Elisa Carrió afirmó que las exequias de Kirchner fueron organizadas por el grupo teatral Fuerza Bruta. La palabra es una herramienta de comunicación que en política adquiere carácter superlativo. La diputada hace ya un tiempo largo que utiliza la palabra política para derivar un componente incesante de usura (entendida como utilidad o incremento que se saca de algo). Así es válido insinuar barbaridades, mentiras evidentes, corromper la palabra para sacar provecho y obtener una adhesión más. Se ubica en el lugar de inventar y de ningunear la movilización popular espontánea como si tuviese la orden divina de anunciar sus secretos más guardados, conminada a declarar porque sí, pero a sabiendas de que es falsa su palabra. Negar el hecho político que significó la brutalidad espontánea de la fuerza del pueblo participando del velatorio la denigra en lo que ella pretende ser: una intelectual, gran lectora, con una inteligencia superior que le permite visionar lo que vendrá. Tan lejos está de lo que ocurre políticamente a su alrededor, que por un lado parece confirmar a Erasmo de Rotterdam en su Elogio de la locura, cuando analiza la insensatez y la estupidez como fundamento para el desenvolvimiento humano y, por otro lado, nos hace decir, gracias Mirtha (con todo lo que ello implica), por no continuar con semejante idiotez en la mesa de los argentinos. Por suerte, para bien de la democracia y de la política, muchos argentinos y argentinas nos miramos a los ojos y utilizamos la palabra para decir lo que pensamos, estando o no de acuerdo. No necesitamos, Lilita, guiñarle permanentemente un ojo a la mentira.

Licenciado Claudio Righes

DNI 14.951.841