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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
07 MAYO 2000








Por Roberto Navarro


El que ríe último

Los que más tienen son los que más evaden. Esa inequidad se repitió nuevamente la semana pasada, cuando venció el plazo para la presentación de las declaraciones del impuesto sobre los Bienes Personales. El 75 por ciento de las personas que debería pagar el impuesto a la riqueza no lo hace y la mayoría de los que cumplen tributan menos de lo que les corresponde. Sólo 370 mil contribuyentes declararon tener más de 102 mil pesos, piso a partir del cual se abona ese impuesto. Resulta tan escandalosa esa evasión del sector de mayores ingresos que basta mencionar que existen 703 mil propiedades con valores fiscales superiores a 100 mil pesos registradas en la Dirección de Rentas de la provincia de Buenos Aires. O las 480 mil de la ciudad de Buenos Aires que están en esa misma condición de valuación. Se ha declarado al fisco apenas 4084 propiedades en el exterior. Pero según una investigación de Cash, en los registros de la intendencia del partido de Maldonado, República del Uruguay, sólo en Punta del Este hay 11.210 propiedades a nombre de argentinos, lo que no significa que no existan más escrituradas por empresas-sello de goma radicadas fuera del país. Según estimaciones del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, hay más de un millón y medio de personas que deberían pagar el impuesto a la riqueza y sólo lo hace una cuarta parte. De acuerdo con los datos suministrados por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la recaudación de Bienes Personales de 1999 fue un 30 por ciento inferior a la del año anterior, y en la reciente declaración jurada de abril habría disminuido nuevamente el capital declarado por los contribuyentes. Para evitar esa mala noticia, que muestra la ineficiencia de la DGI, el titular de la AFIP, Carlos Silvani, sólo dio a conocer los ingresos totales recaudados mes por mes, pero se negó a precisar el total del impuesto determinado correspondiente a las presentaciones de Bienes Personales de 1998 (que venció hace un año) y de 1999.
El impuesto a la riqueza es el gravamen más progresivo del actual sistema tributario, porque sólo lo pagan los que cuentan con un capital importante. Sin embargo, es el tributo en el que la AFIP muestra los peores resultados. Según datos del Indec, el 10 por ciento más rico de la sociedad se queda con el 40 por ciento de la renta. Se trata de un millón de familias de alto poder adquisitivo, de las que sólo la tercera parte paga Bienes Personales. Tampoco lo hacen las otras 500 mil que completan el segmento que la Asociación Argentina de Marketing define como ABC1 (los que más gastan). El incumplimiento de esa obligación fiscal por parte de los que más tienen obliga al Estado a cobrarle más impuestos al resto de la sociedad. La alícuota del 21 por ciento del impuesto al Valor Agregado (IVA), que alcanza incluso en los productos de primera necesidad, es una de las más altas del mundo. El IVA es el impuesto más regresivo, porque lo pagan todos por igual sin importar el nivel de ingresos. La recaudación de Bienes Personales de 1999 fue de 545 millones de pesos. Varios tributaristas calculan la evasión en más de 1500 millones de pesos, monto superior al ajuste practicado por el equipo económico en el Presupuesto de este año y similar a lo que espera obtener con el polémico paquete impositivo.
En las declaraciones juradas de 1999, los contribuyentes declararon poseer, en total, 8172 naves (distintos tipos de embarcaciones). Cash verificó que sólo en las guarderías del partido de Tigre, sin contar las que están ancladas en la costa, hay más de 15 mil unidades. Entre los activos declarados en el exterior se registraron sólo 208 embarcaciones, cantidad ridículamente baja comparada sólo con las que están ancladas en los veranos en Punta del Este.
En el país hay más de siete millones de vehículos patentados, pero en la AFIP sólo se declararon 241 mil. A diferencia de otros gravámenes, como el impuesto a las Ganancias o el IVA, que son difíciles de verificar, porque se evaden mediante complejas ingenierías contables, Bienes Personales es más simple de controlar, porque recae sobre activos registrables, como inmuebles, automóviles, depósitos bancarios. Cash consultó a Guillermo Farías, subdirector de Operaciones Impositivas de la DGI, acerca de por qué no requerían a las direcciones de rentas de las provincias los listados de las personas que poseen inmuebles con valuaciones fiscales superiores a 100 mil pesos y cruzaban esos datos con las declaraciones de Bienes Personales (ver aparte). El funcionario señaló que hacía dos meses que había requerido esa información a Rentas de la provincia de Buenos Aires y que aún no se la habían entregado. Sin embargo, este suplemento consiguió ese dato con apenas un par de llamadas telefónicas.
La AFIP cuenta con los registros de propiedades, automotores, naves y aeronaves, y también con la información brindada por el sistema financiero sobre depósitos y por el bursátil sobre tenencia de títulos y acciones. Pero no puede cruzar esos registros porque no posee el sistema informático necesario para esta tarea. Hace más de un año que convocó a una licitación para adquirir el software Date Ware House, utilizado por las mejores direcciones fiscales del mundo para el cruzamiento de datos, pero aún no definió la operación por falta de presupuesto. La misma razón por la que suspendió todo tipo de publicidad, incluso la mínima necesaria para avisar a los contribuyentes las fechas de los vencimientos.
Leonel Massad, ex asesor de Silvani, aseguró a Cash que es tanta la restricción presupuestaria del organismo, que no cuenta con dinero ni para enviar todas las intimaciones por correo que debería ni para pagar alquileres de locales ni cuentas telefónicas (ver aparte). Más del 80 por ciento del Presupuesto de la AFIP se gasta en el pago de salarios. Por ese motivo, Silvani convocó a un retiro voluntario para reducir la plantilla en un 20 por ciento, unos 4500 trabajadores. En el organismo aseguran que la propuesta de abonar un 15 por ciento sobre la indemnización que marca la ley tentó a muchos de los mejores profesionales de la AFIP, que son los que más fácilmente consiguen trabajo en el sector privado. Entre ellos, se retiró Alicia Varela, la principal experta en informática con que contaba ese organismo.
Mientras la AFIP pierde eficacia, los contribuyentes de mayor poder adquisitivo elaboraron declaraciones juradas con cifras cada vez más ridículas. En 1999 declararon 6200 millones de pesos de depósitos bancarios, menos del ocho por ciento de los 80 mil millones registrados por el Banco Central en el sistema financiero local. Por otra parte, la misma legislación permite a los más ricos eludir el tributo. Los argentinos poseedores de acciones, pero que tienen residencia en el exterior, están exceptuados del gravamen. De esa manera, por ejemplo, los dueños de la mayoría de las acciones de las empresas que fueron vendidas a capitales extranjeros en los últimos años no pagan Bienes Personales. Así, tanto la actual legislación como la ineficacia del organismo fiscalizador juegan a favor de los que más tienen, en detrimento del resto de la sociedad, que termina soportando el mayor peso de la recaudación mediante los impuestos que gravan el consumo.

NUMEROS
30 por ciento es la caída de la recaudación del impuesto a la riqueza en 1999 con respecto a 1998.

370.246 son los contribuyentes que pagaron al declarar activos por más de 102.000 pesos.

1,5 millón son las personas que deberían pagar ese tributo.

703.253 son las propiedades de más de 100 mil pesos de valuación fiscal que registra la Dirección de Rentas de la provincia de Buenos Aires.

480.230 son las propiedades de más de 100 mil pesos de valuación fiscal que registra la Dirección de Rentas de la ciudad de Buenos Aires.

11.210 son las propiedades a nombre de argentinos que registra sólo la Intendencia de Maldonado en Punta del Este.
4084 son las propiedades que declaran tener los argentinos en el exterior.

6220 millones de pesos son los depósitos bancarios en el país declarados por los grandes contribuyentes a la AFIP.

80.000 millones de pesos son los depósitos totales según el Banco Central.

241.666 son los vehículos declarados por los 370 mil contribuyentes que pagaron el impuesto a la riqueza.

7,1 millones son los vehículos registrados en el país.

8172 son las embarcaciones declaradas ante la AFIP.

15.000 son las naves estacionadas sólo en las guarderías del partido de Tigre.

 

Guillermo Farias subdirector general de la AFIP
“No logramos controlar a todos los contribuyentes”

¿Por qué la DGI no puede controlar el pago de un impuesto que se cobra sobre bienes que están registrados en distintos organismos del Estado?
–No todos los organismos tienen el mismo nivel de informatización que posee la AFIP. Yo pedí el listado de las personas que tienen propiedades de valores superiores a los 100 mil pesos a la Dirección de Rentas de la Provincia de Buenos Aires hace más de dos meses y todavía no me lo entregaron [N. de R.: Cash pidió ese mismo dato y lo consiguió en pocos días, ver nota central]. Imagínese entonces lo que va a pasar cuando se lo requiera a provincias más pobres.
Hay aproximadamente 1,5 millón de personas que deberían pagar Bienes Personales y sólo lo hacen 370 mil. El nivel de eficacia en el control es bajísimo.
–Es posible que haya esa cantidad de personas con un capital mayor de 102 mil pesos, pero muchos encuentran maneras de eludir o evadir el impuesto que la AFIP no puede evitar. Hay quienes ponen todas sus propiedades a nombre de sociedades anónimas, que no tributan Bienes Personales. Otros depositan su dinero en paraísos fiscales, que no dan información sobre sus depósitos. También hay mucha gente que nunca escritura sus bienes. Firman sólo un boleto y evaden todo tipo de impuestos.
En las declaraciones juradas de 1999 figuran sólo 6200 millones de pesos de depósitos bancarios, contra 80 mil que registra el Banco Central. Esos datos están disponibles.
–Estamos trabajando en ese sentido y, en muchos casos, estamos obteniendo resultados. Lo que ocurre es que los procesos son lentos. Hay miles de demandas judiciales en tribunales que tardan años en dilucidarse. En ese tiempo algunos se insolventan. Pero hay muchos a los que se les termina cobrando. En el último año se han realizado ajustes en las declaraciones de muchísimos contribuyentes. Lo que ocurre es que sólo salen en los medios cuando se trata de gente famosa. Es cierto que el organismo no logra controlar a todos los contribuyentes, pero el nivel de eficacia va en constante aumento.

 

Leonel Massad tributarista
“Pésima señal a la sociedad”

“Con la escasez de presupuesto con que se está manejando la AFIP es muy difícil realizar un trabajo eficiente. Hace dos años que no se hace una publicidad para avisar vencimientos. Hay muchos empleados en relación de dependencia, que no tienen contador, y ni saben que deberían pagar Bienes Personales. En este momento el dinero no alcanza ni para pagarle al correo el envío de intimaciones. Los locales alquilados de las agencias del interior deben un año de alquileres. Sobre la base de la miseria no se va a construir nada bueno. Este retiro voluntario va a ser un golpe terrible para la AFIP. La experiencia de ese personal va a ser utilizada por las empresas privadas para evadir. Hay cosas que se aprenden en la DGI, que no se enseñan en la universidad. Además, es una pésima señal a la sociedad. El organismo debería llevar adelante una reestructuración distinta. Hay demasiados caciques y hay pocos fiscalizadores e inspectores. La mayor parte del presupuesto debería estar destinada a la fiscalización, que es la principal herramienta para incrementar la recaudación.”

 

Raul Cuello ex director de la DGI
“Discurso duro, mano blanda”

”Bienes Personales es el impuesto más fácil de controlar porque cae sobre bienes registrables, pero la ineficacia de la AFIP lo hace difícil. Además, las señales que envía el Gobierno no ayudan. Mientras el Presidente amenaza por televisión, se flexibilizan las condiciones para acogerse a la moratoria. Discurso duro y mano blanda. Si la gente sabe que si la agarran va a ser perdonada y le van a financiar la deuda, para qué va a pagar. Hay algunas medidas de muy fácil instrumentación para elevar la recaudación de Bienes Personales, pero hace falta decisión política. Habría que llamar a todos los ex empresarios que vendieron sus compañías a capitales del exterior en la última década y preguntarles dónde está ese dinero. Luego del fracaso de la AFIP para cobrar el impuesto docente, el Gobierno debería haber entendido que la actual conducción del organismo es incapaz de controlar la evasión. En el país hay aproximadamente un millón y medio de contribuyentes que deberían pagar este impuesto. Si se recaudara como corresponde, se podrían reducir las alícuotas de los impuestos al consumo, que están trabando la reactivación económica.”