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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
07 NOV 1999










FINANZAS del Buen Inversor
 por Claudio Zlotnik


Las empresas sufren tasas altas y menos creditos

Sequía prolongada en la city

La incertidumbre electoral ya no les sirve como excusa a los bancos para limitar su asistencia al sector privado. Igualmente, el grifo sigue cerrado, y sin crédito se demora el repunte de la economía.

Los gerentes financieros de las empresas siguen en problemas. Para ellos, no hay demasiadas diferencias entre el período pre y postelectoral. Tal como ha venido ocurriendo durante todo este año, las compañías tienen enormes dificultades para acceder al crédito bancario. Las altas tasas de interés y la escasa predisposición de las entidades a prestar dinero les complica la vida a la hora de conseguir financiamiento. Y las consecuencias están a la vista: al sector privado no le queda otra alternativa que postergar las inversiones que tenían pautadas.
Esa sequía crediticia afecta el repunte del nivel de actividad. Resulta obvio que, si las empresas no ponen en marcha inversiones, se retrasará el despegue de la economía, alimentando un círculo vicioso: el sector privado no invierte porque le resulta imposible afrontar los elevados costos financieros y la economía no puede recuperarse.
Por ahora, las compañías líderes se limitan a renovar sus abultadas deudas y se abstienen de tomar nuevos créditos, por temor y, fundamentalmente, porque los bancos no amplían las líneas a tasas de interés compatibles para que un proyecto de inversión sea rentable. En tanto, las tasas de interés se sitúan en los máximos del año: según la encuesta del Banco Central, los créditos en pesos para una compañía de primera línea a 30 días de plazo se ubican en el 13,3 por ciento anual. Y en el 10,1 por ciento anual si el préstamo es en dólares. El dato no es menor: tanto esos niveles como el diferencial (spread) entre las tasas en pesos y las nominadas en dólares son similares a los que existían a principios de año, en medio de la incertidumbre tras la devaluación brasileña. Y se encuentran entre 3 y 5 puntos porcentuales por encima de lo que debían pagar en abril o mayo pasados.
En la city dan cuenta de diversos motivos para explicar semejante repunte en el costo del dinero. Los financistas señalan la necesidad de liquidez por parte de las entidades ante la inminencia del cambio del milenio: los bancos quieren estar preparados por si, hacia fin de año, los ahorristas retiran por miedo parte de sus depósitos, y por si fallan los sistemas informáticos. En ese escenario las entidades seducen a los ahorristas con tasas de interés más altas para que no retiren sus depósitos.
Además, a los financistas no se les escapa otro dato importante: durante setiembre y octubre, un grupo de compañías líderes extranjeras adquirieron en el mercado de futuros un total de 3000 millones de dólares. Esas operaciones, ordenadas desde el exterior por las casas matrices, fueron adoptadas como una manera de cubrirse ante la incertidumbre cambiaria generada en los meses previos a las elecciones. Como buena parte de aquel monto fue cubierto en billetes físicos, se generó una suerte de presión monetaria que terminó elevando las tasas de los préstamos interbancarios, que también sirven como referencia de las demás tasas de interés.
En el microcentro confían en que una vez que Fernando de la Rúa anuncie las primeras medidas económicas, las tasas bajarán. Y, a partir de allí, se reactive el mercado crediticio, condición necesaria para la reactivación de la economía.