- La cadena hotelera Ibis, del grupo Accor, desembarcó en Buenos Aires con la apertura de un hotel ubicado frente a la Plaza de los dos Congresos. La inauguración demandó una inversión de 9 millones de dólares. En una primera etapa, la cadena abrirá otros 14 establecimientos, invirtiendo 64 millones de dólares.

- El Banco de la Provincia de Buenos Aires diseñó un nuevo sistema de pago a los jubilados beneficiarios del Instituto de Previsión Social de la Provincia. Para estos jubilados, el banco les otorgará una caja de ahorro en pesos en forma gratuita, con opción a una tarjeta Visa y al débito automático de impuestos y servicios también sin costos.

- Las empresas BGH y Motorola reiniciaron la fabricación de teléfonos celulares en la Argentina, después de haberla discontinuado hace cuatro años. La producción se realiza en la planta que BGH posee en Tierra del Fuego, a la que Motorola asiste tecnológicamente. BGH, una empresa controlada por capitales locales, facturó 207 millones de pesos en el último año.

- La agroquímica Atanor reportó una ganancia de 1,3 millones de pesos en el primer trimestre, la mayor utilidad de los últimos cinco años, debido a un impulso del 18% en sus ventas. Al mismo tiempo, la empresa anunció la adquisición del ingenio azucarero Marapa, en 4,7 millones, que le permitirá autoabastecerse de alcohol etílico.

- Las compañías de televisión por cable TyC Sports y Fox Sports acordaron su fusión. De esta manera, el conglomerado pasará a facturar 100 millones de dólares en el primer año, y llegarán a 19 millones de hogares en América latina y Estados Unidos.

El banco de David Mulford, el Credit Suisse First Boston, fue sumado sorpresivamente al club de entidades Creadores de Mercados.

Antes de que la operación de canje de bonos llegue a su fin, Domingo Cavallo se preocupó por asegurarle un nuevo negocio a David Mulford, su amigo americano. A pesar de que la participación del Credit Suisse First Boston en la Argentina haya sido mínima en los últimos años, el ministro resolvió que ese banco, cuyo vicepresidente ejecutivo es precisamente Mulford, pasara a integrar el selecto grupo de entidades financieras Creadores de Mercado. Pertenecer a ese club, conformado por la docena de bancos más grandes de la Argentina y algunos extranjeros líderes, le dejará a CSFB jugosas ganancias: accederá a los negocios que el Estado realice con los bancos y se llevará comisiones por la colocación de títulos de deuda.
Por la refinanciación de 11.800 millones de dólares en Letras del Tesoro (Letes) y otros 11.000 millones del resto de los títulos públicos, los bancos se repartirán este año unos 100 millones en comisiones. Este monto no tiene en cuenta una cifra similar que se alzarán por el megacanje. Queda a la vista que Mulford no se equivocó cuando convenció a Cavallo sobre la necesidad de llevar adelante esa operación.
Cuando los demás bancos se enteraron de la decisión de incluir al CSFB en el club pusieron el grito en el cielo. ¿Por qué ganaba ese derecho si entre 1999 y el 2000 sólo había participado de apenas un par de colocaciones de títulos de deuda sobre un total de 60?, se preguntaban los banqueros. La respuesta formal no los tranquilizó: tras la fusión del JP Morgan y el Chase Manhattan, la cantidad de Creadores de Mercado bajaba de 12 a 11 y debía ocuparse el lugar vacante. Por otra parte, ¿cómo se justificaba ante la comunidad mundial de negocios que uno de los bancos organizadores del megacanje no formara parte de los Creadores de Mercado? Justamente, una de las condiciones que deben cumplir las entidades del club es que deben participar de todas las colocaciones de deuda.
De la mano del ministro, David Mulford retornó a los primeros planos de los negocios financieros de la Argentina. Un privilegio que detentó desde comienzos de la década pasada, también durante la gestión anterior de Cavallo y que perdió no bien éste se fue expulsado del Palacio de Hacienda por el menemismo. Mulford fue uno de los arquitectos del Plan Brady desde la Subsecretaría del Tesoro estadounidense. Más tarde, lideró la colocación de las acciones de YPF y de varias ex empresas estatales, como Segba, las gasíferas y las petroquímicas General Mosconi y Bahía Blanca. Ya por entonces se ganaba el recelo de los banqueros de la city.
“Estamos haciendo esto por la Argentina”, exageró, respecto del megacanje, durante un reportaje que le hicieron hace un par de semanas. Con la seguridad de que lo esperan buenos negocios, Mulford no tuvo problemas en sentarse al lado de Cavallo y persuadir a los inversores de Wall Street de que se sumen al megacanje. De alguna manera, estaba defendiendo su propio bolsillos.