Viernes, 30 de marzo de 2012 | Hoy
21:10 › MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
El lunes pasado, dos días antes del comienzo del juicio oral contra los represores del centro clandestino de detención "La Escuelita II", fue baleada la sede de Madres de Plaza de Mayo en Neuquén y casa de una de sus integrantes. "Sabemos que son ellos. Están escondidos esperando avanzar y no los tenemos que dejar. Treinta y cinco años en la calle ¿y les vamos a tener miedo ahora? Entre todos vamos a triunfar, ni un paso atrás", advirtió Ragni.
"No se la van a llevar de arriba, nos pueden tirar todo los tiros que quieran en la puerta, que vamos a salir y vamos a ir a todas partes", desafió Ragni al tiempo que recordó: "Por esa puerta salió una persona desparecida (su hijo Oscar), que aún continuamos buscando. Por esa puerta tiene que volver a entrar al menos uno (de los represores) que nos cuente la verdad".
Por su parte, otra de las integrantes de Madres, Lolin Rigoni, manifestó que "nos reune el horror, la agresión brutal de estos genocidas asesinos, pero también nos junta con los que queremos, con los que nos acompañan. Como dice el canto, con ese pueblo que pelea y que no quiere la impunidad", añadió.
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