Peronista Universitaria Jorge Diez, Ana María Villanueva y Carlos Oliva durante la última dictadura militar. "El balance es positivo porque se va corroborando la acusación", el fiscal Carlos Gonella.

El juicio se reanudará mañana cuando el tribunal integrado por los jueces Fabián Asís, Carlos Lascano y José María Pérez Villalobo tiene previsto recibir las declaraciones de dos nuevos testigos. En diálogo con la agencia oficial Télam, el fiscal Carlos Gonella calificó además como "relevante" la declaración que leyó ante el tribunal uno de los imputados, Pedro Nolasco Bustos (57), quien reconoció que "estuvo en el lugar de los hechos" el 2 de junio de 1976, día en que fueron detenidos y posteriormente fusilados en la zona del Chateau Carreras los militantes de la JUP.

El fiscal señaló que, en esa declaración, "hay cierta concordancia entre la acusación y la posición defensiva, y lo que niega es conocer si las víctimas eran guerrilleros, como decía él, subversivos, o delincuentes comunes". "Nolasco también dice que procedimientos de ese tipo eran frecuentes, y eso también es cierto. Basta recordar el caso Brandalisis", cuyo juicio en 2008 y terminó con la condena a prisión perpetua de Luciano Benjamín Menéndez. Señaló que, en aquella oportunidad, "un empleado de la morgue relató que en esa época (1976), las morgues estaban repletas de cadáveres, y que en las cámaras de frío, con capacidad para tres cuerpos, había siete y de ellas chorreaba el material patológico de los cadáveres y hasta había gusanos en el piso".

"Si uno analiza aquella descripción de un empleado de la morgue con lo que dice Nolasco Bustos, hay relación. Incluso en el video que se exhibió en aquel juicio, se demuestra que eran cadáveres jóvenes identificados como NN y sólo tenían el número de ingreso a la morgue, lo cual demuestra que efectivamente esos procedimientos eran frecuentes", afirmó.

Por otra parte, señaló que los testimonios brindados por Angel y Silvia Villanueva y Carmen Oliva, hermanos de las víctimas, Ana Villanueva y Carlos Delfín Oliva, "tuvieron un fuerte contenido emocional y a través de ellos se puede valorar el dolor y el daño producido". Gonella aclaró que "a pesar de no ser testigos directos del hecho, porque no había testigos presenciales, salvo (Héctor Ernesto) Hunziker, que está desaparecido, sí aportan elementos importantes para la acusación, porque van corroborando la hipótesis de la fiscalía". "Por otra parte -añadió-, el contenido emocional de los testimonios es relevante porque sirve para medir el daño causado por estos hechos y, por otro lado, en cuanto al hecho en sí, corroboran algunos aspectos de lo sucedido que plantea la fiscalía".

Sostuvo que durante el juicio, que se inició el pasado 14 de febrero, "se va viendo cuál era el rol del Comando Radioeléctrico como el fragmento policial" del plan de exterminio implementado por la dictadura cívico-militar que, en Córdoba, llevó adelante el III Cuerpo de Ejército al mando de Menéndez. No obstante, aclaró que "si bien faltan elementos de prueba, vamos corroborando que se trató de fusilamientos como lo planteamos en la acusación", pero "quiero ser prudente y esperar los elementos de prueba", concluyó.

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