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Mi padre trabajó en YPF durante 36 años. La privatización lo jubiló, con un retiro voluntario, en donde lo robaron con la indemnización, le dieron bonos y hoy, fallecido en el 2004, no podemos cobrar esos papeles. Eso muestra lo que se hizo con YPF.

Ahora bien, yo no soy político, ni sindicalista ni empresario ni estoy interesado en pesos. Simplemente, les quiero contar qué era YPF. Mi papá, a los 18 años (nació en el ’38) fue elegido por YPF, que recorría los pueblos de la Argentina y contrataba a los mejores promedios de las escuelas técnicas. (Mi padre estaba en el cuadro de honor, ¡qué antigüedad!) Comenzó a los 18 años en Salta, Caimancito, y el sueldo creo que lo cobraba mi abuela. Eso era YPF.

Luego, yo ya existía, fuimos trasladados a otros lados de Argentina. Fuimos a Lavallen, una estación de bombeo de YPF en el medio del monte, a 30 km de San Pedro de Jujuy, y yo iba a la escuela a 30 kilómetros. YPF hizo patria, caminos, pequeñas pistas de aterrizaje, dio trabajo a pueblos enteros, el ejemplo es Mosconi, en Salta.

Repsol dejó pueblos fantasmas, desiertos, desocupados, ganancias inmensas, inversión nula. YPF tenía una obra social ejemplar, el SUPE. La patria contratista, con el grupo PC y luego la venta a Repsol, desguazaron la empresa que financiaba a todas las otras del Estado, como Aguas y Energía, Obra Sanitarias, Gas del Estado. El trabajador tenía tatuada la sigla. Hoy los CEO, management y todas las palabras inglesas son pongo plata saco plata.

Tendría mil anécdotas de YPF Diagonal 777, piso 13, la oficina de mi viejo, que hoy está sembrado en una planta en la provincia de Neuquén. Y estará floreciendo nuevamente y manejando la IKA Gladiator celeste con el logo redondito en la puerta.

Sergio Tacco

DNI 16.368.860