CARTAS DE LECTORES

Van Boven

Gracias por publicar ayer mi opinión “Un maestro de los derechos humanos” sobre el profesor Theo Van Boven. Escribí entonces que Van Boven “tuvo que renunciar” a su cargo de director de la División de Derechos Humanos de la ONU en 1982 a raíz de las presiones de los militares argentinos y uruguayos. Ayer, en su charla en el CELS nos explicó los detalles de ese acontecimiento. Había estado cinco años en el cargo y sentía que la Comisión de Derechos Humanos estaba silenciando graves situaciones (Argentina y Latinoamérica, entre otras) donde estaba en juego la vida de miles y miles de personas. Decidió mencionar estas situaciones concretas en su discurso habitual al inicio de la Comisión en marzo de ese año. Sin embargo, una copia de su discurso llegó misteriosamente antes al despacho del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar. Inmediatamente le llegó el pedido de tachar toda referencia a los países en particular. Se negó, ya que para él el tema se había convertido en un asunto de conciencia. No podía continuar silenciando situaciones de violaciones de los derechos humanos en el mundo. Pronunció su discurso el día lunes y el viernes de esa misma semana le llegó la comunicación de Nueva York de que su contrato con la ONU no se renovaba más. Su opinión es que la persona que influyó más para sacarlo de su cargo fue la embajadora del presidente Ronald Reagan ante la ONU, Jeane Kirkpatrick. No es entonces que el profesor Van Boven “tuvo que renunciar” sino que la ONU de 1982 no toleraba tenerlo más como director de la División de Derechos Humanos.

Les envío entonces esta aclaración que demuestra aún más la calidad ética de este tan estimado maestro que nos visita.

Patricio Rice

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