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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
18 MARZO 2001








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler


La borra del café

Aunque lo beba endulzado con dos cucharaditas de azúcar, el café se le puede volver algo amargo al consumidor que tenga la mala fortuna de enterarse cuán poco vale, en el mercado mundial, lo que él sigue pagando tan caro localmente. Según datos recientes, que martirizan a los países productores, el precio promedio de un kilo de grano ronda un dólar diez centavos. Menos de lo que por lo general cuesta tomar un solo pocillo en cualquier bar o confitería de la Argentina. Se dirá que el parroquiano está pagando en realidad el “servicio”, aunque su objetivo al sentarse al mostrador o a una mesa sea exactamente el de beber una pequeña taza de café. Darse este módico gusto puede, en muchos casos, costarle tanto como valen dos kilos de grano.
Pero aun dejando de lado la mediación del “servicio”, el caso no mejora mucho. Si el consumidor, dueño de molinillo y cafetera hogareña, se aficionó por ejemplo al café Selección de Bonafide, para adquirir un kilo en grano deberá pagar 30 pesos, algo así como veintisiete veces la cotización mundial promedio. Aquel precio incomprensible sufrió un aumento tiempo atrás, y nunca más bajó, sin importar el derrumbe del producto en el mercado internacional en los últimos tres años. Se trata, obviamente, de un precio libre, y nadie puede acusar de nada impropio, legalmente hablando, a la empresa de la presunta buena fe.
Como el café proviene, no de lejanísimos puertos, sino de Brasil, que es socio de la Argentina en el Mercosur y primer productor mundial, o a lo sumo de Colombia, no hay motivo para pensar ni siquiera en enormes costos de transporte. La pregunta se transfiere entonces al mal funcionamiento de los mercados en la Argentina, a la inoperancia de mecanismos de competencia capaces de trasladar al consumidor los beneficios de un precio bajo o en disminución. El caso de las naftas no es el único. Tampoco el de los medicamentos. Quizá sea útil intentar leer en la borra del café este misterio de los precios distorsionados.