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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
23 ABRIL 2000








MULTIS VS. NACIONALES
Por Maximiliano Montenegro

 

El peso de las multinacionales

El veloz proceso de desnacionalización de la industria argentina, ocurrido en los noventa, ya empezó a mostrar su lado oscuro. Y puede complicar dos objetivos clave de la política económica de la Alianza: bajar la desocupación y mejorar el balance de divisas. Las multinacionales de la industria que compraron algunas de las principales firmas locales del sector despidieron a más del 25 por ciento del personal en los últimos años. Mirando hacia adelante, el panorama tampoco es demasiado alentador. Las multis son más capital intensivas que las empresas argentinas de similar tamaño: por cada millón de dólares de inversión, crean sólo 2,8 puestos de trabajo, la mitad que sus pares de propiedad local. Las transnacionales, además, son mucho más importadoras: compran el doble que las firmas locales en el exterior, principalmente en sus propios países de origen. En tanto que por cada dólar de ganancia de la filial en el país, alrededor de 70 centavos son remitidos a la casa matriz. Más allá de los guiños seductores al capital extranjero, el gobierno debería prestar atención a esta cara oculta de corporaciones globales si la idea es diseñar políticas orientadas a maximizar el beneficio social.
Hace rato que las multinacionales son mayoría en la cúpula de las 500 mayores empresas del país. Según los últimas cifras disponibles del INdEC, son responsables del 76 por ciento del producto generado por ese selecto núcleo empresario y contratan al 56 por ciento de sus trabajadores.
En la última década, no hay gobierno en el mundo que no se dispute la atracción de la Inversión Extranjera Directa considerada, a diferencia del capital especulativo financiero, la inversión “buena”, necesaria para el desarrollo “sano” de un país. Sin embargo, está demostrado que, sin regulaciones adecuadas, la IED puede tener consecuencias negativas, desplazando empleo y producción local, y agravando la escasez de divisas de países altamente endeudados.
El caso argentino es bastante ilustrativo al respecto. Como queda reflejado en lo siguiente:
- Las transnacionales que anduvieron de shopping por las principales empresas industriales del país realizaron un espectacular recorte en el personal. La “racionalización” fue especialmente importante en las fábricas de alimentos: desde Terrabusi, adquirida por Nabisco, a Bagley, en manos de la francesa Danone, pasando por Peñaflor, propiedad de un fondo de inversión extranjero. El ajuste también alcanzó a firmas que ya estaban en el país como Nestlé, Swift, Phillip Morris, Du Pont, IBM o Siemens, que redefinieron su estrategia de cara al Mercosur. Sin embargo, dado los millonarios subsidios oficiales con que fue beneficiado, lo más llamativo es la expulsión récord trabajadores ocurrida en el sector automotor, hoy controlado en su totalidad por multinacionales (ver cuadro).

- En este análisis se deja de lado a las concesionarias extranjeras de servicios públicos que, mucho después de ocurridas las privatizaciones, siguieron batiendo record de ajuste de personal en el último quinquenio. También se excluye a los bancos, donde hubo un impresionante concentración, con achique de planteles. Tampoco se tiene en cuenta el caso de los supermercados, que fueron los grandes creadores de empleo en los últimos años, aunque a costa de la desaparición de infinidad de comercios pequeños y medianos.
- Si se mira en las 500 mayores empresas del país (tanto de servicios como industriales), las multinacionales son más capital intensivas que sus competidoras locales. Visto por la relación activos/empleo, esto significa que por cada millón de dólares de activos crean 2,8 puestos de trabajo, mientras que con la misma inversión una firma local emplea el doble.
Por supuesto, entre las PyMEs, donde la desnacionalización no es un fenómeno extendido, la cantidad de puestos de trabajo por capital invertido es mucho mayor.
- Así, según los expertos, la flexibilización laboral o la política de baja de aportes patronales inaugurada por Domingo Cavallo, que profundizó el desfinanciamiento del sistema previsional, tendrían un impacto absolutamente marginal en la creación de empleo por parte de las multis, condicionadas por un esquema de producción intensivo en capital impuesto desde la casa matriz (ver aparte).
- El otro camino por el cual las transnacionales barren puestos de trabajo en el país está dado por la desarticulación de la cadena de proveedores PyMEs locales. Según los datos del INdEC, las multis son el doble de importadoras que las firmas domésticas: casi el 24 por ciento del total de sus compras las realizan en el exterior, contra un 12 por ciento de las empresas argentinas.
- Un estudio del Cenit revela que gran parte de estas importaciones provienen desde el país de origen de la multinacional: el 60 por ciento en el caso de las empresas francesas y las brasileñas; el 50 por ciento en el de las japonesas; el 40 por ciento cuando se trata de compañías norteamericanas y suizas. Sea la fuente la matriz u otras filiales, una elevadísima proporción de este comercio es “intrafirma”, es decir, entre firmas de la misma compañía.
- De acuerdo a los expertos, tres motivos explican esta tendencia importadora. Primero: aseguran el negocio de los proveedores de insumos, partes, o bienes de capital, de la casa matriz, con los que mantienen acuerdos de carácter global. Segundo: explotan los canales de distribución de las firmas adquiridas localmente, importando bienes de consumo final producidos por la compañía en otros países.
- La tercera causa apunta directamente al corazón del Estado. Aprovechan los llamados “precios de transferencia” (la valuación de los productos dentro de la multinacional) para eludir los controles fiscales. Por ejemplo, si es un producto que ingresa al país sin pagar aranceles de importación, es probable que sea declarado en Aduana a un valor mayor que el real, para inflar los costos de la filial local, y reducir el monto a pagar del impuesto a las Ganancias. En cambio, si el arancel es muy alto, lo más probable es que subfacturen la importación para abonar menos en Aduana. En la AFIP estiman que, por estas clase de maniobras, se escurren –como mínimo– 1000 millones de pesos de recaudación al año.
- Estas importaciones desplazan a los proveedores tradicionales de las empresas que pasaron a manos extranjeras. No hay mediciones del impacto que este fenómeno ha tenido sobre el empleo y la producción local. Pero serían cientos de PyMEs las afectadas, ya que la historia se repite en todos los sectores: desde las empresas de servicios públicos privatizados hasta las industriales.
- Nadie en el gobierno evaluó fijar reglas de compre nacional entre las privatizadas o condiciones similares en la transferencia de empresas industriales. Pero en el Ministerio de Economía, conscientes de la gravedad del problema, quieren alentar, por ahora de manera “informal”, a que las multis contraten con PyMEs locales. “El Estado tiene menos instrumentos que en el pasado, pero todavía sigue siendo un actor con un poder de negociación importante. Las multinacionales concurren permanentemente al Ministerio de Economía pidiendo cosas, reclamando modificaciones de ciertas políticas. Vamos a asociar la discusión de esas demandas a una negociación más amplia que implique la necesaria colaboración de estas empresas en un programa de desarrollo de pequeños proveedores locales”, dice el secretario de PyMEs, Guillermo Rozenwurcel.
- Finalmente, las mayores remesas de utilidades de las filiales a sus casas matrices, ahora que las inversiones de años pasados empezaron a dar sus frutos, es otro de los temas que la Alianza no podrá pasar por alto. Según cifras de Economía, por cada dólar ganado por las multinacionales en el país, casi 70 centavos son girados al exterior. “Hasta ahora, nadie tuvo en cuenta el peso de la remisión de utilidades de las multinacionales a sus matrices. Pero son un factor cada vez más importante que explica elrojo en la cuenta corriente (del balance de pagos). Y lo será todavía más en el futuro a medida que maduren las inversiones”, explica Andrés López, del Cenit.
- El año pasado, el giro de utilidades al exterior habría superado los 2500 millones de dólares.
Como es sabido, Argentina requiere del combustible del ingreso de capitales para crecer. Porque las exportaciones por sí solas no alcanzan para que el país pueda vivir sin endeudarse en el exterior. Si las multinacionales que ya están en el país son muy importadoras y devuelven cada vez más capital a sus matrices, entonces el desequilibrio externo de la Convertibilidad se acentúa. Y entonces no sólo habrá un limitante para crecer. Además, la fragilidad de la Convertibilidad, ante cualquier cambio en el escenario internacional, seguirá tan presente como el primer día.

A favor del 1 a 1

Para tranquilidad de José Luis Machinea, salvo casos puntuales, las multinacionales que operan en el país tienen sobrados motivos para apostar fuerte en favor de la Convertibilidad. El más importante es su elevado nivel de endeudamiento en dólares, aun superior al de las firmas locales. Según las cifras del INdEC para el grupo de las 500 mayores empresas, en promedio, el endeudamiento en dólares de una multinacional más que duplica al de una compañía local: 86 millones contra 35,5 millones. Visto en términos generales, mientras la deuda de las 299 multis que dominan la cúpula del poder económico de la Argentina rondaba los 26 mil millones de dólares, el de las 201 empresas locales era sólo de 7100 millones.

 

ANDRES LOPEZ experto en multinacionales
“Aunque reciben subsidios no crean más empleos”
“El escenario productivo dominado por las multinacionales agrava el problema de absorción de empleo de la economía argentina”, dice Andrés López, especialista del Cenit (Centro de Estudios para la Transformación). También plantea un desafío para la política económica. “La filial de una multinacional no va a cambiar su matriz tecnológica de producción por una baja de salarios o de costos laborales, en especial cuando sigue habiendo arancel cero para la importación de bienes de capital”, afirma López. De este modo, la flexibilización laboral o la reducción de aportes patronales iniciada por el menemismo tendría un impacto menor en la contratación de personal de estas corporaciones. “Es casi imposible que una multinacional cambie su función de producción local para emplear más porque se eliminan los aportes patronales. Van a tomar más gente si venden más y se expande el mercado interno, pero sólo en el margen, porque están condicionadas por una matriz tecnológica muy intensiva encapital“, explica el economista del Cenit.