EN
EL 2000 SEGUIRA LA SEQUIA
DE FONDOS EXTRANJEROS EN EL RECINTO
El temor es la bandera de los capitales
Un
informe del influyente Instituto Internacional de Finanzas (IIF)
rebela que el flujo de fondos hacia los emergentes seguirá
en los niveles deprimidos de los últimos dos años.
Desafío para Machinea..
Primero
fueron los analistas privados, y ahora hasta el Banco Mundial se
ha sumado a la advertencia. El consenso entre los financistas es
que durante el año 2000 no habrá un masivo flujo de
capitales hacia los países emergentes. El dato no es irrelevante:
el gobierno de Fernando de la Rúa precisará que los
inversores internacionales le presten casi 20.000 millones de dólares
durante el próximo año. La escasez de capitales vendrá
acompañada de tasas de interés en ascenso.
En la city no esperan una crisis financiera. Sin embargo, tanto
los principales bancos como los organismos internacionales admiten
que, tras la tormenta que sacudió a la aldea global en los
últimos dos años, los inversores seguirán cautelosos.
Y continuarán apostando a los mercados más seguros,
como el estadounidense.
Al respecto, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), una entidad
en la cual participan destacados banqueros de todo el mundo, y que,
precisamente, mide los movimientos de capitales hacia los emergentes,
destacó en su último informe que durante el próximo
año América latina recibiría en el mejor de
los casos unos 80.000 millones de dólares, apenas un 10 por
ciento por encima de lo percibido durante 1999. Muy atrás
ha quedado el período 96-98, cuando la región absorbió
poco más de 100.000 millones por año, lo que ayudó
a la Argentina a mostrar un significativo crecimiento económico.
Algunos analistas sostienen que, si efectivamente se cumple este
pequeño salto en el ingreso de fondos, se marcará
un punto de inflexión. Y agregan que, si no se produce ningún
traspié, a partir del 2001 la Argentina volverá a
beneficiarse ampliamente de la apuesta de los financistas. Hay otros,
en cambio, más cautelosos. Estos opinan que De la Rúa
podrá contar el próximo año con el dinero suficiente
para refinanciar la deuda pero, en cambio, no se favorecerá
con ingresos extra de inversiones extranjeras que sirvan para apuntalar
la alicaída economía.
Entre este grupo de operadores se sostiene que el 2000 será
una prueba de fuego para el gobierno de la Alianza. En ese sentido,
José Luis Machinea deberá ser capaz de cumplir con
el objetivo que pauta la Ley de Convertibilidad Fiscal, de un déficit
fiscal de 4500 millones de pesos para el año que viene, asegurando
la solvencia del Estado. Recién a partir de entonces, creen,
podrá aumentar la confianza de los inversores internacionales.
Algo que se corresponderá con una baja sensible de la tasa
de interés doméstica.
En Economía, los flamantes funcionarios saben que todos los
focos apuntan hacia ellos. El desafío ya está en marcha.
|