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DEVALUACION
Es increíble que, ya en el gobierno de la Alianza, el tema
de la tasa de cambio continúe siendo tabú en Argentina.
Ese cambio fijo es uno de los principales motivos de las altas
tasas de interés y la recesión interna. Si funcionó
bien hasta 1997, con las crisis asiática y rusa prácticamente
todos los países devaluaron sus monedas frente al dólar.
Esto incluye al propio Euro, que nació más fuerte
y poco tiempo después perdió valor para aumentar
la competitividad de los países miembros. La cuestión
es, si la Argentina no tiene una economía tan sólida
como la americana, no puede tener su moneda equiparada al dólar.
Mientras se continúe con esta política no podremos
salir de la recesión. La recuperación
nunca será sostenida ni suficiente. Lo mejor es iniciar
ya un proceso gradual no brusco de devaluación
que aumente la tasa de cambio entre 18 y 20 por ciento al cabo
de dos años. Aunque se genere un poco de inflación
interna, el país puede soportarla si gana competitividad.
Devaluar el peso trae diversos beneficios, a saber: a) impulsa
las exportaciones de todos los sectores; b) promueve el desarrollo
tecnológico en todos los niveles; c) frena naturalmente
las importaciones, sin conflictos comerciales; d) reactiva el
mercado interno y reduce el desempleo; e) aumenta la recaudación
impositiva y permite una reducción de alícuotas.
La falta de flexibilidad argentina respecto del cambio es proverbial.
Nuestro país siempre ha alternado períodos de cambio
congelado con maxidevaluaciones. Es necesario entrar en un sistema
de cambio flexible que tenga como prioridad aumentar la competitividad
de las exportaciones industriales.
Mario D. La Gatto
San Pablo, Brasil
[email protected]
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