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Conciliación obligatoria por el cierre de la imprenta Donnelley

Luego de una audiencia de más de dos horas, el Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria en el conflicto por la empresa Donnelley, que dispuso el cierre de la planta y el despido de casi 400 trabajadores.

El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la medida y dispuso que el miércoles se desarrolle una nueva audiencia en la sede de la cartera laboral en La Plata. Esta mañana los trabajadores bloquearon la colectora de la autopista Panamericana para denunciar el "cierre ilegal" que deja "a 400 familias en la calle".

El delegado Jorge Molina, integrante de la comisión interna, precisó que la firma "presentó un pedido de quiebra que aún no fue otorgado por la justicia" por lo que exigió la "reapertura inmediata" de las puertas de la imprenta, ubicada en la localidad de Garín.

"Después de haber obtenido ganancias por 218 millones de dólares a nivel mundial en el 2013, presentaron un preventivo de crisis para despedir masivamente. Este fue rechazado por la Comisión Interna, el sindicato y el Ministerio de Trabajo", comentó otro delegado, René Córdoba.

Por su parte, el delegado Eduardo Ayala contó: "Nos encontramos con la sorpresa del cierre de la planta. Ya había presentado un preventivo de crisis hace unos meses atrás, que fue rechazado tanto por el sindicato como por el Ministerio de Trabajo".

El delegado negó crisis de la compañía y advirtió que "es una quiebra fraudulenta y extorsiva, para que los empleados vayan a retiro voluntario en forma masiva e inclusive no descartamos que la empresa aproveche la actual situación con despedidos en la calle -como el caso de lear-, para conseguir un beneficio impositivo o subsidio por parte del gobierno".

"Hace meses venimos denunciando el vaciamiento que estaban haciendo, derivando todos los trabajos a otros talleres para generar el ambiente de crisis y desazón en los trabajadores", sentenció el delegado. Según Ayala, la compañía argumentó en el preventivo de crisis que "habían tenido una caída del 16 por ciento en la producción y no podían solventar los costos por la inflación que se había generado en el país y los problemas de exportación y la devaluación del dólar".

"Demostramos que la caída de la producción no era tal, sino que estaban desviando trabajo a otros lugares para generar vaciamiento de la planta. Demostramos con números concretos que no era real que no podían cubrir los costos, que a pesar de todos los problemas, era una empresa rentable y que en los últimos años fue la empresa que más facturó en la Argentina en el mercado de impresión", insistió.

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