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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
07 NOV 1999










 Y LA NAVE VA...
 Por Claudio Scaletta


¿La corrupción es buena o mala? La literatura económica parece no ponerse de acuerdo. En www.geocities.com/WallStreet/7350/corrup.html se analiza la perspectiva de los “costos de transacción”. De acuerdo a esta visión la corrupción puede incrementar dichos costos: “Si un contratista tiene que sobornar a un funcionario para que le adjudiquen un contrato, es lógico pensar que el monto pagado se transferirá al costo de la obra y, en última instancia, a los contribuyentes”. Bajo esta misma óptica microeconómica, sin embargo, también se llega al resultado opuesto: “En un ambiente de alta regulación la corrupción puede ser beneficiosa en la medida que acelera trámites y reduce costos de transacción; especialmente en tiempo”. En este caso la eliminación de la regulación implicará el fin de la corrupción.
El problema no se reduce a las cuestiones micro. En algunos países existe una fuerte correlación entre corrupción, endeudamiento externo y la fuga de capitales. En www.eurosur.org/NGONET/tr9220.htm se explica que “sin fuga de capitales y corrupción la crisis de la deuda externa no existiría en su forma actual. Más de la mitad del endeudamiento de los países del sur está depositada en cuentas particulares en paraísos fiscales controlados por los bancos del norte. Los cinco países que reciben más de estos capitales son: Panamá, Islas Caimán, Suiza, Luxemburgo y Estados Unidos”.
En www.transparency-lac.org/libro1.html#c1 –la página de Transparencia Internacional– se corroboran los efectos económicos de las perspectivas antes mencionadas y se agregan nuevos elementos relativos a la tecnología y el desarrollo: “Se ha observado que la corrupción aumenta los costos de los bienes y servicios e incrementa la deuda de un país”, pero además también se genera, desde la adquisición de “tecnologías inapropiadas o innecesarias” hasta “la aprobación de proyectos basados en el valor del capital involucrado más que en la mano de obra (por ser más lucrativo para el que comete la corrupción), lo que puede ser menos útil desde el punto de vista del desarrollo”.
En el mismo documento puede leerse una expresión que sintetiza un nuevo estado de ánimo y que podría aplicarse directamente a la realidad local: “La corrupción es un comportamiento antiguo, hace mucho tiempo ilegal, pero objeto de una práctica tolerada en las altas esferas y por la opinión pública. Actualmente hemos ingresado a un período en donde este comportamiento, antes tolerado, ya no lo es más”. La frase corresponde al procurador general de Francia, Pierre Truche; apellido que –si se lo traslada al contexto local– puede resultar inapropiado.