|
|
Por
Roberto Navarro
|
El que ríe último
Los
que más tienen son los que más evaden. Esa inequidad
se repitió nuevamente la semana pasada, cuando venció
el plazo para la presentación de las declaraciones del
impuesto sobre los Bienes Personales. El 75 por ciento de las
personas que debería pagar el impuesto a la riqueza no
lo hace y la mayoría de los que cumplen tributan menos
de lo que les corresponde. Sólo 370 mil contribuyentes
declararon tener más de 102 mil pesos, piso a partir del
cual se abona ese impuesto. Resulta tan escandalosa esa evasión
del sector de mayores ingresos que basta mencionar que existen
703 mil propiedades con valores fiscales superiores a 100 mil
pesos registradas en la Dirección de Rentas de la provincia
de Buenos Aires. O las 480 mil de la ciudad de Buenos Aires que
están en esa misma condición de valuación.
Se ha declarado al fisco apenas 4084 propiedades en el exterior.
Pero según una investigación de Cash, en los registros
de la intendencia del partido de Maldonado, República del
Uruguay, sólo en Punta del Este hay 11.210 propiedades
a nombre de argentinos, lo que no significa que no existan más
escrituradas por empresas-sello de goma radicadas fuera del país.
Según estimaciones del Consejo Profesional de Ciencias
Económicas, hay más de un millón y medio
de personas que deberían pagar el impuesto a la riqueza
y sólo lo hace una cuarta parte. De acuerdo con los datos
suministrados por la Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP), la recaudación de Bienes Personales
de 1999 fue un 30 por ciento inferior a la del año anterior,
y en la reciente declaración jurada de abril habría
disminuido nuevamente el capital declarado por los contribuyentes.
Para evitar esa mala noticia, que muestra la ineficiencia de la
DGI, el titular de la AFIP, Carlos Silvani, sólo dio a
conocer los ingresos totales recaudados mes por mes, pero se negó
a precisar el total del impuesto determinado correspondiente a
las presentaciones de Bienes Personales de 1998 (que venció
hace un año) y de 1999.
El impuesto a la riqueza es el gravamen más progresivo
del actual sistema tributario, porque sólo lo pagan los
que cuentan con un capital importante. Sin embargo, es el tributo
en el que la AFIP muestra los peores resultados. Según
datos del Indec, el 10 por ciento más rico de la sociedad
se queda con el 40 por ciento de la renta. Se trata de un millón
de familias de alto poder adquisitivo, de las que sólo
la tercera parte paga Bienes Personales. Tampoco lo hacen las
otras 500 mil que completan el segmento que la Asociación
Argentina de Marketing define como ABC1 (los que más gastan).
El incumplimiento de esa obligación fiscal por parte de
los que más tienen obliga al Estado a cobrarle más
impuestos al resto de la sociedad. La alícuota del 21 por
ciento del impuesto al Valor Agregado (IVA), que alcanza incluso
en los productos de primera necesidad, es una de las más
altas del mundo. El IVA es el impuesto más regresivo, porque
lo pagan todos por igual sin importar el nivel de ingresos. La
recaudación de Bienes Personales de 1999 fue de 545 millones
de pesos. Varios tributaristas calculan la evasión en más
de 1500 millones de pesos, monto superior al ajuste practicado
por el equipo económico en el Presupuesto de este año
y similar a lo que espera obtener con el polémico paquete
impositivo.
En las declaraciones juradas de 1999, los contribuyentes declararon
poseer, en total, 8172 naves (distintos tipos de embarcaciones).
Cash verificó que sólo en las guarderías
del partido de Tigre, sin contar las que están ancladas
en la costa, hay más de 15 mil unidades. Entre los activos
declarados en el exterior se registraron sólo 208 embarcaciones,
cantidad ridículamente baja comparada sólo con las
que están ancladas en los veranos en Punta del Este.
En el país hay más de siete millones de vehículos
patentados, pero en la AFIP sólo se declararon 241 mil.
A diferencia de otros gravámenes, como el impuesto a las
Ganancias o el IVA, que son difíciles de verificar, porque
se evaden mediante complejas ingenierías contables, Bienes
Personales es más simple de controlar, porque recae sobre
activos registrables, como inmuebles, automóviles, depósitos
bancarios. Cash consultó a Guillermo Farías, subdirector
de Operaciones Impositivas de la DGI, acerca de por qué
no requerían a las direcciones de rentas de las provincias
los listados de las personas que poseen inmuebles con valuaciones
fiscales superiores a 100 mil pesos y cruzaban esos datos con
las declaraciones de Bienes Personales (ver aparte). El funcionario
señaló que hacía dos meses que había
requerido esa información a Rentas de la provincia de Buenos
Aires y que aún no se la habían entregado. Sin embargo,
este suplemento consiguió ese dato con apenas un par de
llamadas telefónicas.
La AFIP cuenta con los registros de propiedades, automotores,
naves y aeronaves, y también con la información
brindada por el sistema financiero sobre depósitos y por
el bursátil sobre tenencia de títulos y acciones.
Pero no puede cruzar esos registros porque no posee el sistema
informático necesario para esta tarea. Hace más
de un año que convocó a una licitación para
adquirir el software Date Ware House, utilizado por las mejores
direcciones fiscales del mundo para el cruzamiento de datos, pero
aún no definió la operación por falta de
presupuesto. La misma razón por la que suspendió
todo tipo de publicidad, incluso la mínima necesaria para
avisar a los contribuyentes las fechas de los vencimientos.
Leonel Massad, ex asesor de Silvani, aseguró a Cash que
es tanta la restricción presupuestaria del organismo, que
no cuenta con dinero ni para enviar todas las intimaciones por
correo que debería ni para pagar alquileres de locales
ni cuentas telefónicas (ver aparte). Más del 80
por ciento del Presupuesto de la AFIP se gasta en el pago de salarios.
Por ese motivo, Silvani convocó a un retiro voluntario
para reducir la plantilla en un 20 por ciento, unos 4500 trabajadores.
En el organismo aseguran que la propuesta de abonar un 15 por
ciento sobre la indemnización que marca la ley tentó
a muchos de los mejores profesionales de la AFIP, que son los
que más fácilmente consiguen trabajo en el sector
privado. Entre ellos, se retiró Alicia Varela, la principal
experta en informática con que contaba ese organismo.
Mientras la AFIP pierde eficacia, los contribuyentes de mayor
poder adquisitivo elaboraron declaraciones juradas con cifras
cada vez más ridículas. En 1999 declararon 6200
millones de pesos de depósitos bancarios, menos del ocho
por ciento de los 80 mil millones registrados por el Banco Central
en el sistema financiero local. Por otra parte, la misma legislación
permite a los más ricos eludir el tributo. Los argentinos
poseedores de acciones, pero que tienen residencia en el exterior,
están exceptuados del gravamen. De esa manera, por ejemplo,
los dueños de la mayoría de las acciones de las
empresas que fueron vendidas a capitales extranjeros en los últimos
años no pagan Bienes Personales. Así, tanto la actual
legislación como la ineficacia del organismo fiscalizador
juegan a favor de los que más tienen, en detrimento del
resto de la sociedad, que termina soportando el mayor peso de
la recaudación mediante los impuestos que gravan el consumo.
NUMEROS
|
30
por ciento es la caída de la recaudación del
impuesto a la riqueza en 1999 con respecto a 1998.
370.246 son los contribuyentes que
pagaron al declarar activos por más de 102.000 pesos.
1,5 millón son las personas
que deberían pagar ese tributo.
703.253 son las propiedades de más
de 100 mil pesos de valuación fiscal que registra
la Dirección de Rentas de la provincia de Buenos
Aires.
480.230 son las propiedades de más
de 100 mil pesos de valuación fiscal que registra
la Dirección de Rentas de la ciudad de Buenos Aires.
11.210 son las propiedades a nombre
de argentinos que registra sólo la Intendencia de
Maldonado en Punta del Este.
4084 son las propiedades que declaran tener los argentinos
en el exterior.
6220 millones de pesos son los depósitos
bancarios en el país declarados por los grandes contribuyentes
a la AFIP.
80.000 millones de pesos son los depósitos
totales según el Banco Central.
241.666 son los vehículos declarados
por los 370 mil contribuyentes que pagaron el impuesto a
la riqueza.
7,1 millones son los vehículos
registrados en el país.
8172 son las embarcaciones declaradas
ante la AFIP.
15.000 son las naves estacionadas
sólo en las guarderías del partido de Tigre.
|
Guillermo
Farias subdirector general de la AFIP |
No
logramos controlar a todos los contribuyentes
|
¿Por
qué la DGI no puede controlar el pago de un impuesto
que se cobra sobre bienes que están registrados en
distintos organismos del Estado?
No todos los organismos tienen el mismo nivel de informatización
que posee la AFIP. Yo pedí el listado de las personas
que tienen propiedades de valores superiores a los 100 mil
pesos a la Dirección de Rentas de la Provincia de
Buenos Aires hace más de dos meses y todavía
no me lo entregaron [N. de R.: Cash pidió ese mismo
dato y lo consiguió en pocos días, ver nota
central]. Imagínese entonces lo que va a pasar cuando
se lo requiera a provincias más pobres.
Hay aproximadamente 1,5 millón de personas que deberían
pagar Bienes Personales y sólo lo hacen 370 mil.
El nivel de eficacia en el control es bajísimo.
Es posible que haya esa cantidad de personas con un
capital mayor de 102 mil pesos, pero muchos encuentran maneras
de eludir o evadir el impuesto que la AFIP no puede evitar.
Hay quienes ponen todas sus propiedades a nombre de sociedades
anónimas, que no tributan Bienes Personales. Otros
depositan su dinero en paraísos fiscales, que no
dan información sobre sus depósitos. También
hay mucha gente que nunca escritura sus bienes. Firman sólo
un boleto y evaden todo tipo de impuestos.
En las declaraciones juradas de 1999 figuran sólo
6200 millones de pesos de depósitos bancarios, contra
80 mil que registra el Banco Central. Esos datos están
disponibles.
Estamos trabajando en ese sentido y, en muchos casos,
estamos obteniendo resultados. Lo que ocurre es que los
procesos son lentos. Hay miles de demandas judiciales en
tribunales que tardan años en dilucidarse. En ese
tiempo algunos se insolventan. Pero hay muchos a los que
se les termina cobrando. En el último año
se han realizado ajustes en las declaraciones de muchísimos
contribuyentes. Lo que ocurre es que sólo salen en
los medios cuando se trata de gente famosa. Es cierto que
el organismo no logra controlar a todos los contribuyentes,
pero el nivel de eficacia va en constante aumento.
|
Leonel
Massad tributarista |
Pésima
señal a la sociedad
|
Con
la escasez de presupuesto con que se está manejando
la AFIP es muy difícil realizar un trabajo eficiente.
Hace dos años que no se hace una publicidad para
avisar vencimientos. Hay muchos empleados en relación
de dependencia, que no tienen contador, y ni saben que deberían
pagar Bienes Personales. En este momento el dinero no alcanza
ni para pagarle al correo el envío de intimaciones.
Los locales alquilados de las agencias del interior deben
un año de alquileres. Sobre la base de la miseria
no se va a construir nada bueno. Este retiro voluntario
va a ser un golpe terrible para la AFIP. La experiencia
de ese personal va a ser utilizada por las empresas privadas
para evadir. Hay cosas que se aprenden en la DGI, que no
se enseñan en la universidad. Además, es una
pésima señal a la sociedad. El organismo debería
llevar adelante una reestructuración distinta. Hay
demasiados caciques y hay pocos fiscalizadores e inspectores.
La mayor parte del presupuesto debería estar destinada
a la fiscalización, que es la principal herramienta
para incrementar la recaudación.
|
Raul
Cuello ex director de la DGI |
Discurso
duro, mano blanda
|
Bienes
Personales es el impuesto más fácil de controlar
porque cae sobre bienes registrables, pero la ineficacia
de la AFIP lo hace difícil. Además, las señales
que envía el Gobierno no ayudan. Mientras el Presidente
amenaza por televisión, se flexibilizan las condiciones
para acogerse a la moratoria. Discurso duro y mano blanda.
Si la gente sabe que si la agarran va a ser perdonada y
le van a financiar la deuda, para qué va a pagar.
Hay algunas medidas de muy fácil instrumentación
para elevar la recaudación de Bienes Personales,
pero hace falta decisión política. Habría
que llamar a todos los ex empresarios que vendieron sus
compañías a capitales del exterior en la última
década y preguntarles dónde está ese
dinero. Luego del fracaso de la AFIP para cobrar el impuesto
docente, el Gobierno debería haber entendido que
la actual conducción del organismo es incapaz de
controlar la evasión. En el país hay aproximadamente
un millón y medio de contribuyentes que deberían
pagar este impuesto. Si se recaudara como corresponde, se
podrían reducir las alícuotas de los impuestos
al consumo, que están trabando la reactivación
económica.
|
|
|