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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
18 MARZO 2001








CLAVES

Empresas
aportes

- Con Ricardo López Murphy en Economía se pone en evidencia la subordinación del gobierno de Fernando de la Rúa al bloque de poder económico.

- Una de las formas posibles de explorar la naturaleza de esa subordinación surge de analizar cuáles son las empresas que patrocinan los estudios que se realizan en FIEL.

- Los principales patrocinadores de los estudios realizados por las “fuerzas de choque” del neoconservadurismo local son integrantes centrales del núcleo del capital concentrado interno.

- Se refleja con notable contundencia la férrea vinculación entre los intelectuales orgánicos de los sectores dominantes en el ámbito académico, el sistema político y el bloque de poder económico.

- El principal interrogante que surge ante ese escenario remite a cuán gobernable resultará una sociedad cada vez más polarizada.

 


Las empresas a las que les interesa el país auspician...

Con Ricardo López Murphy en Economía se pone en evidencia la subordinación del Gobierno de Fernando de la Rúa al bloque de poder económico.

Una de las formas posibles de explorar la naturaleza de esa subordinación surge de analizar cuáles son las empresas que patrocinan los estudios que se realizan en FIEL.

Se refleja con notable contundencia la férrea vinculación entre los intelectuales orgánicos de los sectores dominantes en el ámbito académico, el sistema político y el bloque de poder económico.

Otro caso es el de la Fundación Mediterránea, del cavallismo.

 

Por Eduardo Basualdo*
y Claudio Lozano*

La reciente asunción de Ricardo López Murphy al frente del Ministerio de Economía, así como el intento para que Domingo Cavallo asuma la presidencia del Banco Central, ponen en evidencia la subordinación del gobierno de Fernando de la Rúa al bloque de poder económico. Una de las formas posibles de explorar la naturaleza de esa subordinación surge de analizar cuáles son las empresas que patrocinan los estudios que se realizan en la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL, de donde proviene el nuevo ministro de Economía y la mayoría de sus asesores) y en la Fundación Mediterránea (institución a la que pertenece el ex ministro menemista), las cuales constituyen el sustento intelectual de un proyecto que es neoliberal en lo económico y neoconservador en lo político.
Unas cincuenta firmas patrocinan las investigaciones que se llevan a cabo en esos dos centros. De dicho total, 46 (el 92 por ciento) integran el conjunto de las empresas líderes de la economía argentina. En otros términos, los principales patrocinadores de los estudios realizados por las “fuerzas de choque” del neoconservadurismo local son integrantes centrales del núcleo del capital concentrado interno. Ello reviste particular relevancia por cuanto ambas instituciones son sumamente importantes para “formar opinión”, y porque brinda importantes elementos de juicio para, por un lado, determinar cuál es la base socioeconómica que sustenta al actual gobierno y, por otro, hacia qué sectores y actores económicos se tenderá a favorecer –aún más– desde la política estatal.
En términos sectoriales se constata que una proporción considerable de las empresas patrocinadoras (más del 75 por ciento) se dedica a la elaboración de productos industriales (grandes firmas oligopólicas líderes en sus respectivos mercados), a la prestación de servicios (firmas privatizadas), y a la actividad financiera (los principales bancos que operan en el mercado local). Los restantes patrocinantes se dividen en tres firmas comerciales (un trader cerealero y dos grandes supermercados), las cinco principales petroleras del país, tres empresas holdings de tres grandes grupos económicos, y una firma que actúa en los denominados “otros sectores”.
Un 42 por ciento de las empresas patrocinantes está vinculado directa o indirectamente con las privatizaciones. Se trata de nueve firmas privatizadas y de doce que forman parte –o lo hicieron– del capital accionario de las principales empresas transferidas al sector privado en el marco del proceso de “desguace del Estado”. Mientras que el 58 por ciento restante está conformado por firmas que no tienen ningún tipo de vinculación con la política privatizadora.
Ahora bien, así como hay empresas que aportan fondos para financiar tanto los estudios de la FIEL como los de la Fundación Mediterránea, existe otro conjunto de firmas que sólo subsidia a alguna de las dos instituciones. Al respecto, resulta interesante indagar acerca del perfil característico de los patrocinadores de los dos centros. En el caso de FIEL, la mayoría (cerca del 54 por ciento) de sus contribuyentes forma parte del conjunto de las principales empresas oligopólicas de la Argentina. Se trata de 37 firmas que integran el grupo de la elite empresaria local y de 26 de los más grandes bancos y AFJP.
Distinto es el resultado cuando se analiza la composición de las empresas que sólo patrocinan a la Fundación Mediterránea. En el caso de este centro de estudio se verifica que, a diferencia de FIEL, una proporción mayoritaria (casi el 85 por ciento) se trata de empresas que no integran el núcleo de las más importantes de la economía argentina. Lo cual no debe llevar a concluir que la Fundación Mediterránea no convalide e impulse, desde lo académico, el proceso de acumulación y reproducción del capital de las fracciones empresarias más concentradas. Se trata, en gran medida, de firmas (muchas de las cuales son grandes y mediano-grandes y líderes en sus respectivos sectores) que desarrollan sus actividades en distintas provincias.
En definitiva, los datos presentados reflejan con notable contundencia la férrea vinculación entre los intelectuales orgánicos de los sectores dominantes en el ámbito académico, el sistema político y el bloque de poder económico. Esto último se refleja en que la mayoría de las firmas que patrocinan los estudios que realizan FIEL y la Fundación Mediterránea forman parte del núcleo central del capital más concentrado de la economía argentina. Es importante destacarlo por cuanto en la actualidad estos centros de estudio no sólo tienen un papel clave en materia de generación y difusión de ideas, sino también, y fundamentalmente, en la toma de decisiones políticas al actuar no sólo como grupo de presión sino como funcionarios gubernamentales.
En ese marco, es indudable que la administración De la Rúa ha reforzado de modo ostensible su subordinación al capital más oligopolizado que se configuró durante la última dictadura militar y se consolidó durante los gobiernos radical y peronista que la sucedieron. El sostenimiento de esta subordinación de la clase política a los sectores dominantes y a los principales difusores del “pensamiento único” profundizará aún más un modelo de acumulación cuyos denominadores comunes son la centralización del capital, la concentración de la producción y el ingreso, la desocupación y la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores, la exclusión de un número creciente de individuos y, como consecuencia de todo lo anterior, la creciente fragmentación social. Naturalmente, el principal interrogante que surge ante ese escenario remite a cuán gobernable resultará una sociedad cada vez más polarizada entre un núcleo –minoritario– de grandes agentes económicos y un conjunto –mayoritario– de actores crecientemente desplazados de la esfera económico-social.

*Instituto de Estudios y Formación - CTA.


LAS MEDIDAS DE LOPEZ MURPHY Y LAS IDEAS DE CAVALLO

Recetas con destinatario conocido

Por E.B. y C.L.

El ingreso de López Murphy al Ministerio de Economía confirma que la crisis en el interior de los sectores dominantes no parece haberse resuelto. En concreto, las condiciones de la crisis tienen que ver con la dificultad del presente régimen de política económica para sintetizar los intereses del bloque dominante y abrir un ciclo de acumulación expansivo. López Murphy supone la promoción de un funcionario que expresa en sus posturas a los mismos intereses que hasta el momento han ejercido la defensa del actual presidente del Banco Central: sector financiero, privatizadas y organismos internacionales.
Las definiciones que a López Murphy se le han conocido en el pasado reciente indicarían una clara adhesión a profundizar la variante deflacionista de manera extrema. En este sentido, el intento de avanzar en un ajuste fiscal expresado en términos de disolución de organismos, férreo control sobre el gasto provincial, privatización del régimen previsional con eliminación de los aportes patronales y desregulación de las obras.
Por cierto, las definiciones de López Murphy como ministro de Defensa acerca de que la pobreza es un “problema de seguridad” indican que el escenario institucional compatible con sus criterios en el orden económico remite a un cercenamiento de las libertades democráticas.
Del mismo modo que López Murphy puede ser ubicado en uno de los polos del bloque dominante, corresponde señalar que los patrocinantes de FIEL (de la cual procede el ministro) revelan la estrecha organicidad del funcionario con los sectores dominantes en su conjunto.
La hipótesis Cavallo para el Banco Central revelaría el objetivo de acercar a una figura que durante los 90 expresó la síntesis de la Comunidad de Negocios. En sus definiciones actuales que impulsan la sustitución del dólar por una canasta de monedas (devaluación), una mayor apertura de la economía y un fuerte proceso de desgravación impositiva y desregulación laboral parece acercarse a una segunda opción.
La posibilidad de esa alternativa adquiere relevancia a partir de la preocupación que exhiben los propios organismos internacionales respecto de la dificultad de Argentina para garantizar los pagos de deuda. Un cambio de precios relativos en favor de los bienes transables, una concertación con el sistema financiero que canjee el incremento eventual de las cuotas por una extensión de los plazos y una rediscusión de los servicios privatizados pueden ser parte de la discusión de un futuro donde las contradicciones que hoy se observan entre López Murphy y Cavallo puedan enhebrarse en el intento de una nueva síntesis de los sectores dominantes.

PUJAS DENTRO DEL PODER ECONOMICO

Dolarización vs. devaluación

Una de las diferencias centrales que caracterizan la etapa actual respecto del período menemista radica en que durante este último se había conformado una sólida comunidad de negocios integrada por los grupos económicos locales y extranjeros que conformaban la cúpula empresarial histórica de la Argentina, los grandes bancos acreedores propietarios de los títulos de deuda y nuevos operadores extranjeros. Todos ellos coincidiendo en el marco del proceso de privatizaciones. Esa comunidad de negocios comenzó a mostrar fisuras crecientes desde 1995, momento a partir del cual parte significativa de las posiciones de los grupos locales en los consorcios de las privatizadas fue vendida al capital extranjero consolidando una fenomenal ganancia patrimonial por parte de estos agentes y reanudando el proceso de salida de excedente local al exterior.
Esto dio lugar a la emergencia de dos grandes posturas al interior del bloque dominante local. Por un lado, los dueños de las empresas privatizadas –la gran banca local y los organismos internacionales– asociaron su perspectiva económica a la vigencia del régimen convertible (promoviendo la dolarización); por otro, la cúpula empresarial histórica que, en tanto mantiene una fuerte posición productiva y exportadora así como importantes activos en el exterior, encuentra en la modificación de la paridad cambiaria la posibilidad de mejorar la rentabilidad de sus negocios y la potenciación de su presencia en la economía.
De más está decir que la coyuntura muestra al bloque dominante discutiendo las condiciones mismas del régimen convertible. En este marco se confrontan un ajuste recesivo y deflacionista versus una salida de carácter exportador sostenida en un cambio en la paridad cambiaria.

CRISIS POLITICA Y ECONOMIA

“Menemización del Gobierno”

El final de Machinea remite al proceso de descomposición de la fuerza política que hoy gobierna. Fuerza esta que naciera y se consolidara al concitar la expectativa social de cuestionamiento al menemismo y que luego de asumir compró sin beneficio de inventario la herencia menemista. Una herencia que, por cierto, excedía en mucho la remanida referencia al déficit fiscal y que remitía a la aceptación pasiva y acrítica del régimen de política económica y al reconocimiento –como interlocutores en el diseño de las política estatales– de los mismos actores que constituyeron la base social del menemismo. Esta decisión está asentada en el predominio de una concepción que asoció en todo momento la construcción de la gobernabilidad democrática al mantenimiento de una relación armónica con el bloque dominante. Esto ha redundado en un proceso creciente de menemización del Gobierno con la consecuente pérdida de su capacidad para construir consensos, que se ha expresado tanto en la debacle observada en la imagen presidencial como en el colapso de aquellas referencias o fuerzas más dinámicas de la coalición (derrumbe de Graciela Fernández Meijide, deterioro de Storani y salida de Chacho Alvarez).
No resulta ocioso recordar que Machinea triunfó en la batalla por el ministerio cuando De la Rúa debió esconder a López Murphy en el momento en que éste señalara la necesidad inexorable de bajar los salarios. Siempre se destacó que la virtud de Machinea descansaba en ser una figura de equilibrio frente a opciones mucho más liberales. Es por esta razón que corresponde darle importancia a su salida ya que ésta comporta un cambio de etapa donde el Gobierno pretende afrontar la próxima contienda electoral por la vía de fortalecer y profundizar su organicidad con el bloque dominante.