CTA y su remedio milagroso
Hasta ahora teníamos las soluciones económicas mágicas
de la derecha neoliberal, consistentes en ajuste fiscal y señales
de confianza. Fracasadas ellas para desconcierto de José
Luis Machinea y sus bochos, surgen las fórmulas mágicas
de izquierda, como la enarbolada por la CTA con su subsidio de
desempleo de $380 mensuales para jefes de familia desocupados,
más $80 por hijo, a un costo de casi 10.000 millones, que
a Víctor De Gennaro le parece perfectamente asumible. La
idea, bastante elemental, es que inyectando ese poder de compra
en familias pobres o incluso indigentes crecería bruscamente
el consumo, generando mayor recaudación y autofinanciando
el subsidio. Se omiten, por supuesto, algunos problemas obvios:
de dónde saldría la plata en un primer momento;
cómo podría administrarse semejante subsidio para
evitar el fraude, dado que muchísimos argentinos trabajando
ganan menos que eso, etcétera, por no mencionar los desequilibrios
macroeconómicos (mayor déficit comercial) que seguirían.
Sin embargo, la propuesta tiene el encanto de las cosas simples,
fácilmente entendibles, como aquélla brasileña
de suplementar el ingreso de quienes viven bajo la línea
de indigencia y terminar así con la pobreza extrema. Lo
que plantean es actuar sobre las consecuencias de un sistema económico
ineficaz e injusto, quizá porque esto parece más
sencillo que operar sobre las causas, tema siempre controvertido
y azaroso. Pero toda presunta solución del tipo CTA encierra
el peligro de obviar el verdadero problema, induciendo a pensar
que el Gobierno tiene el remedio al alcance de la mano y no lo
administra por maldad y cobardía política. Estos
atributos pueden muy bien caberles a los aliancistas y también
a muchos de sus opositores, pero en todo caso lo que les impide
es encarar una revisión a fondo de todo lo que funciona
mal en la Argentina, empezando por el sector público y
siguiendo por las instituciones políticas y sociales. Ese
trabajo sería, posiblemente, más complejo y menos
simpático que el mágico jarabe patentado por De
Gennaro.