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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
15 OCTUBRE 2000








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler


Verdes como un kiwi

Nueva Zelanda tiene un vecino grande llamado Australia. Es un nítido exportador de commodities. Como corresponde a este perfil, sufre un déficit de cuenta corriente que ronda el 5 por ciento de su Producto Bruto. Consecuentemente, su dólar perdió un 44 por ciento de su valor de cambio respecto del dólar estadounidense en los últimos cuatro años. Ahora algunos neocelandeses buscan como remedio crear una moneda única oceánica, que reemplace a su dólar y al australiano. Este, al fin de cuentas, sólo se devaluó un 35 por ciento, como resultado de explotar el mismo filón: exportar materias primas e insumos.
Además de compartir el hemisferio de abajo, Argentina se parece en algunas cosas a NZ, si se considera la descripción que antecede. Pero la gran diferencia es su devaluación cero, con la que primero logró el objetivo de la inflación cero y más recientemente la deflación. Así como los australianos, con una economía que septuplica a la neocelandesa, se ríen ante la sola sugerencia de abandonar su moneda para satisfacer a su pequeño vecino insular, los brasileños no sacrificarían su soberanía monetaria por más que los argentinos se lo propongan.
Aunque, a decir verdad, cuando dos o más países sellan una unión monetaria, los que más soberanía pierden son los socios chicos, porque las políticas serán fijadas por el o los grandes, atendiendo a su propia situación. Esto le sucedería a NZ con Australia, a la Argentina con Brasil y muchísimo más con Estados Unidos, y hasta cierto punto explica el rechazo de los daneses a unirse al euro, poco dispuestos como lo estuvieron siempre a subordinarse a su vecino alemán.A los argentinos que tuvieron la brillante idea de plantar kiwi, la enorme revaluación del peso frente al dólar neocelandés debe bastarles como problema. Pero habría que considerar también que, con haber devaluado tanto, los oceánicos no resolvieron sus problemas, y es probable que tampoco la Argentina los hubiese resuelto. Devaluar o no devaluar no es la única opción que cuenta.