El
nuevo secretario de Hacienda, Mario Vicens
De
la Rúa puede tener su
luna de miel con los mercados
Por
Maximiliano Montenegro
Mario
Vicens fue director del Banco Central cuando José Luis Machinea
era presidente y trabajó por varios años en el Banco
de Crédito Argentino, cuando era conducido por Fernando de
Santibañez, el economista asesor todo terreno
de Fernando de la Rúa. Hasta el viernes, era titular de una
reconocida consultora de la city (Macroeconómica),
lo que lo convirtió en un hombre de diálogo con los
mercados. A partir de mañana será el secretario
de Hacienda y, en la práctica, viceministro de Economía,
porque, justamente, lo que más le preocupa al gobierno entrante
hoy es cómo hacer para gastar menos y mejor. El FMI
está llegando a fin de la semana que viene. La expectativa
es hacer una negociación rápida para extender el acuerdo
vigente, le dijo Vicens a Cash, desmintiendo los rumores que
hablaban de una postergación y dejando en claro el porqué
del apuro de los últimos días por aprobar el Presupuesto
2000 junto con un paquetón impositivo. Para tal objetivo
una posibilidad es pedir un waiver (perdón) por el
incumplimiento de las metas fiscales de este año, explicó.
Y no admitió que, dentro de la negociación, se podría
firmar un programa paraguas hasta el 2003. Así
quedaría fijado el rumbo de la política económica
del gobierno de la Alianza.
El fotógrafo que le hizo la nota, antes de ir a verlo
a usted, se la pasó protestando de que le volvían
a manotear el bolsillo con más impuestos.
La clase media no está afectada por el paquete.
Cómo que no: una persona casada, con dos hijos, que cuenta
con 1800 pesos por mes para sostener a su familia tiene que pagar
más impuestos.
Desde el punto de vista del impuesto a las Ganancias tiene
que pagar sólo 13 pesos por mes más, unos 150 pesos
todo el año. Eso le baja el ingreso disponible en sólo
0,7 por ciento.
Eso es por Ganancias. Hay que sumar lo que va a pagar, por ejemplo
cuando vaya al cine, compre cigarrillos, cerveza o pasajes.
El resto del impacto es el IVA, pero la generalización
es muy limitada: prestaciones de agentes de bolsa, transporte de
pasajeros de media y larga distancia y el caso de la medicina privada
ya venía de antes. Ahí calculamos que podemos recaudar
sólo 200 millones de pesos al año, que distribuido
(en la gente que lo paga) es nada. Donde eventualmente puede haber
algún impacto es por el lado de impuestos internos, en la
medida de que sea consumidor de bebidas alcohólicas, piedras
preciosas, tapices, telefonía móvil. Pero, ¿cuánto
puede representar la compra de estos artículos en el conjunto
del gasto de la clase media? El mayor esfuerzo fiscal está
concentrado en la gente de más altos ingresos: el 92 por
ciento de los recursos fiscales que se conseguirán con este
paquete afecta al 10 por ciento de la población de mayores
ingresos.
Es decir, gente que gana más de...
Tres mil pesos.
¿Por qué no aplicaron medidas de neto corte progresivo,
como gravar con ganancias la distribución de dividendos en
cabeza de las personas físicas o las rentas financieras?
Este paquete es progresista. Nuestro desafío fue
conciliar las necesidades fiscales de corto plazo con una estructura
tributaria a la que uno quiere aspirar en el largo plazo. Aspiramos
a una estructura tributaria en que tenga menos importancia el IVA
y más Ganancias, porque este impuesto tiene un sesgo progresivo.
Con esta reforma no arriamos esta idea. Pero es un segundo mejor
en términos de lo que hubiéramos querido. Si no tuviéramos
la necesidad de cerrar las cuentas fiscales, lo ideal hubiera sido
plantear una reforma tributaria neutra desde el punto de vista de
los ingresos.
Durante el gobierno de Menem los secretarios de Hacienda se hicieron
famosos por cerrarles la caja no sólo a los gobernadores
sino también aotros ministros del propio gobierno. ¿A
usted no le va a temblar el pulso para jugar el mismo rol?
Yo estoy en la Secretaría de Hacienda para cumplir
los compromisos que el Gobierno asume a través de un Presupuesto
y de una estructura tributaria vigente. Voy a poner todos mis esfuerzos
para que esto se cumpla. Si esto significa que tengo que pedirle
al resto del gobierno que modere sus gastos, sin ninguna duda lo
voy a hacer. Pero cualquier secretario de Hacienda necesita del
apoyo del resto del gobierno para cumplir esos objetivos. Yo voy
a tener el apoyo, en primer lugar, del ministro (de Economía,
José Luis Machinea), porque está consustanciado con
que el mercado no financiará un déficit mayor. En
segundo lugar, el Presidente recalcó en su discurso en la
Asamblea Legislativa la importancia de tener cuentas ordenadas.
¿Desde Economía se van a manejar con el criterio
de caja, es decir, que si los ingresos son menores a
lo presupuestado se congelarán gastos?
Eso depende de cómo venga el financiamiento. De
hecho, hay un techo presupuestario que hay que respetar. Si tenemos
dificultades, si no podemos convencer a los mercados de que hay
cuentas fiscales en orden, si Argentina vuelve a sufrir las consecuencias
de algún shock externo, entonces tendremos que adecuarnos
a las circunstancias.
¿Cuándo se paga el aguinaldo?
No lo decidimos todavía. A cualquier gobierno
le gustaría pagar el aguinaldo completo y los sueldos en
diciembre. Pero vamos a ver cuál es el margen financiero
y tomaremos una decisión sobre eso.
¿Cuál es la alternativa?
Lo que se hizo en los últimos años. Pagar
una parte del aguinaldo en diciembre y otra en enero, y pagar una
parte del salario en diciembre y otra en enero. Es lo que se hizo
el año pasado. De base, mantendríamos este calendario.
Si se puede mejorar, lo haremos.
¿Hoy las provincias son un problema para la estabilidad
económica?
Las provincias hoy representan un problema para la macroeconomía,
porque el déficit consolidado de las provincias ha crecido
bastante con respecto de lo que era dos años atrás.
Pero no se puede generalizar. Hay provincias que han hecho bien
las cosas y otras que las hicieron mal. En este sentido, todo el
peso del ajuste que deben encarar las provincias tiene que estar
concentrado en aquellas que han hecho mal las cosas.
¿Todavía sobra empleo público en la administración
pública. O el gobierno de Menem ya recortó todo el
empleo público que se podía?
Hay margen para seguir mejorando la situación
del sector público. En dos planos: la productividad, por
un lado; y por otro, recomponer la estructura del empleo público.
El proceso debe ser jerarquizar al empleado público, al tiempo
que se reduce la cantidad de empleados. En el corto plazo, vamos
a revisar todas las decisiones del gobierno saliente, en términos
de contratos o de incorporaciones recientes a la nómina de
planta. Despidos masivos no va a haber. En todo caso, se prescindirá
de la gente que no es necesaria.
¿Están pensando en algún programa de sueldos
públicos que implique premios por productividad?
Estamos pensando en algo así, para atar la remuneración
de los empleados públicos con algún criterio de productividad.
La Administración de Ingresos Públicos estará
bajo su órbita. ¿El problema de la evasión
están concentrado en un selecto grupo de grandes evasores
o el problema es la evasión de la clase media, como decía
Carlos Rodríguez (ex viceministro de Roque Fernández)?
Es difícil de contestar. No tenemos suficiente
información como para decir que está concentrada en
pocos contribuyentes o que es un problema extendido. Vamos a reforzar
los recursos informáticos de la AFIP para ampliar el control
y la fiscalización a cada vez más contribuyentes.
Después vamos a saber si es un problema concentrado o extendido.
Yo tiendo a pensar que hay de ambas cosas.
Estabilidad
y crecimiento
Más
allá de las críticas que se sabe la Alianza hace de
Menem, ¿desde su punto de vista hizo algo positivo?
Sobre todo en la primera parte de su gobierno, Menem
hizo mucho por lograr la estabilidad. Una estabilidad que no fue
transitoria sino que ha prevalecido durante una década y,
por lo tanto, es un logro muy importante. Creo, por otro lado, que
en la segunda etapa de su gobierno no se avanzó todo lo que
debía para que esa estabilidad se convirtiera en una etapa
de crecimiento sostenido. Esa es la tarea pendiente.
¿La estabilidad es la Convertibilidad?
Es la estabilidad mientras los argentinos no hayan recuperado
la confianza en el valor de su moneda. El día que hayamos
recuperado plenamente la confianza en el peso claramente ya no va
a ser necesaria la Convertibilidad. Pero eso todavía está
lejos.
¿Otra década más?
Tuvimos cuarenta o cincuenta años de inestabilidad,
para borrar eso de las decisiones de los ciudadanos hay que remar
mucho. Claramente, creo que va a exceder al plazo de este gobierno,
aun cuando se hagan las cosas muy bien.
Cuatro
ministros
Domingo
Cavallo
Como ministro de Economía hizo una contribución
muy positiva al país.
Roque
Fernandez
Para lo que le tocó vivir, en la segunda parte del
gobierno de Menem, se manejó muy bien. Quizás hubiera
querido que no hubiera este desorden fiscal de la última
etapa. Pero, dadas las circunstancias, supo elegir, desde un punto
de vista de la gestión de Hacienda, objetivos limitados para
un gobierno que se estaba yendo.
Juan
Sourrouille
En su momento fue un ministro muy innovador y creativo. Después
las cosas no salieron como se esperaba.
Jose L. Machinea
Hoy tiene enormes ventajas y condiciones para hacer
una buena gestión económica. Es una persona que tiene
experiencia y autonomía. Tiene el consenso tanto de las fuerzas
integrantes de la Alianza como del mercado. Y tiene claro que, para
crecer, primero hay que ordenar las cuentas fiscales y después
profundizar las reformas.
¿Puede ir más allá de lo que hizo Cavallo?
Son momentos distintos. En su momento Cavallo tuvo la enorme
valentía de tomar decisiones audaces que consiguieron estabilizar
la situación. Hoy no se trata de decisiones audaces, sino
de trabajar duro para consolidar las posibilidades de crecimiento
con la reforma del sector público y dar previsibilidad desde
lo institucional a la gente.
No
habrá test de mercado
Esta
semana, Manuel Sacerdote, presidente del BankBoston, dijo que el
gobierno de la Alianza no había sido testeado por los mercados.
Pronosticó que en el futuro las tasas de interés en
pesos subirán en relación con las tasas en dólares.
Y advirtió que si hubiese un test de mercado
para este gobierno, las tasas en pesos iban a volar. ¿Qué
opina?
La transición hasta ahora ha sido ordenada y eso
se reflejó en los mercados. La tasa de interés subió,
pero no subió tanto como hubiera sucedido si la transición
era más complicada. En la medida en que se avance en aprobar
el Presupuesto del 2000, y la reforma tributaria junto con el Pacto
Fiscal, mi sensación es que no hay espacio para semejante
testeo. Lo que está diciendo Sacerdote es que si no se avanza,
y no se puede presentar ante los mercados un prospecto de cuentas
ordenadas, probablemente los mercados se pongan nerviosos y tengamos
que asistir a una suba de las tasas de interés, que sería
generalizada, no veo por qué tenga que afectar especialmente
al segmento en pesos. Pero hoy no hay espacio para que eso suceda.
A un ahorrista medio, ¿qué le conviene hacer hoy?
Si tiene una tasa de interés más conveniente
en pesos, le aconsejaría que ponga la plata en un plazo fijo
en pesos. Si consigue una tasa más alta en dólares,
que la ponga en dólares. Es exactamente lo mismo desde el
punto de vista de lo que importa, que es mantener el poder adquisitivo
de su moneda.
¿De la Rúa puede tener su luna de miel con los
mercados?
Yo creo que sí, y depende de que se aprueben los
instrumentos que estamos discutiendo en el Congreso.
Cambiando de luna de miel, ¿De la Rúa va a bajar
el desempleo a un dígito?
Si somos capaces de mostrar cuentas fiscales ordenadas,
no tengo duda de que vamos a crecer rápido y va a bajar el
desempleo. Pero que baje a un dígito es un objetivo de largo
plazo.
Las llamadas reformas estructurales, que siempre
reclaman desde Washington, ¿ya las hizo todas Menem?
Hay muchas reformas pendientes. Por ejemplo, hay que
mejorar fuertemente la productividad del sector público.
También en el mercado laboral, donde hay una flexibilización
que ha prosperado sin un marco legal que lo soporte. El desafío
de la Alianza va a ser darle un marco legal a la flexibilización,
que de hecho existe.
¿Privatización de bancos oficiales?
No. Por ahora, la única medida va a ser convertir
al Banco Nación en sociedad anónima. Esto sería
un avance importante, porque aseguraría que el Banco Nación
esté sujeto a la disciplina del mercado. Así será
más transparente y podrá ser mejor controlado por
la sociedad.
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