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Lanzamientos
LOS SOÑADORES,
de Bernardo Bertolucci. Con Michael Pitt, Eva Green y Louis Garrel.
2003, 115 min. Gativideo.
La evocación del París del ’68 a cargo de Bertolucci vuelve sobre algunas de sus obsesiones, bajo el signo de un dilettantismo nunca ajeno a su obra. Un chico estadounidense llega a la capital francesa, justo en momentos en que le tout cinéma sale a las calles, a protestar por la remoción del mítico director de la Cinémathèque Française. Es la chispa que conducirá los levantamientos de mayo, pero el recién llegado termina refugiándose junto a dos hermanos liberados y perversones, en la espectacular casa de la familia. En una suerte de Ultimo tango de a tres, los ménages à trois más chic se sucederán de allí en más. Hasta que un piedrazo entre por la ventana y los tres vuelvan a salir a la calle. En el medio, el descubrimiento de la cinefilia, evocada en incómodos fragmentos en blanco y negro.
BON VOYAGE,
de Jean-Paul Rappeneau. Con Isabelle Adjani, Gérard Depardieu y Peter Coyote.
2004, 114 min. LK-Tel.
Tras el espectacular fracaso de la apolillada El húsar sobre el tejado, el septuagenario Jean-Paul Rappeneau (cuya película más conocida es Cyrano de Bergerac) vuelve a la carga con un elenco de superestrellas galas, que incluye nada menos que a la pareja Depardieu & Adjani, ladeados por la muy ascendente Virginie Ledoyen. En momentos en que el ejército nazi ocupa París, una Adjani más parecida a Amira Yoma que a sí misma hace... de sí misma. Esto es: una diva del cine, de gestos siempre excesivos. Depardieu es un ministro vichista; el norteamericano Peter Coyote, un espía alemán, y por allí hay un actor que hace de De Gaulle. A medio camino entre la comedia de bulevar, el drama bélico y el thriller de espionaje, Bon Voyage se queda justamente allí: a medio camino.
EL EXPRESO
de Berlín, de Jacques Tourneur. Con Robert Ryan, Merle Oberon y Paul Lukas.
1948, 85 min. B & N. Epoca.
A Jean-Paul Rappeneau no le hubiera venido mal ver este film de espionaje dirigido por su compatriota (largamente radicado en Estados Unidos) Jacques Tourneur, que transcurre inmediatamente después del fin de la Segunda Guerra y luce mucho más moderno que Bon Voyage. En la capital alemana, espías al servicio de los gobiernos estadounidense, británico, francés y soviético deben custodiar a un veterano hombre de paz, que tiene un plan de reunificación para su país. Una red de nostálgicos del Reich intentará impedírselo. Tourneur filma el ácido guión de Curt Siodmak con fluidez visual, gusto por lo bizarro (cierto villano disfrazado de payaso) y utilización casi expresionista de los decorados, con las ruinas de Frankfurt cumpliendo un rol esencial.
GUERREROS DEL CIELO Y DE LA TIERRA,
de He Ping. Con Jiang Wen, Nakai Kiichi y Zhao Wei.
2003., 119 min. LK-Tel.
Una superproducción china que busca parecerse a las películas occidentales de aventuras y a los westerns. Pero a los westerns con más pompa, al estilo de los de Kevin Costner. En el siglo VIII, un proscripto teniente de caballería (Jiang Wen, conocido actor de Sorgo rojo) es perseguido por un emisario japonés, al servicio del emperador chino. Todo esto tiene lugar en el preciado Camino de la Seda. La zona está infestada de bandidos turcos, que vienen a cumplir el rol de los indios en los westerns: hacerles la vida imposible a los “buenos”. Hay por allí un monje budista que transporta algo secreto, espectaculares paisajes desérticos, sangrientas batallas y una marcada tendencia a la heroicidad marmórea. Los viejos valores de la propaganda oficial, trasladados al cine de entretenimiento.