Dice un querido amigo reformista (psicoanalista, para más datos): “Nosotros son todos los que piensan como yo”. De esta manera induce a reflexionar que cualquier carácter de inclusión implica, entre otras cosas, una autoritaria manera de ver al que no piensa como uno. Como militantes históricos del pensamiento reformista de la universidad (algunos desde el Movimiento Universitario Reformista en los 60, otros en la Franja Morada desde 1968 y ahora en la Lista Graduados Reformistas por la Salud Pública) no podemos sino alarmarnos frente a algunas pretensiones de adueñarse de la identidad reformista. Desde la Facultad de Medicina siempre libramos la disputa entre el pensamiento reformista y el conservador. Esta disputa siempre fue clara. Ocho años de menemato encabezado por el profesor Ferreira nos enseñaron que no se puede ser sectario y excluyente frente a ciertas discusiones.
Podemos decir con orgullo y sin vergüenza que nunca renegamos de nuestro pensamiento, y que Guillermo Jaim Etcheverry siempre fue una figura que se respaldó en nuestros principios reformistas. Por eso, no sólo lo votamos decano (en contra de los profesores de la dictadura) en 1986, sino que volvimos a hacerlo en 1998 y en la última asamblea para rector. Pero no estuvimos solos, nos acompañaron muchos reformistas de diferentes claustros y facultades, así como otros sectores de la universidad que, sin ser reformistas, son igualmente democráticos y progresistas. No hegemonizamos el discurso, por el contrario, abrimos el campo de juego para el fructífero debate de ideas. Entre quienes apoyamos al actual rector en la asamblea última, además de nosotros los reformistas, están otros, algunos con muchos años de gestión al frente de sus facultades, algunos que viraron en su pensamiento hacia posturas más de izquierda, otros hacia posturas de pensamiento independiente, quienes no reniegan del peronismo como su abrevadero ideológico y muchos otros reformistas de otras facultades.
Hay entonces continuidad, no continuismo, del pensamiento progresista al frente de la UBA. Porque nadie es el dueño de una idea, y somos los mismos que en 1918 proclamamos nuestro ideario a los hombres libres de Sudamérica, que le arrancamos a la curia el control del conocimiento, que creemos que la autoridad no se ejercita mandando sino sugiriendo y amando, enseñando, quienes construimos una universidad que brindó tres premios Nobel en ciencias a la humanidad, quienes pusimos el cuerpo a los bastones largos por defender la democracia frente a los proyectos corporativos y dictatoriales, quienes devolvimos luz democrática a la universidad luego de la oscura pesadilla de la dictadura, quienes defendimos la universidad pública frente a los intentos privatizadores del menemato, quienes estamos por mayores exigencias, para servir y no servirnos, por la solidaridad con los que menos tienen, desde hace 84 años, nosotros los reformistas.
* También firman Rodolfo León, Miguel Lafuente, Lucas Figueroa, Sergio Varela, Norberto Rodríguez, Miguel Goizueta, Roberto González, María Paz Molina, Julio Muniagurria y Gustavo Hirsh, todos miembros de la Lista de Graduados Reformistas por la Salud Pública.