Sábado, 29 de septiembre de 2007 | Hoy
00:00 › FUERON LIBERADOS CUATRO INTEGRANTES DE LA CRUZ ROJA
Treinta personas, en su mayoría militares, murieron este sábado en Kabul en uno de los atentados suicidas más sangrientos perpetrados por los talibanes, el mismo día en que fueron liberados cuatro trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
En este clima de violencia, el presidente afgano, Hamid Karzai, propuso de nuevo el sábado, pero de forma más directa, el comienzo de negociaciones de paz a sus peores enemigos, el jefe supremo de los talibanes, el molá Omar, y el jefe de la formación fundamentalista islámica Hezbi-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar.
Los talibanes acababan de reivindicar un nuevo atentado suicida en el noroeste de Kabul contra un autobús que transportaba soldados afganos y se dirigía al ministerio de Defensa.
Al amanecer, un hombre, "que llevaba un maletín en la mano, se hizo estallar cerca de un vehículo militar, matando a 30 personas e hiriendo a otras 29, entre militares y civiles", según el último balance del ministerio de Defensa.
La televisión local mostró a los socorristas extrayendo cadáveres de hombres uniformados de los restos del autobús y otras víctimas todavía atrapadas en el amasijo de hierros.
Se trata de uno de los atentados más sangrientos cometidos en la capital afgana junto al que el 17 de junio pasado causó la muerte de entre 24 y 35 jóvenes reclutas de la policía, también en un autobús.
Un portavoz de los talibanes, Zabihula Mujahed, reivindicó el ataque y dijo por teléfono a la AFP que se trataba de una de las "operaciones" que habían prometido durante el Ramadán, el mes sagrado del islam.
En una conferencia de prensa en Kabul, el presidente Karzai condenó este atentado "contra la humanidad y, sin lugar a dudas, contra el islam" y llamó a una lucha internacional "más vigorosa" contra el terrorismo.
Pero, al mismo tiempo, Karzai invitó al dirigente fundamentalista Gulbuddin Hekmatyar y al molá Omar, a negociar con él el fin de las hostilidades.
"Estamos dispuestos a hablar con todos los afganos", respondió el Presidente cuando se le preguntó si Gulbuddin Hekmatyar y el molá Omar podrían participar en las negociaciones.
Sin embargo, Karzai rechazó categóricamente la retirada de los 50.000 soldados de las fuerzas internaciones establecidos en el país, una condición previa a toda negociación impuesta por Hekmatyar y el molá Omar, los dos afganos más buscados por Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Por otro lado, el contingente internacional anunció la muerte de dos de sus soldados, uno de ellos en combate, lo que eleva a 177 en número de militares extranjeros muertos en el país en lo que va de año.
Los talibanes, que fueron desalojados del poder en 2001 por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos, lanzan diariamente ataques de todo tipo contra las instituciones del Estado y están multiplicando los secuestros, sobre todo de extranjeros.
El último hasta la fecha se produjo hace cuatro días y los secuestrados, cuatro miembros del CICR en el centro de Afganistán, fueron liberados este sábado por la tarde.
Las personas liberadas, dos afganos, un macedonio y un birmano, llegaron a Kabul sanos y salvos, según fuentes oficiales. Todos participaban en una misión humanitaria de ayuda a la liberación del ingeniero alemán Rudolf Blechschmidt y de cinco compañeros de la Cruz Roja afganos detenidos por los talibanes desde el 18 de julio.
Después de negar el secuestro de los trabajadores del CICR, los talibanes admitieron que había habido "un error" y los liberaron "de forma incondicional".
Fuente: AFP
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