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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
03 DICIEMBRE 2000








 

FINANZAS el Buen Inversor
Por Claudio Zlotnik 

LA CRISIS DE LOS EMERGENTES FRENA EL FLUJO DE CAPITALES

Como turco en la neblina

Turquía, Rusia, Bulgaria, el mercado americano de tecnológicas, Nasdaq. El plano internacional se ha enrarecido y existen varios focos de incendio que no hacen más que complicar a la plaza argentina. Las turbulencias asustan a los inversores de los mercados más riesgosos, como el local. En ese sentido, el año que está finalizando mostró la aversión al riesgo que tienen los operadores internacionales. El flujo de fondos hacia los países emergentes disminuyó casi a la mitad con respecto a lo que ocurrió en 1999. Mientras el año pasado se habían girado un total de 67 mil millones de dólares hacia aquellos mercados, en el 2000 el monto cayó a 36 mil millones. La sequía se sintió como nunca en la Argentina.
Los organismos internacionales, como el Fondo Monetario, calculan que el próximo año será sustancialmente mejor para los emergentes. De hecho, estiman que el flujo de capitales hacia esos mercados alcanzará a 116 mil millones de dólares, triplicando con holgura la marca del 2000. Pero el problema es que muy pocos creen en esa reacción, incluyendo a los propios miembros del equipo económico.
A partir de la caída de los tigres y tigrecitos asiáticos, a mediados del ‘97, el desplome de Rusia, un año más tarde, y la devaluación en Brasil, no bien iniciado 1999, los fondos de inversión internacionales, que hasta entonces habían conseguido jugosas ganancias apostando en los emergentes, sacaron el pie del acelerador y prefirieron jugar a lo seguro, derivando sus capitales a los mercados más grandes, como el estadounidense. Junto con los terremotos, se había terminado la fiebre por obtener rentabilidades extraordinarias y rápidas. Y el negocio se mudó de geografía, más precisamente a Wall Street. Como los conquistadores de antaño que iban en busca de metales preciosos, los financistas descubrieron que el nuevo paraíso estaba formado por las empresas puntocom y allí concentraron todo su potencial. El mercado argentino, como ocurría con los sitios a los que se les extraía el oro hasta secarlos, se convirtió en una suerte de pueblo fantasma.
Pero el Nasdaq –panel que agrupa a las compañías de Internet y de alta tecnología– perdió la mitad de su valor en apenas siete meses, y en la city nadie asegura que el ajuste haya finalizado. Todo lo contrario, el principal temor de los operadores es que, en medio de semejante corrección y de las altas tasas de interés dispuestas por la banca central estadounidense, la economía de ese país ingrese pronto en un ciclo recesivo.
En ese caso, nada de bueno le espera a la Argentina. Lejos de aumentar los flujos de dinero hacia los emergentes, lo más probable es que, con muchos derrotados en el camino, los inversores se replieguen todavía más.