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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
12 DIC 1999








 EL BAUL DE MANUEL
 por M. Fernandez López


Como colonia de negro

Así de persistente es la corrupción. Tan antigua e inasible que en la India, en el siglo IV a.C., se comparaba a los funcionarios con los peces en el agua, de quienes era imposible percibir cuándo bebían agua o se abstenían de hacerlo. El uso de la función pública para el enriquecimiento personal es, de todas las corrupciones, la más vituperable, pues aunque el enriquecimiento en sí no es condenable, es trágico si tiene como contrapartida recursos sustraídos a la salud pública, la educación pública, la Justicia y la seguridad. Un grifo de oro en una bañera de un funcionario puede equivaler a cientos de medicamentos que nunca llegarán a otros tantos jubilados. ¿Cuántas formas de corrupción tienen a su alcance los funcionarios? Casi innumerables, incluso pasivas: sin hacer nada, cajoneando un expediente, puede impedirse dar curso al castigo de un corrupto. Hemos visto cómo funcionarios presos por graves delitos recobraron pronto su libertad sencillamente por no recaer sentencia sobre ellos. Las compras de suministros por las reparticiones públicas han sido, tradicionalmente, campos propicios para la coima. También vimos cómo el chiquitaje de la coima se vio unificado, ¿para eliminar tales focos de corrupción o para centralizar las coimas en una sola mano? Igual que los impuestos, el dinero del delito se extrae de quien tiene capacidad contributiva: quien ganó en la ruleta, o cobró un billete premiado, o retiró dinero del banco. Aquellas actividades que prometen cuantiosas ganancias y que necesitan permisos y autorizaciones del gobierno, están expuestas al pedido de coimas, que pueden ser tan cuantiosas como la ganancia empresarial. Ya no es chiquitaje, sino una maquinaria de recaudación, cuyo obrar exige un equipo con dedicación full time de contadores para el seguimiento y control de los pactos non sanctos. ¿Cómo estamos con relación a otros países? Según el trabajo de Pranaba Bardhan, “Corrupción y desarrollo” (1997), si se da un valor de referencia 10 al índice de baja corrupción (BC), al índice de eficiencia del sistema legal (ESL) y al índice de eficiencia de la estructura gubernamental (EG), que sólo Suiza y Holanda alcanzaban en los tres rubros, la Argentina alcanza sólo 7,66 puntos en BC, debajo de Chile (25) y Uruguay ((8); 6 puntos en ESL, debajo de Chile (7,25) y Uruguay (6,5), y 6,77 en EG, debajo de Chile (8,58) y Uruguay (6,83).

Nuestras raíces cuadradas

En qué terreno se hunden esos conductos que llamamos raíces y que nutren nuestros afanes y acciones? ¿En nuestros ancestros, que nos transmiten valores y pautas culturales? ¿En el trabajo, que moldea nuestra personalidad y desarrolla o amputa potencialidades? En mi infancia llené muchos ocios con las canciones hispanas de Marcos Redondo, y llegué a creer que mis raíces eran suaves y continuas como las espirales. Pero a la hora del estudio y el trabajo, resultaron ser filosas y cortantes como las aristas de un cubo. Los economistas, en efecto, derivan una parte de sus proposiciones de raíces cuadradas. El caso más conocido es aquel en que una empresa fija el nivel de inventarios del bien que vende. Si fija un nivel muy bajo, corre el riesgo de no tener para vender si de pronto recibe pedidos imprevistamente altos. Si fija un nivel alto, los costos de almacenamiento comerán una parte de sus ganancias. La cantidad óptima es directamente proporcional a la venta en un período dado y el costo de efectuar nuevos pedidos, e inversamente proporcional a la longitud del período considerado y costo unitario de mantener bienes por unidad de tiempo. Depende de todo ello, pero no de los valores totales, sino de su raíz cuadrada. Esta relación, desarrollada por el análisis de operaciones, sugirió importantes modelos sobre tenencia óptima de activos financieros a Baumol, “La demanda de dinero para transacciones: un enfoque teórico de inventarios” (1952); Tobin, “La demanda de dinero como conducta hacia elriesgo” (1956); Olivera, “La ley de la raíz cuadrada de las reservas precautorias” (1971), y otros. Para Baumol, la tenencia óptima de dinero es función de la raíz cuadrada de las transacciones que se deben efectuar. Pero el caso más espectacular fue el de J. von Thünen. Este estudioso alemán fundó la ciencia económica espacial con su libro El Estado aislado (1826), y anticipó la teoría de la productividad marginal del trabajo como explicación del salario de mercado, expuesta en la segunda parte de la obra citada, publicada en 1850. Thünen llamaba a a la cantidad fija que los trabajadores gastaban en un año, y b al valor monetario del producto nacional. Obtenía que el “salario natural” era la raíz cuadrada de a,b, el valor máximo del salario. Tan convencido estaba Thünen de su fórmula, que la mandó grabar en la losa que cubriría su tumba, lo cual se cumplió.