Miércoles, 24 de abril de 2013 | Hoy
CIENCIA › DIáLOGO CON MARíA JULIA ORGEIRA, DOCTORA EN GEOLOGíA, INVESTIGADORA DEL CONICET
Los paleosuelos son el resultado de un clima que se hizo más lluvioso, benigno y cálido durante el período interglaciar. Estudiando los minerales que contienen hierro, muy susceptible a los cambios climáticos, se analizan los cambios que dieron por resultado los paleosuelos.
Por Leonardo Moledo
–Usted se dedica a la geofísica.
–Sí. Dentro de la geofísica, estudio las propiedades magnéticas de sedimentos con dos objetivos fundamentales. Uno es determinar las variaciones del clima en el pasado reciente, en el cuaternario, y el otro (no ya como método de investigación, sino como monitoreo o servicio a la sociedad) es el estudio de la contaminación. Yo me ocupo de la parte geofísica.
–¿Es paleomagnetismo lo que hace?
–No. El paleomagnetismo es una técnica que yo usaba en el pasado y con otros fines. Ahora lo que uso son propiedades magnéticas no direccionales; se llama “magnetismo ambiental”. El principio en que se fundamenta es que todos los minerales ferromagnéticos que constituyen un sedimento son susceptibles de tener cambios por variaciones en las condiciones del ambiente. O sea, estos minerales se alteran. Cuando cambian las condiciones del medio ambiente, la mineralogía magnética varía.
–¿Por razones químicas?
–Varía porque se alteran, mutan, cambian. El hierro puede pasar a otro estado de oxidación...
–Es gracioso, porque desde hace muchísimo tiempo, antes de que existiera la geología, los alquimistas creían que los minerales crecían y evolucionaban dentro de la tierra, que pasaban desde el plomo hasta el oro. Lo que trataban de hacer era catalizar esa transformación. Ahora, de alguna manera, volvemos a entender que los minerales cambian.
–Claro, ciertos elementos sí. De todos modos, obviamente es algo distinto: no se trata de una mutación como la que pensaban los alquimistas. Sobre la base del estudio de esos agregados, yo puedo inferir los cambios que ocurrieron en el pasado, por ejemplo los climáticos.
–Perfecto. Cuénteme entonces qué quiere averiguar.
–Mi gran curiosidad es saber qué ocurrió en latitudes medias de la Argentina durante el estadio isotópico 5.
–¿Qué es eso?
–El último interglaciar antes del presente. Desde 125 mil hasta 110 mil años atrás.
–La última glaciación terminó hace 12 mil años, ¿no?
–Algo así.
–Pero estamos hablando de hace alrededor de 120 mil años, entre 120 y 110. ¿Y qué queremos saber?
–Quiero saber cómo se sintió acá. ¿Llovió más, por ejemplo?
–¿Cómo se averigua eso?
–Tengo que ver cuáles son los indicadores paleoclimáticos que hay, por ejemplo, en los suelos. Entonces veo qué tipo de minerales paleomagnéticos se formaron en esos paleosuelos.
–¿Por qué deben ser paleomagnéticos?
–Porque son los que yo puedo detectar. Yo uso, como le decía, el magnetismo ambiental, que me permite distinguir qué tipo de variaciones se sucedieron en la mineralogía magnética. Se trata de minerales que tienen hierro, un mineral muy susceptible a cambiar conforme cambian las condiciones ambientales.
–¿Y cómo puede variar?
–Por ejemplo, puede hacer que se formen distintos óxidos de hierro, de manera tal que puedo discriminar qué minerales son. Yo puedo saber qué minerales están presentes y en qué dirección. Puedo saber si hay magnetitas... Eventualmente, si trabajamos en lagos, si hay sulfuros, etc. Y también vemos en qué proporción están. Entonces trabajando con eso y conociendo las condiciones previas (que las inferimos del sedimento que está por debajo del paleosuelo), podemos saber cómo cambió el clima cuando se formó ese paleosuelo. El hecho de que exista un paleosuelo significa que el clima se benignizó: se hizo más lluvioso, más cálido.
–¿Qué es un paleosuelo?
–El suelo se forma cuando hay condiciones climáticas estables. No se depositan sedimentos (si no se taparía) y no hay erosión (si no se volaría). Hace falta agua (tiene que llover).
–¿Qué hay ahí?
–Sedimentos. En particular, en los casos en que trabajamos nosotros, se trata de suelos o paleosuelos desarrollados sobre un sedimento fino de origen eólico. Si usted tiene agua, va a tener la posibilidad de que ese material se vegete, empiece a ser habitado. Se mueren luego los vegetales, se van degradando, generan ácidos húmicos y todo eso conlleva una serie de procesos (de meteorización, de degradación de la mineralogía preexistente y de formación de nuevos minerales). Algunos se destruyen y otros se forman. De acuerdo con cómo sea el clima, a la temperatura y a la cantidad de agua que caiga, se van a formar distintos materiales y en distinta cantidad. Luego, ese período benigno pasa y vuelvo a tener sedimentación. Entonces si yo estudio con una serie de proxys...
–¿Qué son los “proxys”?
–Cualquier dato que me permita determinar el clima del pasado. El proxy por excelencia son los isótopos estables. Nosotros trabajamos con otro proxy: el mío es el magnetic-proxy. Conociendo la mineralogía magnética, entonces, puedo inferir cómo era el clima en el pasado.
–¿Y qué terminamos sabiendo?
–Justamente cómo es el clima en el pasado. Yo trabajo en dos períodos, con dos compañeras diferentes de trabajo (Rita Tofalo y Cecilia Laprida), en el marco del Grupo de registro paleoclimático y cambio ambiental. Con cada una de ellas me ocupo de un período distinto de tiempo: con una trabajo en el estadio 5 y con la otra, en el holoceno. Además, son distintos ambientes.
–Uno piensa que lo geológico, al tener una escala tan alejada de la vida humana (incluso a veces de la historia humana), no nos afecta de manera directa. Poca gente piensa en lo histórico en general, pero mucha menos piensa en la historia geológica. La geología nos cuenta una historia larguísima. ¿Qué nos dice esa historia? ¿Qué nos dice cuando caminamos por la calle? ¿O cuando nos detenemos a contemplar un paisaje?
–Bueno, cuando nos detenemos a contemplar un paisaje, yo pienso más en geomorfología, que no es la disciplina que hago yo. Como yo trabajo todo en subterráneo, no sé cómo podría aplicarlo a la visión del paisaje. Tengo la visión puntual de un perfil. No lo puedo llevar al paisaje.
–Pero sí a la actualidad. Por ejemplo, lo que decía antes de que estamos en un período interglaciar y que la temperatura va a bajar.
–Depende en qué rango. Si usted mide en un rango corto, con una resolución corta, la temperatura sube. Depende del registro que esté mirando. Si usted mira desde 1880 al presente es una cosa; si mira algo que tiene una longitud más amplia es otra. Yo en lo personal no me animo a hacer una generalización. Nosotros miramos ondas más largas. Al mirar ondas más largas, vemos que el clima en el pasado ha estado más cálido que en el presente (ya sea en el estadio isotópico 5 o en el 11, donde la configuración planetaria era igual a la actual: hace 400 mil años). Si uno mira períodos más largos, se ve que por condiciones naturales estuvo más caliente que hoy, siempre y cuando los continentes estuvieran en la misma configuración que hoy. Si usted me restringe de 1880 a la actualidad, yo no puedo decir nada, porque no es un rango de investigación mío.
–Pero algo pensará...
–Mi respuesta es que no sé, tengo que seguir investigando. Ese es el rango de los meteorólogos. Yo, con mi registro, puedo mirar otra cosa, algo que los meteorólogos no pueden ver.
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