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Por su parte, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, advirtió que si se confirma que el derrumbe de parte del edificio de la calle Bartolomé Mitre 1232, se debió a la obra lindera, los constructores serán "responsables" de las pérdidas materiales de las 30 familias afectadas. Consultado si la administración capitalina no estaría fallando en los controles de las construcciones, Rodríguez Larreta fue categórico: "Uno no puede poner un inspector en cada obra, así no funciona. Es como poner un policía en cada esquina para que no haya accidentes de tránsito".

El titular de la Agencia Gubernamental de Control porteño, Javier Ibañez, precisó: "El arquitecto anoche se comunicó con nosotros diciendo que lo que encontró fue como una burbuja en el suelo. Al excavar la segunda parte, se hunde el terreno, que pela los cimientos del edificio de al lado". Ibañez agregó que "tiene que haber una investigación técnica y un peritaje para determinar si realmente eso existió o se trató de una negligencia". Sostuvo, además, que la obra "recién empezaba -los documentos y los planos se registraron en abril-, con lo cual no fue sometida a muchas inspecciones porque la excavación comenzó hace semanas". De cualquier forma aclaró que "por las denuncias que tuvimos hiciomos tres inspecciones". "El excavamiento tenía cuatro etapas: las tres primeras etapas fueron acorde con lo que el responsable de obra había planificado y había firmado en los planos".

En tanto, la arquitecta Susana Freyre, integrante de la cuadrilla de auxilio que intervino en la evacuación del edificio, justificó el desalojo de los vecinos del lugar, porque "ya no había más nada que hacer" debido a que el inmueble "tenía rajaduras muy importantes y estaba crujiendo".

El siniestro ocurrió ayer a las 19.50 en un edificio pegado a una obra en construcción en nivel de excavación que "posiblemente" provocó el colapso del inmueble, lo que dejó a todos sus moradores sin techo y a otros vecinos de la zona sin poder ingresar en sus hogares. El inmueble afectado tiene unos 30 departamentos, la mitad de los cuales colapsó y el resto quedó inhabitable, por lo que la mayoría de sus moradores se trasladó a casas de familiares y otro grupo era asistido por personal del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad.

El ingeniero Edgardo Castro, de la Superintendencia de Riesgo de Trabajo, consideró que "hay un record de derrumbes en la ciudad por obras" al señalar que "en un año hubo 13 hechos". "Las medidas de seguridad son para que no suceda nada, no para lamentarse después del derrumbe", reconoció Castro y explicó que "en cualquier obra de ingeniería tengo que tener la previsión de que me voy a encontrar con cosas que yo no sé, sobre todo en este tipo de terreno con edificios de 60 años".

Consultado acerca de los controles de obras de parte del gobierno porteño, Castro respondió que el peritaje del derrumbe del gimnasio Beara demuestra que "no se hizo nada para que no sucediera". Castro, señaló que si bien "el nivel de los profesionales que trabaja en las inspecciones es bueno, los funcionarios políticos son todos incompetentes". "Yo no puedo tener un abogado ni un contador que determine sobre la seguridad de una obra", aseveró el ingeniero, que trabaja en la Superintendencia desde hace siete años.