ANALISIS
CRITICO DEL PRESUPUESTO DEL 2001
PRESENTADO POR EL GOBIERNO
La lógica del ajuste permanente
Para
el economista de la CTA no hay cambios en la dinámica de
concentración de la última década. Una propuesta
alternativa.
Por
Claudio Lozano *
Con
el Presupuesto del 2001 del gobierno nacional, una vez más,
se afirma un esquema donde la lógica fiscal reproduce y profundiza
el carácter concentrador y excluyente del proceso económico.
Dos claves definen el esquema presupuestario: una de carácter
estructural y otra que remite puntualmente a la coyuntura. La primera
indica que el Gobierno sigue decidido a no explorar la posibilidad
de incrementar recaudación por vía de una mayor progresividad
tributaria; al tiempo que mantiene fenomenales transferencias a
los agentes económicos más concentrados. Se destacan
por su importancia (representan cerca de 18.000 millones de dólares):
el endeudamiento externo (factor de acumulación de la cúpula
empresarial) y el subsidio implícito en el déficit
del sistema previsional (rebaja de aportes y privatización
de los fondos de pensión).
El mantenimiento de esa lógica afirma una tendencia estructural
al desequilibrio que, a su vez, se financia con préstamos
que tomados por el Estado sostienen la rentabilidad financiera de
los agentes más concentrados. A la vez, el esquema en curso
reproduce una situación de ajuste permanente cuya lógica
descansa siempre sobre el conjunto de la comunidad en términos
de menor masa salarial y recorte en la prestación de servicios
esenciales.
La segunda clave de carácter coyuntural refiere a la pérdida
de recaudación potencial que surge de una situación
en la que se combina la vigencia de un proceso recesivo y deflacionario
que limita el consumo doméstico de demanda masiva, con un
patrón impositivo centrado sobre el consumo.
Las dos claves expuestas explican la sinfonía del ajuste
perpetuo que ha comenzado a escucharse señalando la necesidad
de un nuevo recorte del gasto primario de 700 millones de pesos.
Asimismo demuestran que el Presupuesto no refleja una estrategia
de política pública orientada a expresar los intereses
de conjunto de la comunidad, sino que reproduce la desigual distribución
del ingreso que caracteriza al actual proceso económico y
social.
Un Presupuesto diferente supone replantear las claves expuestas:
afirmando criterios de progresividad tributaria y limitación
de las transferencias, inscriptos en una lógica de redistribución
progresiva del ingreso que expanda el consumo doméstico de
demanda masiva. Shock distributivo que para ser consistente debe
articularse con un replanteo expreso de la apertura comercial y
financiera, al tiempo que debe acompañarse con instrumentos
que regulen el proceso de concentración.
En ese marco, los ejes para un presupuesto distinto serían:
1. No debe haber reducción del gasto público
total. Si hay expansión de los servicios de la deuda (1620
millones de dólares más que en el ejercicio pasado),
el gasto público debe crecer en esa magnitud a efectos de
evitar que la expansión de la carga de intereses limite la
capacidad operativa del Estado. En este punto es conveniente alertar
que ya se asiste a la irracional situación de financiar salarios
sin recursos para infraestructura.
2. Debe transformarse el combate a la pobreza
y la atención al desempleo en la oportunidad para expandir
la demanda interna. Para esto debe crearse un Seguro de Empleo y
Formación de 380 pesos para todos los jefes de hogar desocupados;
debe reemplazarse el sistema actual de asignaciones familiares por
una Asignación Universal por hijo de 60 pesos para todo trabajador
(ocupado o no) y debe mejorarse el haber previsional mínimo.
Nuestros cálculos indican que esto insume un gasto total
de 11.473 millones de pesos.
3. La cifra anterior no implica un aumento equivalente de
gasto expuesto en 1. Esto es así ya que se pueden obtener
no menos de 7700 millones de pesos por vía de la reasignación
de planes sociales (3700 millones de pesos) que podrían subsumirse
en los instrumentos antes expuestos, y por eliminación de
subsidios (4000 millones de pesos), en particular el implícito
en el déficit previsional. Este último sería
afrontado restituyendo los aportes patronales a los grandes contribuyentes
del sector de no transables; derogando el impedimento legal a retornar
al sistema público y mejorando los haberes jubilatorios.
En suma, demostrando que la opción del Estado argentino no
es la jubilación privada sino el sistema público previsional.
Por lo tanto, los instrumentos propuestos para redistribuir ingresos
sólo expandirían el gasto en 3773 millones de pesos.
4. Se obtendrían nuevos recursos tributarios:
n por vía de la expansión del consumo resultante de
la distribución planteada (5600 millones de pesos). Entendemos
que puede establecerse un mecanismo de emergencia que ponga en marcha
la distribución hasta que se incremente la recaudación.
Una alternativa es un bono de 1000 millones de pesos de la tesorería
contra los fondos indisponibles del sistema financiero en el Banco
Central (encajes por 16.362 millones de pesos). Cabe consignar en
este punto la poderosa situación financiera que exhibe el
Estado argentino al acumular entre reservas e indisponibles el monto
de 41.694 millones de pesos. Por cierto, en nada se afectaría
la solidez del sistema financiero si por vía de un bono a
tasa internacional la Tesorería destina 1000 millones de
pesos a financiar el seguro, las asignaciones, los haberes y la
consecuente expansión del consumo y la actividad;
- por vía de un replanteo del impuesto a las Ganancias que
afecte los dividendos distribuidos y las rentas financieras. Proceso
este que exige la instrumentación de un sistema de registro
del ingreso y egreso de capitales (5700 millones de pesos);
- por mayor presión tributaria sobre el consumo superior
(1000 millones de pesos).
En total estamos obteniendo recursos por 12.300 millones de pesos.
5. Si el déficit estimado para el presente año
ronda los 6000 millones de pesos, sólo será por subejecución
de partidas. Si le sumamos a esa cifra el mayor gasto por deuda
(1620) y el mayor desembolso por distribución del ingreso
(3773 millones de pesos), el déficit total se nos va a 11.393
millones. Pero en tanto obtendremos recursos por 12.300 millones,
el déficit esperable para el año próximo se
ubicaría en 5093 millones.
Este es el número que un país diferente y una propuesta
económica y política distinta debiera discutir con
los organismos internacionales.
*
Director Instituto de Estudios y Formación de la CTA.
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