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DESECONOMIAS |
por
Julio Nudler
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Parece
que los indios no consiguieron nunca buenos ministros de Economía,
y probablemente haya sido ésa la razón de la derrota
de sus civilizaciones a manos de los europeos. El fracaso de los remotos
antecesores indígenas de Cavallo y Machinea determinó
que entre el año 1000 y el 1500 la tasa anual de crecimiento
del conjunto de las economías latinoamericanas (cuando todavía
no eran latinas ni americanas) fuese igual a cero en términos
per cápita, lo cual quizá resultara menos malo que los
actuales espasmos de expansión y depresión.
La reveladora información consta, lacónicamente, en
la última página de indicadores de The Economist, dedicada
en la ocasión al milenio. La revista inglesa no revela cómo
logró exhumar los datos, que se creían perdidos, de
los institutos de estadística de los imperios azteca, maya
e incaico. Sorprende, en todo caso, que esas sociedades avanzadas,
que habían desarrollado sistemas agrícolas que les permitían
generar excedentes y reinvertirlos, obtuvieran la misma nula tasa
de crecimiento del ingreso por habitante que la economía de
los nómades salvajes que poblaban la actual Estados Unidos,
antes de la llegada de Walt Disney.
Gracias a los conquistadores ibéricos, Latinoamérica
alcanzó entre 1500 y 1820 un ritmo anual promedio de crecimiento
per cápita del 0,15 por ciento, claramente inferior sin embargo
al 0,35 por ciento conseguido en Norteamérica, diferencia debida,
obviamente, a la superior calidad de los ocupantes anglosajones y
franceses. Roto el yugo colonial, América latina aceleró
su crecimiento entre 1820 y 1995 hasta una tasa anual por poblador
de 1,16 por ciento, prácticamente igual a la del mundo en conjunto.
Después de tanto siglo transcurrido, la región no luce
muy bien en la foto de 1995. Su PBI individual es 3 por ciento inferior
al promedio mundial, y representa un 22 por ciento del ingreso de
cada estadounidense, 26 por ciento del de cada japonés y 29
por ciento del de cada europeo occidental. Como dice Manuel Solanet,
la culpa la tienen los indios. |
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