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Reese también subrayó como factores la acción asociada del uso de algunos agroquímicos que provocan la menor absorción del suelo y, por otro lado, el "efecto del agronegocio entendido como un negocio depredador del suelo".

"La suma de estos factores más la construcción de canales clandestinos hacen que los canales y arroyos tengan un exceso de aporte de agua de los campos, conforman una multicausalidad que produce efectos cada vez más severos", explicó en declaraciones a radio AM750.

El urbanista también reconoció "el riesgo de tener un efecto climático cada vez más severo ocurre en todo el mundo" y ante esta situación advirtió sobre la necesidad de "una intervención en los mercados inmobiliario y un Estado más fuerte en el control del uso del suelo".

El especialista marcó la contradicción en los grandes medios gráficos que los sábados publican suplementos inmobiliarios al señalar que "en la tapa dicen que las inundaciones ocurren por falta de obras mientras que los grandes capitales inmobiliarios publicitan con avisos de tres millones de pesos obras que alteran el territorio y modifican el medio ambiente".

"Cuando el Estado quiere poner regulaciones en estos emprendimientos dicen que violan la propiedad individual pero después le echan la culpa por falta de obras", cuestionó Reese al remarcar que el problema de la tierra "es central tanto como la seguridad".

"Dentro de los derechos vulnerados que todavía persisten, la tierra constituye un elemento central porque la distribución de la renta y el acceso a un hábitat digno que respeta el medio ambiente es una cuenta pendiente que todavía tenemos que resolver frente a actores tremendamente poderosos", finalizó el especialista del CELS.