EN
LA CITY NO DESCARTAN UNA CORRIDA CONTRA ARGENTINA
Se acercan vientos huracanados
Los
financistas piensan que la calma de los mercados de estos días
precede a la tempestad que se avecina. Los operadores están
muy pesimistas. Esta semana Machinea tiene un test clave con Letes.
Los
financistas están seguros de que están frente a un
espejismo. La imagen engañosa remite al clima de cierta tranquilidad
por la que está atravesando el mercado de capitales, en comparación
con las corridas de la semana anterior. Pero dicen que sólo
se trata de una ilusión. En la city creen que la economía
argentina está sentada sobre una bomba de tiempo.
A los inversores internacionales les importa poco y nada que la
Argentina sea un alumno aplicado, que haya hecho todos los deberes
que se le reclamó. Ahora, con la economía estancada
y con tasas de interés que rondan el 14 por ciento anual,
intuyen que el Gobierno podría dejar de pagar la deuda. Al
respecto, en la city creen que, antes de caer en una crisis incontrolable,
la Argentina desembocará en alguno de estos dos escenarios:
1. Se aviene a aplicar un nuevo ajuste en el gasto público,
o
2. Recibe un crédito multimillonario y excepcional de parte
del Fondo Monetario, bancos internacionales y el Tesoro estadounidense.
La lógica común para ambos casos es que el país
aseguraría así el repago de su deuda.
El laberinto en el cual ha quedado encerrada la administración
de Fernando de la Rúa no es obra de la casualidad, sino de
la política seguida en la última década, más
atenta a los reclamos del denominado mercado que a las
necesidades y pedidos del frente interno. Ahora, que la receta de
la ortodoxia no da frutos, los financistas, lejos de la autocrítica,
reclaman ir por más. Y amenazan que si no se cumple con sus
pretensiones pondrían en marcha una corrida contra Argentina.
El próximo test del mercado a la gestión de José
Luis Machinea será pasado mañana, cuando Economía
salga a colocar Letras del Tesoro a corto plazo por 1100 millones
de pesos. En el microcentro calculan que si el costo de esa refinanciación
excede el 12,5 por ciento anual, volverán a bajarle el pulgar
al equipo económico. Y volverían las turbulencias.
La suerte de los muchachos de Machinea también se encuentra
atada a lo que suceda en el exterior. La estabilidad del precio
del petróleo, el enfriamiento de la economía estadounidense
y la revalorización del euro vienen jugando en favor de la
Argentina. Sin embargo, nadie espera que Alan Greenspan, el titular
de la Reserva Federal (banca central estadounidense) le tienda un
puente de oro a Machinea. Dentro de diez días, cuando el
directorio de la FED vuelva a reunirse, los banqueros dejarán
intacta la tasa de interés.
En todo caso, en la city aguardan que, con suerte, la tasa podría
bajar hacia mediados de 2001. Pero para la Argentina, seis meses
parecen un siglo.
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