Banco Mayo

Por medio de la presente, en mi condición de abogado de los firmantes de la carta que adjunto, hago saber que asumo la total responsabilidad por la autenticidad de todas las firmas (N.de E.: en total, son cincuenta, con aclaración y número de documento).
El Banco Mayo no fue vaciado sólo por Rubén Beraja. Lo secundó una banda en su mayoría identificada y, todos juntos, derivaron grosera e ilícitamente decenas de millones de dólares a empresas propias, de amigos, parientes y socios. Destruyeron un proyecto cooperativo, defraudaron a cientos de familias judías que confiábamos en ellos y arrasaron con más de 280 millones cedidos por nuestro empobrecido Estado nacional en concepto de redescuentos. El Banco Central detectó y denunció muchas de estas maniobras ilícitas, señalando el destino seguido por el dinero, a pesar de lo cual la mayoría de sus responsables fueron sorpresiva e infundadamente sobreseídos, manteniendo intactos sus patrimonios personales y societarios. El BCRA, los fiscales y nosotros apelamos reclamando que se siga investigando en busca de la verdad. La decisión están manos de jueces que no pueden inspirarnos confianza para este caso particular, de modo que aun cuando seguimos reclamando su apartamiento, consideramos indispensable facilitar a la sociedad el acceso a la verdad. Para ello, ponemos copia del expediente a disposición de la persona, entidad o medio que quiera saber cómo fue posible vaciar un banco argentino en cientos de millones sin ir preso y, por ahora y en la mayoría de los casos, obviar incluso el deber de dar cuentas en un juicio oral y público.

Dr. Mateo Corvo Dolcet