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Privatizacion
Privatizar áreas esenciales de la AFIP (recaudación,
fiscalización y Aduanas) equivale a entregar a un sector
del poder económico los datos de otro sector. O sea, entregarle
las herramientas de aniquilamiento de ese otro sector. Es necesario
de una vez por todas poner en evidencia que ámbito
privado no es de ninguna manera sinónimo de ámbito
eficiente, y asimismo que estatal no significa
ineficiente. Las empresas de preembarque aduanero,
encargadas del control de la facturación de los productos
importados, son empresas privadas gracias a cuya eficiencia
ingresan al país bicicletas a dos pesos, guardapolvos a
ocho centavos. Nótese, asimismo, que casi siempre la Aduana
y la DGI estuvieron conducidas por personas provenientes del sector
privado y no por funcionarios de carrera. ¿De
quién es entonces la ineficiencia? ¿Del organismo
por ser público o de quien lo conduce? Llamativamente el
Dr. Cavallo propone entregar la AFIP a una sociedad anónima
a la cual pretende pagarle honorarios del 2% de la recaudación.
Digo llamativamente porque Domingo Cavallo ha sido
ministro de Economía y debe conocer que el cobro de los
impuestos siempre estuvo y está a cargo de sociedades anónimas
que son precisamente los bancos. Digo también llamativamente
porque la DGI tiene asignado un presupuesto sensiblemente inferior
al 2% de la recaudación. Quienes proponen la privatización
de la recaudación y de la fiscalización opinan
con un marcado y peligroso desconocimiento de lo que significa
la administración tributaria.
Jorge Orlando Martínez
abogado
Secretario general de la A.E.D.G.I.
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