Diez
años son una década
Por
Rudy
Hace diez años, mi sueldo era igual a la cuota del auto que
quería comprarme. Hoy también. Y eso que la cuota
bajó una barbaridad.
Hace diez años, yo quería comprarme un auto, pero
no me alcanzaba la plata. Ahora me alcanza para comprarme el mismo
auto. El mismo, quiero decir.
En casa nos adaptamos a la economía nacional: hemos despedido
al perro, y el canario aceptó el retiro voluntario.
Hace diez años, el dólar estaba por las nubes. Ahora
dicen que está por el piso. Lo que es cierto es que jamás
está a nuestra altura.
Hace diez años, Menem recibió un país que era
un desastre. El cambió todo: sigue siendo un desastre, pero
no es más un país.
Hace diez años, la moneda argentina era el austral; en eso
no cambió nada, sigue siendo el dólar.
Muchos economistas afirman que la Argentina está empeñada
en progresar: habría que rescatarla de la casa de empeños,
entonces.
Económicamente hablando, no nos va tan mal, ahora, económicamente
comiendo, trabajando, viviendo, es otra cosa.
Dicen que la economía es como el fútbol, a veces se
gana, a veces se pierde... la Argentina vendría a ser Racing.
Algunos economistas dicen que la Argentina está muy por debajo
de los Estados Unidos: vendría a ser El Salvador, Haití...
Menem cumplió: abrió las fábricas que estaban
cerradas, sacó todo lo que había adentro, e instaló
unos shoppings.
Otro fenómeno de los 90 es el consumismo. Mi mujer
me dijo ayer: Querido, me voy al shopping, vuelvo dentro de
300 pesos. Yo le sugerí que fuera a una reunión
de compradores anónimos. Ahí la ayudaron,
le consiguieron unas direcciones de unas ofertas bárbaras.
Los shoppings son centros de venta con techo: el techo es el tope
de la tarjeta de crédito.
Los adolescentes suelen ir al shopping a conocer chicas. Y está
lleno de chicas lindas, que por sólo veinte pesos les venden
una remera...
El shopping es como una terapia de fin de siglo, y de fin de sueldo.
Otro gran problema es la seguridad: hay ladrones que se dedican
a robar en los shoppings: algunos hasta tienen sucursales en varios.
Uno entra al shopping y en la puerta hay un montón de personas
con cartelitos de seguridad. Yo creo que están
en la puerta para garantizar que nadie se escape sin haber comprado
nada.
Otro tema de la década, los impuestos. Un inspector de la
DGI entró en un negocio de alimentos y vio que tenían
dos juegos de facturas. El dueño le explicó: uno es
para los productos kasher.
Después están los autos último modelo, importados:
la verdad, no es que los autos sean cada vez más caros, es
que nosotros somos cada vez más baratos.
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