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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
30 ABRIL 2000








10 AÑOS DE CASH


“Hay que cambiar este modelo inequitativo”

Para el ministro volver eficiente al sector público permitirá liberar recursos para aumentar la competitividad de la economía y mejorar el ingreso disponible de los trabajadores, al recibir éstos mejores servicios educativos, de salud y de seguridad.

Por Jose Luis Machinea *

Cuando llegamos al gobierno eramos conscientes de los enormes desafíos que enfrentaba la economía argentina. Hemos informado a la ciudadanía acerca de la herencia recibida, que limitaba la gestión de políticas en el corto plazo. De entrada nos propusimos conseguir el ordenamiento fiscal. Y hoy podemos decir que el saneamiento de las cuentas públicas está encaminado. Pero también demostramos estar comprometidos con el objetivo de ganar, día a día, mayor competitividad en el marco de una economía abierta al mundo.
El camino recorrido nos muestra que el esfuerzo de todos los argentinos está valiendo la pena, porque el país ya marcha hacia la solvencia fiscal. Días atrás anunciamos el sobrecumplimiento de las metas pautadas en el nuevo acuerdo con el FMI. Es más, hemos conseguido controlar el gasto público de modo de ubicarlo por debajo de los niveles previstos. Junto a las provincias estamos dispuestos a mantener el gasto público constante hasta llegar a un déficit cero en el año 2003.
La elección en octubre de Fernando de la Rúa y nuestras medidas en el terreno fiscal y financiero han permitido una sensible baja en el riego-país y en las tasas de interés. Hoy se sigue hablando de las ofertas de créditos hipotecarios a tasas de un dígito y con plazos inusualmente largos para el país. La recuperación de la confianza y la baja en el riesgo país son, a su vez, disparadores de la mejora en los niveles de consumo e inversión que ya se insinúa.
La reactivación económica está indudablemente en marcha. Los indicadores de producción industrial en general, tanto los privados como los oficiales, confirman la recuperación. Y como habíamos anticipado, Brasil está creciendo y los efectos de esa dinámica ya empezaron a sentirse en la economía argentina, puntualmente, a través de un salto notorio en nuestras exportaciones hacia el mercado brasileño.
Sabemos que el ordenamiento fiscal es una importante política en favor de la competitividad, pero no es la única que tenemos en mente. También hemos impulsado un paquete procompetitivo que facilita el ingreso de bienes de capital no producidos en la región e impulsa diversos incentivos a las exportaciones. El objetivo central de este programa es dinamizar las ventas argentinas al exterior, algo que ya está ocurriendo de manera notable. También promovemos la competitividad con la nueva ley PyME enviada al Congreso y con la importante Ley de Empleo aprobada esta semana por los senadores. Y lo mismo sucede con los acuerdos de reducciones tarifarias que logramos con empresas de servicios públicos privatizados y con la inyección de competencia que impulsaremos en todos los sectores donde sea técnicamente posible. De este gobierno pueden esperar un flujo permanente de políticas a favor de la competitividad, el empleo estable y el crecimiento sostenido.
Hay dos grandes desafíos que ocuparán buena parte de nuestra atención en el futuro, y que me gustaría describir en breves líneas: la reforma del Estado y la integración regional. En primer término, hemos visto cómo desde el inicio del Plan de Convertibilidad el gasto del sector público consolidado creció casi en un 90 por ciento. Sin embargo, los servicios que presta el Estado no han mejorado; incluso en muchos casos su calidad ha disminuido. Estas ineficiencias del sector público han obligado a los ciudadanos a recurrir a prestadores privados para recibir los servicios que debería brindarles el Estado, lo que deteriora el ingreso disponible y la calidad de vida de las familias. Esto ha ocurrido en salud, seguridad y también en educación. Pero sucede que este modelo es sumamente inequitativo, porque sólo pueden acceder a buenos servicios aquellos que están en condiciones de pagarlos. Es evidente que ésta no es una solución viable para la gran mayoría de los argentinos. La política de reforma del Estado y de la administración pública que impulsaremos también tendrá consecuencias muy positivas sobre las posibilidades de la economía de crecer sostenidamente. El mal desempeño actual del Estado aumenta la ineficiencia global de la economía y deteriora la competitividad de nuestras empresas, además de disminuir el salario real de nuestros trabajadores. Al reducir el costo en que se incurre para prestar estos servicios, el Estado estará en condiciones de implementar políticas activas de estímulo a la producción, la inversión y la exportación que mejorarán las posibilidades de las empresas locales de colocar sus productos en el exterior.
El aumento de la calidad de los servicios que presta el Estado es, entonces, un elemento esencial para volver más equitativa a la sociedad argentina.
¿De qué manera se logra la prestación de servicios más eficientemente? Es fundamental redefinir la relación entre la Nación y las provincias, y entre ellas mismas, a fin de aumentar la cooperación entre jurisdicciones. Por eso impulsaremos la sanción de una nueva Ley de Coparticipación Federal, que introducirá criterios objetivos para distribuir los fondos, basándose tanto en las necesidades de las provincias como en los resultados obtenidos en la gestión de los recursos. La Reforma Estatal incluye también una mejora de la capacidad de recaudación de impuestos del Estado. La lucha contra la evasión tributaria es una prioridad para este gobierno y ya se han tomado medidas que así lo demuestran.
Por otro lado, estamos convencidos de que la integración regional es el vehículo que nos permitirá cumplir con dos objetivos estratégicos: incentivar el crecimiento económico sostenido y asegurar una inserción exitosa del país en la economía global. El Mercosur no debe ser entendido como un fin en sí mismo, sino como una plataforma, abierta y competitiva, que nos permitirá negociar mejor con el resto de los bloques. Se trata de la herramienta fundamental para mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos, porque un espacio económico efectivamente integrado nos permitirá aumentar la productividad y fortalecer nuestra capacidad de negociación internacional.
El camino recorrido en la última década es altamente valioso como etapa fundacional. La tarea que nos convoca ahora es relanzar el Mercosur para avanzar sin titubeos en la construcción de un espacio económico y cultural común. Ya lo estamos haciendo, como dejan en evidencia el inicio del diálogo sobre convergencia macroeconómica y las reuniones interministeriales mantenidas con funcionarios brasileños días pasados. Estamos reconstruyendo una visión de largo plazo, y comenzando a tomar decisiones operativas para revertir el estancamiento regulatorio.
El objetivo final de todas nuestras políticas es la integración y el progreso social de todos los habitantes de nuestro país. Durante la pasada década han aumentado tanto la pobreza como la desigualdad. Mientras que en 1991 el ingreso del 10 por ciento más rico de la población era de casi 20 veces el ingreso del 10 por ciento más pobre, en 1999 la relación era de casi 30 veces. Todas nuestras políticas están dirigidas a incluir a los sectores más desprotegidos. Pero sabemos que esto sólo puede lograrse con una economía que crezca sostenidamente y que genere empleos de calidad. Con la mirada en estos objetivos estamos trabajando.

* Ministro de Economía.