Otra vez, un temporal desató alarma y zozobra entre los porteños, especialmente entre vecinos y comerciantes de Belgrano. A partir de las 14, la tormenta anunciada comenzó a hacerse sentir en la zona y muchos comerciantes comenzaron a colocar compuertas en sus locales, mientras otros empezaban a llevarse la mercadería hacia el interior. La lluvia, con esporádica caída de granizo, se extendió hasta casi las 16 y, cada vez que se hacía más intensa, el agua llegaba a la mitad de la vereda, lo que hacía crecer el temor de los comerciantes de vivir otra vez el mismo episodio del jueves pasado, cuando en la esquina de Cabildo y Blanco Encalada el agua llegó al metro de altura.

La respuesta del gobierno porteño al nuevo temporal fue inmediata y, de alguna manera, agorera: el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santili, aseguró que en los próximos tres meses se producirán tormentas semejantes cada tres o cuatro días, “veinticuatro tormentas con mayor o menor intensidad, a razón de ocho por mes y una cada tres o cuatro días”, especificó. “Ante ello sólo podemos hacer una tarea de mitigación, como algunas obras en los reservorios de agua, pero si tenemos precipitaciones de 177 milímetros como la del jueves pasado, es poco lo que podemos hacer”, dijo el ministro.

La Ciudad soportó desde el mediodía 44 milímetros de agua que volvieron a anegar las calles, y fuertes vientos que en algunas zonas sopló a 70 kilómetros por hora.

“Pedimos a los vecinos que no saquen su basura a la calle fuera de horario los días en los que está anunciado tormenta, porque eso favorece que se tapen los sumideros”, dijo Santilli. “El fenómeno climático de calentamiento excesivo de la atmósfera, unido al pasaje de frentes fríos, son los que ocasionan estas tormentas” y que este año “empezamos a notarlas a partir de agosto, pero estamos teniendo un diciembre muy activo”, señaló el funcionario. También negó que se inunden calles que antes no se anegaban, sino que aseguró que lo que ocurrió es que cayó más agua.

“Acá cuando llueve se inunda y esto es algo que antes no pasaba. Los comerciantes vivimos con temor cada vez que anuncian tormentas y ya pensamos que es un día perdido, porque nadie quiere venir a comprar”, dijo Adrián, de una casa de fotografías. Marcelo, propietario de un local de mantelería sobre Cabildo, destacó que el problema de los comerciantes “son los oleajes que se forman y la Policía Metropolitana que no corta el tránsito cuando llueve. Esos oleajes rompieron algunos vidrios, pero los comerciantes creemos que nadie de la ciudad vendrá por aquí hasta que no haya algún muerto”, aseguró el vecino. “Desde el miércoles pasado no tenemos comunicación con el Gobierno de la Ciudad, no sabemos qué es lo que hará con nosotros”. agregó. Mariela, propietaria del local de ropa Dime que Sí, casi llegando a Olazábal, destacó que “acá cada vez que llueve se inunda. Lo malo es que se nos está haciendo natural a los comerciantes esta situación, pese que tenemos que cerrar desde el mediodía cuando viene la tormenta”. A diferencia del jueves pasado, en que diluvió en forma continua, ayer los temporales fueron intermitentes, lo que dio tiempo a que el agua se escurriera. Belgrano y los barrios de Palermo, Núñez y Saavedra son los más afectados por las fuertes tormentas, ya que se inundan al estar incluidos en la cuenca del arroyo Vega.