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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
08 OCTUBRE 2000








 EL BAUL DE MANUEL
 por M. Fernandez López


Los mejores alumnos

Los regímenes económicos y sus modos de funcionar actúan como educadores de los individuos que los integran. En economías inflacionarias las personas acortan el horizonte temporal de sus decisiones, y prefieren la inversión especulativa a la productiva, desprecian el ahorro y asumen conductas como las de los participantes en una sala de juego. En economías con precios constantes, mantenidos merced a un abultado número de desocupados, las condiciones son similares a las existentes a comienzos de la década del treinta, a veces también llamadas “condiciones de Keynes”, por corresponder al caso estudiado por ese economista inglés en su “Teoría de la ocupación, el interés y el dinero” (1936). El modelo keynesiano, además, consideraba un Estado ausente o decorativo, que se hacía presente en el momento más dramático, como el Séptimo de Caballería, para rescatar a las empresas en el momento más angustioso. Esa sociedad, con empresas que no toman personal, con trabajadores que están dispuestos a trabajar a los salarios existentes y nadie los pide, y con un Estado que se hace el distraído como si no pasara nada, se parece mucho al “modelo” que desde hace una década se viene aplicando en la Argentina, cuyos resultados están a la vista. Tal “modelo” no fue elegido libremente por los habitantes del país. Es obvio que nadie elegiría tener congelado su salario nominal por una década, o ver alargada su jornada laboral sin control alguno, o sentirse expuesto a la cesantía en cualquier momento. Fue impuesto a la fuerza a la población. Cabe suponer que quienes impusieron el modelo –la clase política gobernante– son los mejores alumnos del modelo. Y recordemos que los mayores economistas de EE.UU. e Inglaterra, en los años de la Depresión, I. Fisher y J.M. Keynes, enseñan que toda decisión de invertir considera la serie de rentas anuales futuras del bien que se adquiere, descontadas al momento actual, y se compara con el costo de mercado del bien adquirido. Si las rentas esperadas superan el costo, la inversión se realiza. Llamemos al bien adquirido “banca en el Senado” o cualquier otro cargo electivo; al “costo actual”, costo de la campaña; y “rentas futuras” a todos los ingresos por distinto concepto que se espera recaudar en el desempeño del cargo, y se verá que los “hechos de dominio público” no resultan de conductas anómalas dentro de las reglas del juego impuestas.

Los mejores docentes

Cumple 87 años la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, creada por la ley 9254, promulgada por el PEN el 9 de octubre de 1913. En esa institución se gestó la primera carrera de economía del país, creada en 1959. Entre sus primeros profesores se contaron Alejandro E. Bunge, Luis Roque Gondra, Raúl Prebisch, José González Galé y otros. Cumplió sus bodas de oro en octubre de 1963, y en aquella oportunidad se realizó una gran celebración, presidida por el entonces rector de la UBA, que era a la vez el economista más distinguido del país, el doctor Julio H.G. Olivera, cuyas palabras se transmitieron en vivo al país por Radio Nacional. Expresó en su discurso “el homenaje de la Universidad de Buenos Aires a esta ilustre casa de estudios, homenaje extensivo a la memoria de sus precursores y fundadores, así como a los que, en las distintas etapas de su historia, le ofrendaron generosamente su actividad, sus luces y sus ensueños... A vosotros todos, que colaboráis en esta noble empresa del espíritu, deseo augurar nuevos e importantes éxitos. Mantened en lo futuro y acrecentad los prestigios alcanzados. Mantened esa feliz combinación de realismo e idealidad que ha caracterizado vuestra obra. En el estudio de las riquezas materiales, no olvidéis que ellas deben servir a fines superiores. En el examen y confección de los balances, no descuidéis el balance integral de la vida. Prolongad firmemente hacia lo futuro vuestra línea de progreso y perfeccionamiento. Y, si me permitís una imagen de la Grecia antigua, os recordaré, no la flecha de Zenón, que elevándose se inmoviliza y cae, sino la flecha de Evandro, que ascendiendo siempre se transforma en estrella”. Vivían todavía José Arce, diputado autor del proyecto de creación de la Facultad; Hugo Broggi, en Italia, primero en demostrar la existencia de la función de utilidad y en plantear la insuficiencia de los criterios walrasianos sobre equilibrio general; El “maestro de América”, Alfredo L. Palacios, creador de la legislación laboral argentina, profesor de Legislación Industrial; el profesor José Barral Souto, anticipador del enfoque de programación lineal en la teoría económica; el profesor Teodoro Sánchez de Bustamante, descubridor de la curva de ingreso marginal, posteriormente utilizada en el análisis de la competencia imperfecta; y Raúl Prebisch, líder del pensamiento latinoamericano.