|
E-CASH
|
DE
LECTORES
|
Banco Mundial
Ha trascendido que el Ministerio de Economía pilotea un
proyecto de ley que establece que las decisiones del Banco Central
no pueden ser revisadas por la Justicia, lo cual generó
el primer enfrentamiento interno en el gabinete de Fernando de
la Rúa. Si bien las principales espadas del arco político
se mostraron muy reacias a dejar prosperar la iniciativa, el temor
que gana a la sorprendida ciudadanía es que semejante tema
termine siendo moneda de cambio de favores políticos y,
de un día para el otro, nos desayunemos con que la propuesta
ya es ley. Y este temor no es un delirio de persecución.
Ocurre que ya el año pasado el Banco Mundial promovía
con insistencia tal medida, cuestión muy extraña
en razón de que, como todo el mundo sabe, la banca argentina
ya se ha concentrado fuertemente en los últimos años,
y precisamente en manos extranjeras. ¿Qué impunidad
se está pidiendo? ¿Para quién? ¿La
economía real se siente tan urgida por este tema como para
merecer el interés del Banco Mundial? Sacar del seno del
control judicial un área tan crítica como las finanzas
no sería más que otro triunfo del establishment
financiero internacional para afirmar cada vez más su tutelaje
de la riqueza financiera de los esquilmados países emergentes.
Digámoslo con todas las letras: ¿no quedaría
un vacío jurídico que será aprovechado por
los más poderosos para que compren sin más obstáculos
las voluntades de los funcionarios de turno? Definitivamente,
la iniciativa mueve a risa por lo ridícula e inoportuna,
pero también mueve a tristeza porque deja traslucir que
la ciudadanía sigue estando inerme a la voracidad del capital
extranjero, sin que los funcionarios actúen como filtro,
sino todo lo contrario: ayudan a promover lo que, a todas luces,
no le resulta claro a nadie.
Domingo Quarracino
|
Para
opinar, enviar por carta a Belgrano 671, Capital,
por fax al 4334-2330 o por e-mail a [email protected],
no más de 25 líneas (1750 caracteres) para su publicación.
|