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DESECONOMIAS |
por
Julio Nudler
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Ensalada de metas
Si algo abunda en la economía argentina son las metas fiscales,
dice el Ieral (Fundación Mediterránea) en su último
informe. En esta ensalada se confunden las negociadas con el Fondo
Monetario en 1999 por tres años, y por tanto vigentes,
y las establecidas en la ley de responsabilidad fiscal. De esta
manera, si alguien pregunta cuál es la meta para el 2000
se le podrán dar por lo menos tres respuestas, cuando lo
que seguramente esperaría es una sola pero inequívoca.
Como se sabe, el número convenido con el Fondo es de 4700
millones, pero está en proceso de revisión y, según
los técnicos que encabeza Guillermo Mondino, acabará
aterrizando en los 5900 millones. En cuanto a la ley, si se la
lee con criterio restringido su tope se sitúa en 4800 millones,
lo que implicaría que será violada en año
de debut. No obstante, de la misma norma podría deducirse
un límite superior a los 6000 millones: más exactamente,
6350. A este guarismo se llega partiendo del rojo de 7347,5 millones
con que cerró 1999 el sector público nacional. Como
la ley impone reducir el desequilibrio un 0,4 por ciento del Producto
Bruto, y suponiendo que éste crezca nominalmente 2,2 por
ciento, resultan los 6350 millones señalados. De todas
formas, este embrollo de metas no debe ser dramatizado. Para poner
el asunto en su verdadera dimensión conviene tomar perspectiva.
Según rememora el Ieral, de acuerdo al compromiso firmado
en 1997 por la Argentina con el FMI, el déficit debería
ser de 1014 millones en el presente año. Pero el Fondo
fue convalidando sucesivos desbordes, hasta admitir en 1999 un
desvío del 177 por ciento, a todas luces considerable y
fruto de una suma de recesión y desmadre del gasto en las
horas finales del menemismo. En cualquier caso, tomar decisiones
en base a datos como las metas fiscales parece un poco aventurado.
Para los mediterráneos, en las cuestiones fiscales
lo que importa es la tendencia, lo mismo que en la deuda
y en el gasto. Y esa tendencia no estará determinada por
el número que dibuje un secretario de Hacienda, sino por
el crecimiento de la economía.
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