ECONOMíA › DIPUTADOS APROBó LA CREACIóN DEL ENTE NACIONAL DE ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO

Los celulares financiarán el deporte

La medida fue impulsada por el secretario de Deporte, Claudio Morresi, y el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, para financiar los gastos ocasionados en competencias internacionales.

 Por Sebastián Premici

La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que crea el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), cuya financiación saldrá de un impuesto del uno por ciento sobre el precio de las facturas de los teléfonos celulares. La iniciativa, aprobada por 143 votos a favor contra 14 votos negativos, fue impulsada por la Secretaría de Deporte, a cargo de Claudio Morresi, y el presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Gerardo Werthein, quien también es uno de los máximos responsables de la compañía de Telecom. A partir del impuesto creado se recaudarán aproximadamente 200 millones de pesos al año, que se destinarán a financiar los gastos en las competencias internacionales, honorarios de entrenadores nacionales y extranjeros, así como también se abonará un servicio de medicina prepaga para los deportistas. Tal cual está redactado el proyecto, Werthein pasará a ser el titular del Enard, situación que le otorgará más influencia –económica y política– de la que actualmente ejerce desde el COA y Telecom.

El proyecto de creación del Enard obtuvo media sanción ayer con el acompañamiento del Frente para la Victoria, el radicalismo (aunque presentó objeciones sobre la forma de financiamiento), el PJ disidente y el PRO. En el palco del recinto estuvieron presentes varios deportistas olímpicos, entre ellos el ciclista Juan Curuchet y la yudoca Paula Pareto, entre otros. Y también estuvo presente Werthein. Unas semanas atrás, el proyecto había sido presentado en la Comisión de Deporte por el rugbier Agustín Pichot, el garrochista Germán Chiaraviglio y la remera María Julia Garisoain.

Según el artículo 4 de la iniciativa, el Enard “no tendrá fines de lucro y gozará de autarquía administrativa y financiera, sin perjuicio de los mecanismos de control y fiscalización que se establecen en la presente ley”. Los socios fundadores del nuevo ente serán la Secretaría de Deporte y el COA, que estarán representados por cuatro personas cada uno en el directorio.

La presidencia y la secretaría del ente “se ejercerá de manera rotativa por los socios fundadores, salvo acuerdo contrario, correspondiendo el primer ciclo a quienes ejerzan esos cargos en el Comité Olímpico”. Es decir que Werthein tendrá el camino allanado para convertirse en el titular del nuevo ente y recaudador del polémico impuesto sobre las comunicaciones de la telefonía celular.

“Es una vergüenza que se le dé un cheque en blanco a Werthein, sin ningún tipo de control por parte del Estado”, afirmó el legislador Fernando Iglesias, para justificar el voto negativo de la Coalición Cívica. Según indicó la defensora adjunta del Pueblo porteña, Graciela Muñiz, en un nota publicada por Página/12 el pasado 1º de noviembre, “es llamativo que el nuevo presidente del COA y a su vez presidente de Telecom se encuentre entre los principales promotores de esta ley, con la que se hace pagar a los ciudadanos lo que debería pagar el Estado”.

Como único mecanismo de control, el nuevo ente contará con un Tribunal de Disciplina, que será elegido por la asamblea ordinaria del propio organismo, cuyo objetivo será “evitar el aprovechamiento de la entidad con fines de lucro”.

Si bien el radicalismo acompañó la iniciativa, el titular del bloque en Diputados, Oscar Aguad, reclamó una modificación en la forma de financiar el proyecto. Por un lado, propuso que en vez de crear un impuesto del uno por ciento aplicado sobre el precio de los servicios y abonos de la telefonía celular, ese tributo sea del 0,5 por ciento. Y reclamó la creación de otro tributo del 0,5 por ciento sobre la recaudación generada por los juegos de azar.

De llegar a convertirse en ley, Werthein administrará, además del presupuesto del COA, casi 200 millones de pesos extra al año. Con esta media sanción, el Comité Olímpico y la Secretaría de Deporte revirtieron la mala experiencia de la llamada ley de mecenazgo, con la que se pretendía financiar el Alto Rendimiento a partir de aportes de empresas privadas, a cambio de obtener ventajas impositivas, iniciativa que no prosperó. “Esto es histórico”, repetía Werthein al finalizar la sesión, abrazado a varios de los deportistas olímpicos presentes.

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El Enard “no tendrá fines de lucro” y “gozará de autarquía administrativa y financiera”.
Imagen: Rafael Yohai
 
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