BOMBA
DE TIEMPO
Por
Roberto Navarro
El
día se acerca y el miedo crece. El 1º de enero a la
0.00 hora las computadoras pueden detenerse o cometer errores. Pueden
desaparecer los registros de depósitos bancarios, cortarse
el suministro de energía eléctrica, interrumpirse
las comunicaciones y fallar los equipos médicos, entre otros
problemas. Es el famoso Y2K. La falla informática del 2000
que afecta a todo el mundo y a casi todos los sectores. En Argentina
se gastaron más de 5000 millones de pesos para adaptar los
equipos. Es el precio para que el país no se detenga. Los
voceros de las empresas de servicios públicos y las entidades
financieras aseguran que sus computadoras no tendrán problemas.
Pero unos y otros dudan de que sus colegas digan la verdad. De ese
modo, en estos días se ha desatado una histeria para dentro
de cada una de las compañías sobre el riesgo de un
colapso en los servicios económicos básicos. Los especialistas
desconfían, principalmente, de que las compañías
de energía eléctrica hayan hecho la inversión
necesaria. Si no hay energía, caemos todos en un efecto
dominó, se atajan los responsables del resto de los
servicios. Mientras se tranquiliza a la población asegurando
que todo está bajo control, se preparan gigantescos equipos
de guardia para la noche del 31, en muchos casos comandados por
los presidentes de las empresas. La situación en el Estado
no es mejor. El nuevo Gobierno desconfía de lo hecho por
la anterior administración. La inquietud es tan grande que
el propio jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, se hará cargo
del operativo el día de Año Nuevo. Las áreas
más conflictivas son los hospitales, la ANSeS y la AFIP.
Con la información proporcionada por las mismas empresas
de servicios públicos, los bancos y el Estado, las consultoras
internacionales ubican al país en un nivel de riesgo medio
bajo para superar la crisis del Efecto 2000. Pero aclaran que la
información no está chequeada. Aún en el caso
de que las áreas más conflictivas superen con éxito
el desafío, nadie duda de que miles de pequeños errores
generarán complicaciones a lo largo del país. Municipios
que pierdan sus registros impositivos y de catastro, pymes que extravíen
sus listados de cuentas corrientes y de stock, equipos agropecuarios
e industriales que dejen de funcionar, semáforos que dejen
de operar. Raúl Bauer, presidente de la filial nacional de
International Data Corporation, la consultora norteamericana que
monitorea la preparación de todos los países del mundo
para superar el Efecto 2000, señaló a Cash que el
costo total para el país se sabrá meses después.
El 70 por ciento de las empresas tendrá algún tipo
de inconveniente en su gestión, vaticinó el
especialista (ver recuadro).
Argentina tiene dos ventajas para superar esta contingencia:
su ubicación geográfica y su atraso tecnológico,
señaló irónico Oscar Sartori, el ingeniero
del ENRE que supervisó la adaptación de los equipos
de las compañías de electricidad. El año
nuevo llegará primero a Nueva Zelanda. Tenemos doce horas
para enterarnos qué pasó allá y prepararnos,
explicó Sartori. La otra ventaja es que en el país
aún hay muchos sectores no computadorizados. Hay centrales
eléctricas en funcionamiento, que andan muy bien, que datan
de 1930 y se manejan manualmente. El ingeniero aseguró
a Cash que las compañías de electricidad no tendrán
inconvenientes el 1º de enero, pero que temen que haya problemas
con las comunicaciones. Tenemos preparados cuatro sistemas
alternativos a la telefonía básica: celular, BHF,
BLU y satelital, detalló.
Los bancos son los que reciben más consultas de la gente.
La preocupación de los ahorristas se notó en las últimas
semanas, en las que los depósitos cayeron más de 1500
millones. Para retenerlos, los bancos aumentaron fuertemente las
tasas de interés: por un plazo fijo en pesos se llegó
a pagar más del 13 por ciento anual y por uno en dólares
un 9,5 por ciento. También los cuentacorrentistas están
preocupados: si no funciona el clearing (sistema de compensación
de cheques), se cortaría la cadena de pagos. Sin embargo,
todos los especialistas coinciden en que el sector financiero es
el mejor preparado para afrontar el Y2K. El operativo decompatibilización
de equipos fue organizado por el Banco Central y monitoreado por
la consultora española Sema Group. Según datos de
ABAPPRA, el sector invirtió en total 500 millones de dólares.
Fernando Dana, vocero técnico de la asociación, indicó
a Cash que hace dos años que se están haciendo
verificaciones y que el lunes 3 de enero los bancos abrirán,
incluso si no hay energía eléctrica.
Las telefónicas esperan confiadas, pero atentas. Telecom
gastó 18 millones de dólares en preparar sus equipos
y Telefónica 10 millones. Andrés Alcaraz, gerente
de Comunicaciones de la empresa española, indicó a
Cash que los trabajos realizados en el país son los mismos
que en Europa. Aunque todo está en orden, más
de 500 técnicos estarán de guardia desde el 31 a la
mañana, señaló el funcionario. Ambas
empresas aceptan que esa noche puede haber un congestionamiento
en las líneas por la particularidad de la jornada, que podría
agravarse en caso de cortes de luz.
Las empresas de agua y de gas también aseguran estar preparadas.
Según datos de ENARGAS, las distribuidoras gastaron 10 millones
de dólares en la adecuación de equipos. Fabián
Falco, de Aguas Argentinas, aclaró a Cash que agua no va
a faltar, pero que sin electricidad no se la puede bombear para
que llegue a los domicilios. Aerolíneas y Austral no volarán
entre las 18 horas del 31 y las 10 horas del 1.
La ex funcionaria menemista Claudia Bello, encargada de la Unidad
Ejecutora Año 2000 hasta el 10 de diciembre último,
se despidió asegurando que el Estado estaba listo para enfrentar
el problema. Pero la nueva administración desconfía.
En el Estado hay una gran cantidad de equipos viejos y una tecnología
heterogénea. La mayor preocupación pasa por la AFIP
y por la ANSeS. La responsabilidad ahora corresponde a la Secretaría
de Ciencia y Técnica, a cargo de Dante Caputo, pero se está
pensando en centralizar el operativo en manos del jefe de Gabinete,
Rodolfo Terragno. Especialistas consultados por Cash aseguran que
en la AFIP, que tiene 22.000 computadoras, no saben ni siquiera
qué equipos y qué programas utilizan en todas las
oficinas del país.
Para no generar pánico, el discurso general apunta a que
el 1º de enero llegará sin sorpresas. Pero todas las
empresas prepararon equipos de guardia para responder a una emergencia.
Tienen contratadas empresas de remises y motos para comunicarse
en caso de que fallen todos los sistemas de telefonía disponibles.
También tienen preparados generadores de electricidad, tanques
de agua y hasta radios a pilas. Todos creen en una de las más
famosas leyes de Murphy: si algo malo puede pasar, va a pasar.
Qué
es el efecto 2000
Hasta
principios de la década, la limitación más
grande que tenían las computadoras era la escasa capacidad
de memoria para acumular datos. Esta restricción, además,
encarecía el costo de las plaquetas de memoria. Por esa razón
se decidió dedicar sólo seis dígitos para representar
las fechas. Dos para el día, dos para el mes y dos para el
año. Por ejemplo, 26/12/99. Así, cuando los relojes
internos de las máquinas lleguen al 1 de enero de 2000, se
leerá 01/01/00. Entonces los equipos creerán que están
en 1900. No sólo pueden realizar mal los cálculos
de interés, retrasar pagos u otros errores administrativos,
también pueden entrar en error o apagarse. Las computadoras
fabricadas en los últimos dos años ya vienen con ocho
dígitos, lo que resuelve el problema. A los equipos más
antiguos hay que reprogramarlos. La mayoría de los equipos
del país fueron adaptados, pero lo difícil es probar
si el trabajo está bien hecho. Para eso se han realizado
simulaciones, pero ningún especialista se anima a dar un
ciento por ciento de seguridad sobre lo que ocurrirá cuando
realmente los relojes marquen la hora cero del primer día
del 2000.
ESTADO
DE SITUACION
Sector por sector
Energía
Eléctrica: En el ENRE aseguran que han verificado la efectividad
de los trabajos realizados por las compañías. Pero
especialistas de otras empresas de servicios y consultores internacionales
advierten que muy posiblemente haya cortes de energía los
primeros días de enero.
Comunicaciones: Tanto las empresas como los analistas independientes
aseguran que los equipos de telefonía superarán el
Efecto 2000 sin inconvenientes. Se esperan congestionamientos en
las líneas por excesos de llamados.
Agua: La mayor parte del proceso desde que se toma el fluido del
Río de la Plata, se lo filtra y distribuye no es computadorizado.
Y los equipos de control fueron adaptados. Pero, si no hay energía
eléctrica, el agua no llegará a los domicilios.
Gas: Las distribuidoras invirtieron más de 10 millones de
dólares en adecuar los equipos y no se esperan complicaciones.
Si hubiera cortes de electricidad en algunos puntos del país,
no habría problemas. Si el corte fuera total, hay gas para
dos días.
Bancos: Son los mejor calificados para enfrentar el Efecto 2000.
Invirtieron 500 millones de dólares en la tarea de reprogramación.
Algunos bancos se cubrieron invitando a los clientes a que no colocaran
plazos fijos con vencimiento en los primeros días del año
por cualquier eventualidad. El lunes 3 de enero abrirán,
incluso si no hay electricidad.
Estado: Según la información que recibió el
nuevo gobierno de las distintas áreas, el 80 por ciento de
los equipos está reprogramado. La peor situación se
da en los equipos médicos de los hospitales del interior
del país. Especialistas independientes ponen en duda la efectividad
de los trabajos hechos en la AFIP y en la ANSeS.
Jorge
Mantovani, el efecto 2000 en el Estado
Estamos listos en un 80%
¿Cómo
se preparó el Estado para enfrentar el efecto 2000?
Según la información que nos llega de las distintas
áreas, el Estado está listo en un 80 por ciento. El
mayor déficit es en salud. Hay muchos hospitales públicos
a lo largo del país con equipos sin compatibilizar.
¿Pudieron chequear todas las áreas en estas dos semanas
de gobierno?
No, ésa es la mayor preocupación. Pero sería
de extrema gravedad que hubiera engaños en este tema. El
jefe de Gabinete ya advirtió que si por una negligencia ocurren
daños graves, se incurrirá en delito penal y serán
denunciados.
Claudia Bello, a cargo del operativo hasta el 10 de diciembre, asegura
que los trabajos están bien hechos.
No ponemos en duda la capacidad de la gente que se ocupó
del tema. Es más, confirmamos en sus puestos a los equipos
técnicos que venían trabajando. Pero dudamos de que
se haya hecho la compatibilización de todos los equipos en
todas las áreas.
¿Cuánto dinero gastó el Estado en adaptar los
equipos?
No se sabe. Se habían pedido créditos específicos
al Banco Mundial que no fueron utilizados en el operativo. El costo
de modernizar todos las computadoras del Estado es altísimo.
¿Hay posibilidad de que se pierdan los datos de la AFIP o
de la ANSeS?
Se está trabajando para asegurarse de que no haya problemas
ni en la recaudación impositiva ni en el pago de jubilaciones.
Puede haber algún inconveniente que genere retrasos, pero
no se van a perder los datos.
RAUL
BAUER, DE DATA CORPORATION
Habrá miles de pequeños
problemas"
¿En
qué nivel de preparación se encuentra Argentina para
enfrentar el Efecto 2000?
Argentina está clasificada con un nivel de riesgo medio
bajo. Pero cabe aclarar que la evaluación se hace sobre la
base de datos brindados por las mismas empresas y el Estado. La
verdad se sabrá dentro de cinco días. La mayor preocupación
pasa por las empresas de energía eléctrica, que podrían
arrastrar a todas las demás. El ENRE no controló adecuadamente
los trabajos.
¿Cómo se trabajó en la industria?
Hay una clara línea divisoria entre las grandes compañías
y las pequeñas. Las empresas de envergadura se controlan
entre ellas. Los bancos monitorean a sus clientes, estos a sus estudios
jurídicos y contables, como así también a sus
proveedores. Saben que si se rompe un eslabón de la cadena
se perjudican todos. En cambio, las pequeñas empresas dependen
de su propia responsabilidad y de la idoneidad de los equipos técnicos
que consigan para realizar la adaptación de las computadoras.
¿Cómo puede repercutir en la economía la crisis
informática?
Tenemos planteados cuatro escenarios:
Un 1 por ciento de posibilidades de que haya una falta de servicios
prolongada que afecte a una gran masa de la población.
Un 25 por ciento de posibilidades de que algunas empresas industriales
o comerciales tengan serios problemas que afecten su operatividad
en tal medida, que incluso puedan quebrar.
Un 75 por ciento de posibilidades de que muchas pequeñas
empresas tengan problemas en sus sistemas de facturación
que afecten su operatividad por un breve tiempo, sin consecuencias
graves.
Un 99 por ciento de posibilidades de que se generen miles de pequeños
inconvenientes, como una fecha mal puesta en una carta.
|