Game over
Cuánto
tiempo ha perdido la Alianza hasta sacarse de encima el estorbo
menemista del Banco Central! ¿Cuántos sinsabores se
hubiera ahorrado José Luis Machinea si hubiera tenido el
coraje de enfrentar a alguien que gozaba boicoteando su trabajo
durante su estadía en Economía? ¡Qué
ingenuidad la de Domingo Cavallo de haber creído que había
definido un pacto de convivencia con una persona que no ha respetado
ninguno ni en el propio Banco Central! ¿Qué costo
ha pagado la economía y, por lo tanto, la gente por la exasperante
indecisión del Gobierno para desprenderse de un funcionario
que con su fundamentalismo sólo ha favorecido a profundizar
la recesión? ¡Qué indigno ha sido observar a
un grupo de banqueros y gurúes de la city defender a un procesado
presidente del Banco Central! Finalmente, Pedro Pou fue echado como
marca la ley. Y sólo una persona que no le importa el daño
que puede causar en la economía, ya sin el apoyo de la banca,
acude a la Justicia para trabar su destitución legal.
Las estupideces que han dicho los cómplices de la city en
defensa de Pou han sido sorprendentes. Que es el garante de la Convertibilidad;
que es un técnico brillante; que es el responsable de la
solidez del sistema financiero; que si lo remueven, se incendia
el país. Ahora que ya no está, y para evitar que esas
confusiones puedan ser tomadas más adelante como ciertas
por algún despistado, vale la pena detenerse en algunas consideraciones
al respecto:
1. Que es el garante de la Convertibilidad. No hubo funcionario
de su jerarquía que haya castigado con tanta dureza los cimientos
de ese régimen cambiario como lo ha hecho Pou. El plan de
dolarización que impulsó hasta avanzar en negociaciones
de un Acuerdo Monetario con Estados Unidos significaba nada más
y nada menos que la desaparición de la moneda nacional y,
por lo tanto, del régimen de Convertibilidad.
2. Que es un técnico brillante. No se conoce ni un
solo libro de su autoría que sea utilizado en universidades
pluralistas de ideas (obviamente, se excusa al CEMA). Ni un solo
paper que haya merecido el reconocimiento de académicos.
No se tiene registro de su trayectoria en claustros de altos estudios.
Ni aportes innovadores para la ciencia económica. Simplemente,
es uno de los tantos fundamentalistas de la Escuela de Chicago.
3. Que es el responsable de la solidez del sistema financiero.
Durante la crisis del Tequila, Pou, siendo vicepresidente, y el
presidente de entonces del BC, Roque Fernández, estaban totalmente
desorientados. Y asustados. Recién en marzo del 95
la caída de México y del primer banco, Extrader,
fue a fines de diciembre de 1994 se dieron cuenta de que la
Argentina estaba sufriendo una corrida. Sería interesante,
ya con la distancia que da el tiempo, que el entonces superintendente
de Entidades Financieras ofreciera su evaluación sobre la
actuación de Pou en esos días. La supuesta solvencia
del sistema fue fruto de la limpieza de entidades que provocó
esa fuga de depósitos, a lo que se le agregó una liberalización
del mercado y normas regulatorias inéditas en el mundo que
provocó una veloz extranjerización de la banca. Si
el 60 por ciento de la banca es extranjera y un 30 por ciento oficial,
el riesgo sistémico es muy bajo. Pou sólo es responsable
de estructurar un sistema financiero que ahoga a empresas y particulares
con tasas usurarias. Y que se especializó en lavado de dinero.
4. Que si lo remueven, se incendia el país. No fue
necesario esperar su remoción. Su permanencia en el cargo
durante 19 meses en el Gobierno de la Alianza fue uno de los fósforos
para mantener vivo el fuego del incendio de la crisis recesiva.
Se fue, y el mercado retomó la calma.
En definitiva, fue muy revelador observar quiénes eran los
defensores de Pou, banqueros y economistas de la city, puesto que
servirá recordarloscuando el ahora destituido presidente
del BC empiece a pasear por Tribunales. Y, fundamentalmente, cuando
se empiecen a conocer rutas del dinero negro lavado en circuitos
de la banca offshore.
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