La paradoja
del euro y el dólar
¿Sabe
usted por qué cae el euro contra el dólar? Porque
la economía estadounidense está creciendo más
rápidamente que la de la Unión Europea, responde el
astuto medio. Y hasta ahí todo suena coherente, o tal vez
no tanto. ¿Cuál es el gran motor de crecimiento en
uno y otro caso? En el de Estados Unidos, el consumo, fogoneado
por el incesante ingreso de capitales. En el europeo, el dinamismo
de las exportaciones. Vale decir que mientras las divisas que entran
a Europa han sido ganadas por los comunitarios a través del
superávit comercial y por tanto les pertenecen, las que ingresan
a Norteamérica no son de los norteamericanos: son deuda,
capitales que eventualmente pueden volverse al lugar de donde vinieron.
Como ese lugar es primordialmente Europa, el circuito establecido
fluye de la siguiente manera: los europeos ganan plata vendiendo
su producción, y esa plata la envían a Estados Unidos,
donde las tasas de interés son más altas, guadañando
además diferencias de cambio en la medida en que el dólar
sube contra el euro. Por añadidura, en los once países
del euro la inflación fue del 2,1 por ciento en los últimos
doce meses, mientras que la estadounidense fue del 3,7 por ciento.
¿Cuál de las dos economías, la norteamericana
o la de la eurozona, presenta un aspecto más sólido
y saludable? ¿La que gana su dinero y tiene menos inflación
(Europa), o la que vive de prestado y tiene más inflación
(Estados Unidos)? La respuesta es...: Estados Unidos. ¿Por
qué? ¡Vaya a saberlo! Dirán que por sus aumentos
de productividad o la extrema flexibilidad de su mercado laboral
(ingrediente ideológico), y porque la Unión Europea
es hoy una bolsa de gatos, carente de líderes y de rumbo
cierto, y con una banca central sin historia. Porque a ese Wim Duisenberg
quién lo conoce. En cambio Alan Greenspan... Lo cierto es
que, en economía y en finanzas, las cosas primero son y después
se les busca una explicación. Los analistas necesitan hacer
creer que pueden explicarlas por razones de marketing. Y, como dice
el tango, es mejor hacerse el gil, ser creyente y no dudar.
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