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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
12 DIC 1999








 REPORTAJE

El nuevo secretario de Hacienda, Mario Vicens

“De la Rúa puede tener su
luna de miel con los mercados”

Por Maximiliano Montenegro

Mario Vicens fue director del Banco Central cuando José Luis Machinea era presidente y trabajó por varios años en el Banco de Crédito Argentino, cuando era conducido por Fernando de Santibañez, el economista asesor “todo terreno” de Fernando de la Rúa. Hasta el viernes, era titular de una reconocida consultora de la city (“Macroeconómica”), lo que lo convirtió en un hombre de diálogo con “los mercados”. A partir de mañana será el secretario de Hacienda y, en la práctica, viceministro de Economía, porque, justamente, lo que más le preocupa al gobierno entrante hoy es cómo hacer para gastar menos y mejor. “El FMI está llegando a fin de la semana que viene. La expectativa es hacer una negociación rápida para extender el acuerdo vigente”, le dijo Vicens a Cash, desmintiendo los rumores que hablaban de una postergación y dejando en claro el porqué del apuro de los últimos días por aprobar el Presupuesto 2000 junto con un paquetón impositivo. Para tal objetivo “una posibilidad es pedir un waiver (perdón) por el incumplimiento de las metas fiscales de este año”, explicó. Y no admitió que, dentro de la negociación, se podría firmar “un programa paraguas hasta el 2003”. Así quedaría fijado el rumbo de la política económica del gobierno de la Alianza.
El fotógrafo que le hizo la nota, antes de ir a verlo a usted, se la pasó protestando de que le volvían a manotear el bolsillo con más impuestos.
–La clase media no está afectada por el paquete.
Cómo que no: una persona casada, con dos hijos, que cuenta con 1800 pesos por mes para sostener a su familia tiene que pagar más impuestos.
–Desde el punto de vista del impuesto a las Ganancias tiene que pagar sólo 13 pesos por mes más, unos 150 pesos todo el año. Eso le baja el ingreso disponible en sólo 0,7 por ciento.
Eso es por Ganancias. Hay que sumar lo que va a pagar, por ejemplo cuando vaya al cine, compre cigarrillos, cerveza o pasajes.
–El resto del impacto es el IVA, pero la generalización es muy limitada: prestaciones de agentes de bolsa, transporte de pasajeros de media y larga distancia y el caso de la medicina privada ya venía de antes. Ahí calculamos que podemos recaudar sólo 200 millones de pesos al año, que distribuido (en la gente que lo paga) es nada. Donde eventualmente puede haber algún impacto es por el lado de impuestos internos, en la medida de que sea consumidor de bebidas alcohólicas, piedras preciosas, tapices, telefonía móvil. Pero, ¿cuánto puede representar la compra de estos artículos en el conjunto del gasto de la clase media? El mayor esfuerzo fiscal está concentrado en la gente de más altos ingresos: el 92 por ciento de los recursos fiscales que se conseguirán con este paquete afecta al 10 por ciento de la población de mayores ingresos.
Es decir, gente que gana más de...
–Tres mil pesos.
¿Por qué no aplicaron medidas de neto corte progresivo, como gravar con ganancias la distribución de dividendos en cabeza de las personas físicas o las rentas financieras?
–Este paquete es progresista. Nuestro desafío fue conciliar las necesidades fiscales de corto plazo con una estructura tributaria a la que uno quiere aspirar en el largo plazo. Aspiramos a una estructura tributaria en que tenga menos importancia el IVA y más Ganancias, porque este impuesto tiene un sesgo progresivo. Con esta reforma no arriamos esta idea. Pero es un segundo mejor en términos de lo que hubiéramos querido. Si no tuviéramos la necesidad de cerrar las cuentas fiscales, lo ideal hubiera sido plantear una reforma tributaria neutra desde el punto de vista de los ingresos.
Durante el gobierno de Menem los secretarios de Hacienda se hicieron famosos por “cerrarles la caja” no sólo a los gobernadores sino también aotros ministros del propio gobierno. ¿A usted no le va a temblar el pulso para jugar el mismo rol?
–Yo estoy en la Secretaría de Hacienda para cumplir los compromisos que el Gobierno asume a través de un Presupuesto y de una estructura tributaria vigente. Voy a poner todos mis esfuerzos para que esto se cumpla. Si esto significa que tengo que pedirle al resto del gobierno que modere sus gastos, sin ninguna duda lo voy a hacer. Pero cualquier secretario de Hacienda necesita del apoyo del resto del gobierno para cumplir esos objetivos. Yo voy a tener el apoyo, en primer lugar, del ministro (de Economía, José Luis Machinea), porque está consustanciado con que el mercado no financiará un déficit mayor. En segundo lugar, el Presidente recalcó en su discurso en la Asamblea Legislativa la importancia de tener cuentas ordenadas.
¿Desde Economía se van a manejar con el criterio de “caja”, es decir, que si los ingresos son menores a lo presupuestado se congelarán gastos?
–Eso depende de cómo venga el financiamiento. De hecho, hay un techo presupuestario que hay que respetar. Si tenemos dificultades, si no podemos convencer a los mercados de que hay cuentas fiscales en orden, si Argentina vuelve a sufrir las consecuencias de algún shock externo, entonces tendremos que adecuarnos a las circunstancias.
¿Cuándo se paga el aguinaldo?
–No lo decidimos todavía. A cualquier gobierno le gustaría pagar el aguinaldo completo y los sueldos en diciembre. Pero vamos a ver cuál es el margen financiero y tomaremos una decisión sobre eso.
¿Cuál es la alternativa?
–Lo que se hizo en los últimos años. Pagar una parte del aguinaldo en diciembre y otra en enero, y pagar una parte del salario en diciembre y otra en enero. Es lo que se hizo el año pasado. De base, mantendríamos este calendario. Si se puede mejorar, lo haremos.
¿Hoy las provincias son un problema para la estabilidad económica?
–Las provincias hoy representan un problema para la macroeconomía, porque el déficit consolidado de las provincias ha crecido bastante con respecto de lo que era dos años atrás. Pero no se puede generalizar. Hay provincias que han hecho bien las cosas y otras que las hicieron mal. En este sentido, todo el peso del ajuste que deben encarar las provincias tiene que estar concentrado en aquellas que han hecho mal las cosas.
¿Todavía sobra empleo público en la administración pública. O el gobierno de Menem ya recortó todo el empleo público que se podía?
–Hay margen para seguir mejorando la situación del sector público. En dos planos: la productividad, por un lado; y por otro, recomponer la estructura del empleo público. El proceso debe ser jerarquizar al empleado público, al tiempo que se reduce la cantidad de empleados. En el corto plazo, vamos a revisar todas las decisiones del gobierno saliente, en términos de contratos o de incorporaciones recientes a la nómina de planta. Despidos masivos no va a haber. En todo caso, se prescindirá de la gente que no es necesaria.
¿Están pensando en algún programa de sueldos públicos que implique premios por productividad?
–Estamos pensando en algo así, para atar la remuneración de los empleados públicos con algún criterio de productividad.
La Administración de Ingresos Públicos estará bajo su órbita. ¿El problema de la evasión están concentrado en un selecto grupo de grandes evasores o el problema es la evasión de la clase media, como decía Carlos Rodríguez (ex viceministro de Roque Fernández)?
–Es difícil de contestar. No tenemos suficiente información como para decir que está concentrada en pocos contribuyentes o que es un problema extendido. Vamos a reforzar los recursos informáticos de la AFIP para ampliar el control y la fiscalización a cada vez más contribuyentes. Después vamos a saber si es un problema concentrado o extendido. Yo tiendo a pensar que hay de ambas cosas.

Estabilidad y crecimiento

Más allá de las críticas que se sabe la Alianza hace de Menem, ¿desde su punto de vista hizo algo positivo?
–Sobre todo en la primera parte de su gobierno, Menem hizo mucho por lograr la estabilidad. Una estabilidad que no fue transitoria sino que ha prevalecido durante una década y, por lo tanto, es un logro muy importante. Creo, por otro lado, que en la segunda etapa de su gobierno no se avanzó todo lo que debía para que esa estabilidad se convirtiera en una etapa de crecimiento sostenido. Esa es la tarea pendiente.
¿La estabilidad es la Convertibilidad?
–Es la estabilidad mientras los argentinos no hayan recuperado la confianza en el valor de su moneda. El día que hayamos recuperado plenamente la confianza en el peso claramente ya no va a ser necesaria la Convertibilidad. Pero eso todavía está lejos.
¿Otra década más?
–Tuvimos cuarenta o cincuenta años de inestabilidad, para borrar eso de las decisiones de los ciudadanos hay que remar mucho. Claramente, creo que va a exceder al plazo de este gobierno, aun cuando se hagan las cosas muy bien.

Cuatro ministros

Domingo Cavallo
“Como ministro de Economía hizo una contribución muy positiva al país.”

Roque Fernandez
“Para lo que le tocó vivir, en la segunda parte del gobierno de Menem, se manejó muy bien. Quizás hubiera querido que no hubiera este desorden fiscal de la última etapa. Pero, dadas las circunstancias, supo elegir, desde un punto de vista de la gestión de Hacienda, objetivos limitados para un gobierno que se estaba yendo.”

Juan Sourrouille
“En su momento fue un ministro muy innovador y creativo. Después las cosas no salieron como se esperaba.”

Jose L. Machinea
“–Hoy tiene enormes ventajas y condiciones para hacer una buena gestión económica. Es una persona que tiene experiencia y autonomía. Tiene el consenso tanto de las fuerzas integrantes de la Alianza como del mercado. Y tiene claro que, para crecer, primero hay que ordenar las cuentas fiscales y después profundizar las reformas.
¿Puede ir más allá de lo que hizo Cavallo?
–Son momentos distintos. En su momento Cavallo tuvo la enorme valentía de tomar decisiones audaces que consiguieron estabilizar la situación. Hoy no se trata de decisiones audaces, sino de trabajar duro para consolidar las posibilidades de crecimiento con la reforma del sector público y dar previsibilidad desde lo institucional a la gente.”

“No habrá test de mercado”

Esta semana, Manuel Sacerdote, presidente del BankBoston, dijo que el gobierno de la Alianza no había sido testeado por los mercados. Pronosticó que en el futuro las tasas de interés en pesos subirán en relación con las tasas en dólares. Y advirtió que si hubiese un “test de mercado” para este gobierno, las tasas en pesos iban a volar. ¿Qué opina?
–La transición hasta ahora ha sido ordenada y eso se reflejó en los mercados. La tasa de interés subió, pero no subió tanto como hubiera sucedido si la transición era más complicada. En la medida en que se avance en aprobar el Presupuesto del 2000, y la reforma tributaria junto con el Pacto Fiscal, mi sensación es que no hay espacio para semejante testeo. Lo que está diciendo Sacerdote es que si no se avanza, y no se puede presentar ante los mercados un prospecto de cuentas ordenadas, probablemente los mercados se pongan nerviosos y tengamos que asistir a una suba de las tasas de interés, que sería generalizada, no veo por qué tenga que afectar especialmente al segmento en pesos. Pero hoy no hay espacio para que eso suceda.
A un ahorrista medio, ¿qué le conviene hacer hoy?
–Si tiene una tasa de interés más conveniente en pesos, le aconsejaría que ponga la plata en un plazo fijo en pesos. Si consigue una tasa más alta en dólares, que la ponga en dólares. Es exactamente lo mismo desde el punto de vista de lo que importa, que es mantener el poder adquisitivo de su moneda.
¿De la Rúa puede tener su luna de miel con los mercados?
–Yo creo que sí, y depende de que se aprueben los instrumentos que estamos discutiendo en el Congreso.
Cambiando de luna de miel, ¿De la Rúa va a bajar el desempleo a un dígito?
–Si somos capaces de mostrar cuentas fiscales ordenadas, no tengo duda de que vamos a crecer rápido y va a bajar el desempleo. Pero que baje a un dígito es un objetivo de largo plazo.
Las llamadas “reformas estructurales”, que siempre reclaman desde Washington, ¿ya las hizo todas Menem?
–Hay muchas reformas pendientes. Por ejemplo, hay que mejorar fuertemente la productividad del sector público. También en el mercado laboral, donde hay una flexibilización que ha prosperado sin un marco legal que lo soporte. El desafío de la Alianza va a ser darle un marco legal a la flexibilización, que de hecho existe.
¿Privatización de bancos oficiales?
–No. Por ahora, la única medida va a ser convertir al Banco Nación en sociedad anónima. Esto sería un avance importante, porque aseguraría que el Banco Nación esté sujeto a la disciplina del mercado. Así será más transparente y podrá ser mejor controlado por la sociedad.