La estrategia del miedo
-Se establecerán las bases de un sistema que
afirme definitivamente los principios de solidaridad, universalidad
y subsidiaridad.
-Defender y jerarquizar el componente solidario estatal del
régimen mixto, expresado hoy en la PBU, financiado con aportes,
contribuciones y otras fuentes tributarias.
- En lo que concierne al nuevo sistema de capitalización,
la ALIANZA advirtió en sucesivas oportunidades los riesgos
que su instauración entrañaba para el financiamiento
del régimen de reparto, y esas advertencias han venido probando
su certeza.
Programa de Gobierno de la Alianza, mayo 1999
Quienes
todavía sostienen esos tibios principios previsionales son
unos irresponsables, según definición
del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Y se convertirán
en los culpables de una crisis más profunda que terminará
siendo más cara para la gente, como siguió aclarando.
Con pragmatismo cavallista sostuvo que la situación externa
adversa obligó al Gobierno a impulsar reformas estructurales
(la previsional, la desregulación de obras sociales y el
congelamiento del gasto nacional y provincial por cinco años).
Desde Economía son menos sutiles: amenazan con que se viene
un golpe de mercado si no prospera el decreto previsional y dicen,
con cinismo cavallista, que de una vez por todas hay que olvidarse
del Programa de Gobierno presentado en la campaña electoral.
Ante tan burda por ser mala copia de la utilizada reiteradamente
por Cavallo estrategia de miedo vale la pena poner un poco
de orden en semejante confusión.
1. Los principales (ir)responsables de arrimar a Argentina al abismo
de la cesación de pagos fueron el secretario de Finanzas,
Daniel Marx, y el presidente del Banco Central, Pedro Pou. Marx
se equivocó en su política de colocación de
deuda, dejando pasar las oportunidades para mantener mullido el
colchón financiero especulando con conseguir una tasa más
baja. Así se fueron agotando las reservas de repago de la
deuda y, para colmo, terminó convalidando tasas de desesperación
del 16 por ciento anual. Por su parte, Pou no flexibilizó
a tiempo normas monetarias que hubieran permitido a los bancos tener
más liquidez para no disparar la tasa del call al 23 por
ciento anual. Así, uno y otro, agudizaron la vulnerabilidad
de la economía, convocando al fantasma de la imposibilidad
de pagar la deuda.
2. La crisis se profundiza ante el fracaso de las recetas ortodoxas
del equipo económico para cerrar la brecha fiscal e impulsar
el crecimiento, condición que reclaman los acreedores para
confiar en que cobrarán los títulos de deuda. Machinea
rompió records en lanzar paquetes en menos de un año
de gestión:
- Subió impuestos (su bautismo de fuego fue a fines del año
pasado).
- Apostó a medidas procompetitivas para la industria (abril).
- Bajó salarios (mayo).
- Se jugó a que la inversión privada actúe
de motor (julio).
- Lanzó un plan de fomento de exportaciones (agosto).
- Se ilusionó con un plan de infraestructura y vivienda (septiembre).
- Ofreció más iniciativas procompetitivas (septiembre).
- Sedujo con rebajas de impuestos al sector productivo (octubre).
- Propuso congelar el gasto por cinco años y recortar las
jubilaciones futuras (noviembre).
3. El contexto internacional es complicado, pero también
lo es para otros países emergentes, que en su mayoría
registran un crecimiento sostenido de sus economías.
4. El FMI exige para dar el blindaje el acuerdo con las provincias
para frenar el gasto y el endeudamiento. Esa es su prioridad y obsesión.
Si bien también reclama la reforma previsional, no considera
que el rescate se vaya a derrumbar si se instrumenta mediante una
ley.
5. Erigirse en predictor de respuestas violentas del mercado, luego
de brindarle tributos inesperados (por caso, la eliminación
del régimen de reparto), es simplemente un chantaje para
disciplinar díscolos.
La experiencia Menem-Cavallo ya le mostró a la gente quién
termina pagando y más caro esa política del terror.
Y también que las promesas electorales no se cumplen.
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