Jueves, 26 de noviembre de 2009 | Hoy
EL PAíS › QUISIERON SECUESTRAR A UN TESTIGO
Un vecino del comisario Cantelli, testigo en el juicio contra el juez Brusa de Santa Fe, fue llevado por desconocidos. Lo liberaron cuando se dieron cuenta del error.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Dos desconocidos que se movilizaban en una camioneta intentaron secuestrar ayer a un comisario de la policía santafesina, Avelino Cantelli, pero se equivocaron de blanco y tomaron como rehén a un vecino de su misma edad y de gran parecido físico, a quien dejaron en libertad algunas horas más tarde. El martes, Cantelli había declarado como testigo en el juicio a los represores de la dictadura, entre ellos el ex juez Víctor Brusa, y acusó al ex gobernador Jorge Obeid por haber reciclado en la democracia a uno de los jefes del grupo de tareas que operó en Santa Fe: el ex encargado del Destacamento de Inteligencia Militar 122 Nicolás Correa, que estaba imputado en la causa, pero falleció en 2007. El Programa de Protección a Testigos del gobierno de Hermes Binner ya se comunicó con Cantelli y dispuso una custodia especial para él y su familia.
El intento de secuestro del ex comisario fue denunciado por su hija, Eugenia Cantelli, por la emisora LT10. “Mi papá tiene un vecino (en el barrio Las Flores I, un ex ferroviario de apellido Bianchi) que es muy parecido a él. A las 10 de la mañana, una camioneta lo secuestró. Le pusieron una capucha y lo llevaron. Lo pusieron boca abajo y le dijeron: ‘Quedate quieto Cantelli porque te matamos’. Pero después, uno de los secuestradores se dio cuenta de que no era mi papá al que habían secuestrado y lo dejaron abandonado en el Puente Negro”, dijo Eugenia. “Este señor está enfermo y recién apareció a la siesta. Lo que pudo escuchar es que se comunicaban con otro grupo que daba una orden: ‘Déjenlo libre, vamos a seguir con el operativo”, agregó.
Según relató Bianchi ante la División Judiciales de la Unidad Regional I, dos personas lo interceptaron en la esquina de Aguado y Don Guanela, en el norte de la capital santafesina, cuando esperaba un colectivo para trasladarse al microcentro. Los sujetos lo abordaron, lo encapucharon, lo subieron a una camioneta del tipo F100, color blanca o crema. Lo llevaron supuestamente a una casa, donde descubrieron que no era Cantelli y poco después lo dejaron libre. Inmediatamente intervino el Programa de Protección a Testigos del gobierno de Binner que dispuso una custodia especial para Cantelli y su familia.
Hasta anoche se carecía de información sobre los responsables de un episodio que puso en evidencia una capacidad operativa que inquietó a los testigos del juicio que se está llevando a cabo en la provincia. Desde la desaparición de Julio López, testigo en el juicio contra el comisario bonaerense Miguel Etchecolatz, las víctimas están en alerta.
El martes, Cantelli había declarado como testigo en el juicio a Brusa y a otros cinco policías (Mario Facino, Héctor “Pollo” Colombini, Juan Calixto Perizzotti, Eduardo Ramos y María Eva Aebi), pero sorprendió al acusar a Obeid por haber reciclado a Correa en su primer gobierno (1995/99), cuando lo designó asesor de seguridad y número dos de la Subsecretaría de Seguridad Pública, que estaba a cargo del teniente coronel José Bernhardt, otro experto en inteligencia militar que pasó por el Batallón 601.
En su declaración ante el Tribunal Oral que juzga a Brusa y compañía, Cantelli ratificó el rol de Correa en el aparato represivo de la dictadura. “Era un asesino”, dijo. Y lo acusó por una bomba que le pusieron en la puerta de su casa, “pero que gracias a Dios no explotó”. “Los militares eran una banda de delincuentes comunes”, agregó.
Fue allí cuando cargó contra Obeid por haber reciclado a Correa en su primer gobierno como asesor de seguridad. “¿Si Correa era peligroso, por qué Obeid lo llevó al gobierno? ¡Que dé explicaciones! Y si es necesario y me tengo que carear con Obeid, me voy a carear. ¿Qué arreglo tenía Obeid con Correa? Si Obeid no es un delincuente que diga por qué lo tenía a Bernhardt”, dijo. Y después interpeló a los jueces: “¿Qué van a hacer con Obeid y Correa?”, les preguntó.
“Nosotros no tenemos la respuesta”, contestó el presidente del Tribunal, Roberto López Arango. Pero su colega, Lidia Carnero, lo sorprendió con una propuesta: pidió que se cite a declarar a Obeid para “preguntarle qué antecedentes había consultado para llevarlo a Correa a la Subsecretaría de Seguridad. Hace al objeto procesal y a la investigación del plan sistemático de exterminio”, dijo la magistrada.
López Arango no ocultó su molestia. “La presidencia no comparte su criterio. Si los querellantes o la acusación pública lo hubiesen considerado pertinente lo hubieran solicitado antes. No comparto la petición y la rechazo”, le dijo a Carnero. Los fiscales y querellantes convalidaron con el silencio.
–¿Entonces, por qué me llaman a mí? –se quejó Cantelli.
–Si usted tiene alguna cosa contra Obeid denúncielo en el lugar que corresponda, éste no es el lugar para hacer la denuncia –se enojó López Arango.
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