No hubo lugar para el milagro. La Selección Argentina de básquetbol volvió a plantarle dura pelea durante un tiempo a Estados Unidos, pero los NBA se terminaron imponiendo por un cómodo 109-83 ante un equipo de Julio Lamas que finalizó el juego regulando energías para el partido por el tercer puesto. En busca de la tercera medalla olímpica consecutiva, la Generación Dorada se medirá mañana desde las 7 ante Rusia, que cayó 67-59 ante España en la otra semifinal.

Con las dos experiencias anteriores, Argentina salió a buscar un partido de menos posesiones, con más control de balón y tratando de evitar que los estadounidenses pudieran correr al contragolpe. Y si bien la estrategia dio resultados a pesar de la ráfaga goleadora de Kobe Bryant, no terminó saliendo del todo bien porque hubo dos aspectos que no se pudieron controlar. El primero fue el rebote en el propio tablero, ya que los norteamericanos dominaron ese aspecto y por eso tuvieron dos y hasta tres chances por ataque. Y el segundo fue un pobre porcentaje de efectividad en los lanzamientos de tres puntos, que determinó que el conjunto de Lamas siempre corriera de atrás en el marcador.

Sin embargo, cuando promediaba el segundo cuarto, Carlos Delfino encontró su tiro abierto y Argentina redujo a tres puntos la desventaja. Pero como no se pudo controlar el propio tablero, el equipo de Mike Krzyzewski consiguió apagar las alarmas con las segundas chances, para llegar con siete puntos de ventaja (47-40), a pesar de un triple de Ginóbili en el segundo final. A mitad de juego, el partido todavía parecía posible. Se le había bajado el ritmo y el goleo al Dream Team, con lo que la hazaña era posible. Para sumar más a la ilusión, el tercer cuarto arrancó con otro triple de Ginóbili. Claro que no hubo posibilidades para más. Kevin Durant, apagado hasta allí, apareció con una de sus típicas rachas anotadoras y extendió la ventaja estadounidense por encima de los diez puntos. Y para colmo, Carmelo Anthony se sumó con tres triples seguidos y a la carrera para aumentar aún más la diferencia. El 74-57 con que se cerró el tercer parcial sólo dejaba margen para un milagro.

Ante ese panorama, y como los estadounidenses seguían imponiendo su intensidad para apoderarse del tablero argentino, la reacción resultó imposible. Por eso, el entrenador Lamas leyó que el juego estaba terminado y mandó a la cancha a los habituales suplentes, para que los titulares no siguieran cargando minutos sobre sus espaldas, pensando en la “final” de mañana, ante los rusos. De esa manera, el último tramo mostró un partido abierto, con defensas mucho más blandas y con los norteamericanos mostrando todo su repertorio con los tiros lejanos.

Más allá de los pormenores que tuvo el torneo, con la polémica derrota de España ante Brasil para elegir rival, la final será la lógica y esperada antes del inicio del certamen, Estados Unidos-España. Y en ese contexto, el equipo de Lamas está cumpliendo el objetivo que se propuso al salir de Buenos Aires hace casi un mes: llegar al domingo 12 con la posibilidad de disputar un partido por una medalla. El último obstáculo es Rusia, equipo al que Argentina venció la última vez que lo cruzó en el Mundial de Turquía. “Para nosotros, la medalla de bronce es el oro”, aseguró Ginóbili tras la derrota. Y por eso, mañana la Generación Dorada irá en busca de cerrar de la mejor manera otro torneo en el primer nivel del mundo, como hace más de una década.

83- ARGENTINA

Prigioni 0, Ginóbili 18, Delfino 15, Nocioni 7, Scola 15 (FI) J. Gutiérrez 6, Campazzo 7, Jasen 2, L. Gutiérrez 9, Kammerichs 4, Mata 0.

DT: Julio Lamas.

109- ESTADOS UNIDOS

Paul 10, Bryant 13, Durant 19, James 18, Chandler 4 (FI) Westbrook 7, Williams 6, Iguodala 2, Love 9, Harden 3, Davis 0, Anthony 18.

DT: Michael Krzyzewski.

Estadio: North Greenwich Arena.

Parciales: Argentina 19-24, 40-47, 57-74 y 83-109.

Arbitros: Carl Jungebrand (Finlandia) - Recep Ankarali (Turquía) - Robert Lottermoser (Alemania).