Semana
clave
Esta semana no
será clave solamente para los candidatos Aníbal Ibarra
y Domingo Cavallo. También lo será para José
Luis Machinea. A mediados de semana se conocerá la recaudación
impositiva de abril y el domingo próximo, quién será
el ganador de las elecciones para jefe de Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires. Cuáles sean, finalmente, los resultados
de una y otra prueba marcarán para adelante cómo quedará
la situación del actual ministro de Economía en el
gabinete nacional. Y, en este caso, más que nunca impuestos
y destino político van de la mano. Por un lado, una buena
performance en los ingresos tributarios mostrará que la reforma
ha tenido un impacto positivo para las cuentas fiscales. Por otro,
un eventual triunfo de Ibarra en primera vuelta también reflejaría
que los cambios impositivos no afectaron las aspiraciones del candidato
oficialista. Este sería el escenario rosado para el equipo
económico. Pero existe la posibilidad de que esa perspectiva
no sea tan favorable. Indudablemente, Machinea se juega dos cartas
bravas.
De acuerdo con los últimos datos procesados por la Secretaría
de Hacienda faltan computar los ingresos del viernes y en
forma parcial del día anterior, Ganancias y Bienes
Personales registrarían un importante aumento de los ingresos
respecto de igual mes del año pasado. Esa mejora se explicaría
por la mayor presión que derivó de la suba de las
alícuotas a partir de la última reforma tributaria.
En IVA no se notará un repunte importante. Esto reflejará
que el consumo interno todavía sigue planchado a la vez que
el motor de la economía siguen siendo las ventas al exterior,
lo que provoca pérdida de recursos por la devolución
del IVA a los exportadores. Un dato que no es menor refiere a que
en relación con abril de 1999 se sentirá el impacto
de la baja de aportes patronales aplicada por Roque Fernández.
En resumen, en Economía no están para descorchar champaña,
pero apuestan a que el saldo final sea un incremento de la recaudación
del 3 al 5 por ciento.
Si como pronostican la mayoría de las encuestas, proyectando
indecisos, Ibarra gana en primera vuelta, Machinea conseguiría
oxígeno para su gestión, cuestionada en voz baja por
el ala más ortodoxa del gabinete y en forma más estruendosa
por consultores de la city que actúan de voceros de ciertos
sectores del establishment. En caso contrario, y con un cuadro fiscal
que todavía sigue siendo preocupante pese a ese probable
pequeño repunte de la recaudación, se renovarán
las presiones sobre el equipo económico.
Por lo pronto, el titular de la AFIP, Carlos Silvani, comenta entre
sus íntimos colaboradores que, si después de la polémica
reforma y de la moratoria impositiva, por la cual Fernando de la
Rúa ha jugado parte de su credibilidad al convocar por cadena
nacional a los morosos a regularizar su situación, la recaudación
no repunta, se viene una nueva reforma. La idea de Silvani es simplificar
el régimen impositivo a pocos tributos, de fácil pago
y cobro, ampliando la base de contribuyentes. De esa forma, Silvani
trataría de salvar su ropa echando culpas sobre la estructura
del sistema impositivo evitando cargar sobre sus hombros la responsabilidad
por los magros resultados en la recaudación. Obviamente,
esa propuesta tiene su corazón en impuestos indirectos, dejando
intactas las fabulosas ganancias de los dos sectores privilegiados
durante las dos últimas décadas: el financiero y las
privatizadas.
En ese caso, el gobierno de la Alianza preferirá transitar,
como hasta ahora, respetando el cartel indicador que avisa giro
a la derecha.
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