LA NUEVA NIÑA BONITA DE LOS MERCADOS LATINOAMERICANOS
El envidiado triunfo azteca
México
consiguió la calificación que tanto desea la Argentina.
Hace cinco años estaba sumergida en la crisis del Tequila
luego de devaluar su moneda. Ahora es la plaza preferida.
La
Argentina no es México. Hace cinco años, la
afirmación sonaba a plegaria en boca de Domingo Cavallo.
El por entonces titular de Economía peregrinaba por los centros
financieros del mundo intentando convencer a los financistas internacionales
de que la convertibilidad gozaba de buena salud. Un lustro después,
el escenario cambió. Tras sortear el Tequila y la devaluación,
México ingresó al selecto grupo de países que
tienen la calificación de investment grade (grado de inversión),
mientras los funcionarios de la Alianza viajan a Nueva York tratando
de convencer a esos mismos inversores extranjeros de que la Argentina
va camino a ser como México: un mercado seguro y rentable
para sus inversiones.
La calificación investment grade es importante para atraer
inversiones extranjeras. De hecho, los inversores institucionales
estadounidenses (fondos de pensión y compañías
de seguros, por ejemplo) se encuentran inhibidos de invertir en
mercados considerados especulativos, de acuerdo con
sus propias normas regulatorias. La llave para lograr captar esas
inversiones es la nota grado de inversión, de
la que la Argentina está cuatro escalones por debajo.
¿Qué tiene México que no tenga la Argentina?
En primer lugar, la asociación comercial con los Estados
Unidos. La conformación del NAFTA le permitió a México
subirse a la locomotora de la economía estadounidense.
Por otra parte, los inversores internacionales creen que la convertibilidad
es el talón de Aquiles de la economía argentina. Pero,
además, y de acuerdo con la percepción de las calificadoras
de riesgo, la Argentina acumula los siguientes puntos negativos.
n Frente externo debilitado. Al contrario de México, que
ha incrementado sus exportaciones en los últimos años,
las ventas externas argentinas están estancadas. Mientras
la Argentina necesitaría cinco años de exportaciones
para pagar su deuda externa, México precisaría uno.
n Pago de intereses creciente. Durante este año, la Argentina
debe pagar 12.000 millones de pesos en concepto de servicios de
la deuda pública.
n Frente fiscal deteriorado. En el 99, el déficit de
las cuentas públicas fue equivalente a 2,5 puntos del PBI,
contra 1,2 de México. Esta variable podría mejorar
este año si se cumple con lo pautado en la Ley de Convertibilidad
Fiscal.
Descartada una devaluación, el Gobierno tiene un desafío
de fondo: lograr ganar terreno en los mercados internacionales bajando
sus costos internos. Con una flexibilidad laboral de hecho, la única
manera de hacerlo sería a través de una reducción
de las tasas de interés y de los impuestos. La madeja deberá
desenredarla Machinea y su equipo.
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