Soy médico y, como tengo 71 años, decidí jubilarme, con la idea de seguir atendiendo a algunos pacientes y así vivir decorosamente. Antes de iniciar mi trámite debí concurrir al Colegio Médico de Avellaneda para dar de baja mi matrícula, después de 43 años de pagarla. Además, debí firmar una declaración donde me obligaba a no atender más pacientes ni hacer recetas. Mientras tanto, me entero de que el mismo colegio médico habría entregado la matrícula de médico especialista a personas que no tendrían los estudios necesarios (no habrían estudiado medicina) y por lo que estaría siendo investigado por la Justicia de la provincia de Buenos Aires, en un expediente iniciado por presunto ejercicio ilegal de la medicina. Las supuestas matrículas habrían sido entregadas “mediante el pago de sobornos”. Ante esta situación extraña y anómala hago un pedido a los diputados y senadores para modificar la ley que impide trabajar y poner fin a algunas atribuciones anacrónicas de estos organismos. El fin último de la ley debería ser que los profesionales podamos trabajar libremente en todo el país con matrícula nacional única, que otorga el Estado, sin necesidad de colegiarse y pagar en cada lugar que uno decida trabajar. Además, no me parece mala la idea de investigar las matrículas otorgadas en los últimos veinte años. Espero que la Justicia actúe con todo el peso de la ley y mis colegas me acompañen a terminar con esta ridiculez. Envío esta carta haciendo uso del derecho expresado en el artículo 14 de la Constitución nacional.

Dr. Juan Carlos Ferri

Médico - LE 4.184.841