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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
21 OCTUBRE 2001








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler

Cavallo, a favor del déficit

Corre el año 1998. La Unión Industrial quiere impedir que Roque Fernández, entonces ministro de Economía, imponga la reforma tributaria que impulsa. Como parte de la acción de lobby contra el proyecto, la cúpula fabril se entrevista con el diputado Domingo Cavallo. El otro economista que eligen como interlocutor es Roberto Alemann. El 9 de junio, en la sesión extraordinaria de la junta directiva, Osvaldo Rial, presidente, le pide al secretario de la UIA (y hoy presidente), José Ignacio de Mendiguren, que informe sobre la reunión con el líder de Acción por la República. Asisten, entre varios otros, Jorge Zorreguieta (padre de Máxima), Sergio Einaudi (Techint) y Adolfo Navajas Artaza (Taragüí).
Según relata De Mendiguren, de manera no lo bastante confusa como para no poder entenderlo, Cavallo “considera que la idea de la inexistencia de poder, a través de esta reforma, que se dice neutra, aspirar a no tener déficit fiscal es absolutamente improbable, ya que la inexistencia de déficit nunca ha existido. Se sabe que cuando se llega a la falta de déficit fiscal, se crea nuevamente un gasto para que éstos existan”. En concreto, el mediterráneo sostenía que siempre hubo déficit y que no es posible el déficit cero.
“El (Cavallo) cree –prosigue De Mendiguren– que siempre un déficit fiscal controlable, que no esté por encima del 2 o 3 por ciento, entre el 1 y el 2 por ciento del Producto Bruto, es necesario, inclusive como herramienta para poder frenar el gasto público (?), porque si no siempre lo que el Estado va a hacer es gastar todo déficit que sea financiable. Por lo tanto –redondea el empresario–, él (Cavallo) dice que prefiere un poco de déficit financiable (con deuda) y buenos impuestos y no aspirar a no déficit con impuestos malos. Además, también coincide en que en momentos políticos como estamos viviendo, intentar sacar una reforma tributaria es muy peligroso, ya que se va a negociar, se va a tratar de contemplar los intereses que tienen en cuenta las necesidades políticas, de las provincias, de los sectores...”